Hoy elijo ser mi prioridad: hoy elijo ser feliz

Hoy elijo ser mi prioridad: hoy elijo ser feliz
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 agosto, 2023

Hoy elijo atenderme un poco más, cuidar de ese jardín interior que crece en mí para ser feliz, para no caer en egoísmos ajenos, para que mis días no tengan más momentos oscuros y la vida me traiga soles de alegría.

Todos deseamos ser felices, pero en realidad, no siempre empezamos por el buen camino: atendiéndonos, escuchándonos, situándonos como protagonistas en el teatro de nuestras vidas y no detrás de un telón donde la vida solo pasa y se olvida de abrazarnos.

Mereces ser feliz, mereces tocar la luna en las noches de oscuridad y volar en nubes en forma de ballena cuando te sientes atrapado, angustiado. Tú eres el amor de tu vida y por ello, hoy y siempre debes elegir ser el actor principal de tu existencia.

Nadie debe llamarte egoísta por decir “no” cuando lo necesitas, por buscar oxígeno y libertad en instantes de presión, por cortar vínculos cuando las personas te hacen daño. Nadie tiene poder sobre ti salvo tú mismo, porque todos venimos solos a este mundo y nos vamos de la misma manera… Así que, ¿por qué no empezar ya a ser feliz y a ofrecer felicidad?

Ser feliz es una aventura que debe durar toda la vida

Chica saltando feliz con gato

Elegir ser feliz es el primer salto que te acercará, sin duda, a tu objetivo, porque quien elige decide; porque quien da el primer paso a través de sus pensamientos acabará materializándolo en su realidad, en su vida diaria. Ser feliz implica, en muchas ocasiones, tomar decisiones que nos implican a nosotros y a los demás. Sin embargo, esto no debe sonar egoísta. Atender a los demás es un acto de generosidad enorme, sin embargo, primero debemos asegurarnos que nosotros albergamos aquello que ofrecemos: felicidad.

El arte de ser feliz empieza con una sencilla elección: creyendo en ti.

Ahora bien, ser feliz, además de una sabia elección, supone en ocasiones tener que priorizar y darnos cuenta de que tal vez debamos ponernos delante de algunas cosas y de algunas situaciones. Suena algo radical, pero en realidad, se trata de mantener un “equilibrio” entre los demás y nosotros.

Rodéate de gente que te dé luz, no sufrimiento

Tal y como te hemos señalado con anterioridad, la clave está en el equilibrio. Uno debe estar bien por encima de todo consigo mismo, debes percibir que cada cosa que haces o dejas de hacer se ajusta a tus expectativas, a tu identidad, a tu esencia. Procura adecuar el ambiente de forma que te beneficie. Vivir situaciones adversas o aguantar a personas negativas puede ayudarnos a crecer, pero tampoco debemos caer en el masoquismo.

Abuela feliz con su nieta

Hay personas que nos  hacen perder ese equilibrio interior: nos alejan de nuestros valores, vulneran nuestra integridad, nos quitan las energías, nos manipulan con sus ironías, sus exigencias o nos someten a un cariño habitado solo por espinas. En estos casos, será mejor establecer cierta distancia, ya que podemos contagiarnos de la negatividad que transmiten.

Rodea tu vida de personas auténticas con la que te permitan ser tú mismo en cada momento. Ahora bien, sabemos que a lo largo de nuestra existencia debemos relacionarnos con figuras que no siempre encajan con lo que somos, con lo que necesitamos.

En estos casos, en ese tipo de relaciones complejas pero “que nos vienen autoimpuestas”, ya sea porque son familia, o compañeros de trabajo, se trata sólo de no darles autoridad en tu vida. Limita el trato, desactiva la influencia en ti de quien te perturba y, una vez más, priorízate.

Querido yo, sé tú mismo y despréndete de todo lo que no es necesario

¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación con tu auténtico yo? Ese viaje interior deberíamos experimentarlo con más frecuencia, porque alejarnos de él es distanciarnos de nosotros mismos y con ello, perder el rastro de la felicidad. Los maestros budistas afirman que deberíamos ser conscientes las 24 horas de nuestros pensamientos. De esta forma, las conversaciones con nosotros mismos no serían cada cierto tiempo, sino que siempre estaríamos en contacto con nuestro auténtico yo.

Querido yo, sé que mereces que te trate mejor y es algo que voy a hacer a partir de ahora, dejaré de autocompadecerte, de decirte que no puedes o que no lo mereces… Querido yo, hoy te voy a retar a ser feliz.

En realidad, son muchos los artificios con los que envolvemos a nuestro yo. Y cuidado, porque esas “pieles de más” que le impiden respirar, vienen de nuestro entorno pero también desde nosotros mismos. Sin darnos cuenta, muchas capas de condicionamiento social y cultural envuelven nuestros pensamientos. Por ello, es beneficioso sentarnos un rato a meditar todos los días, para acceder a nuestro auténtico yo. Desprendernos de todo aquello impuesto y alcanzar nuestra identidad real, nos proporcionará una experiencia única.

No te impongas ni dejes que te impongan límites

Mujer sentada en una roca

Hay que tener cuidado con esas actitudes limitantes donde nuestro yo queda etiquetado con el “no voy a poder”, “esto no es para mi”, “voy a fracasar”, o el “está claro que la felicidad nunca va a llamar a mi puerta”…
  • Si tu pensamiento pone muros y tu actitud crea fortalezas, jamás dejarás entrar los vientos de la felicidad. Sé auténtico, sé tu mismo, atiende a tu yo interno y libéralo.
  • También hay que tener cuidado con las influencias externas que actúan como auténticos boicotadores de nuestra autoestima. Parejas que controlan, que limitan, que vetan espacios y crecimiento personal…
  • No podemos pasar por alto el peso de muchas familias, de esos modelos de educación autoritarios, de padres y madres que construyen auténticas burbujas impidiendo la maduración y la libertad de sus hijos…

A veces, para ser feliz hay que hacer un viaje interior para sanar muchas heridas y carencias del ayer. Una vez cubiertas, satisfechas y liberados los miedos es momento de abrir los ojos y el corazón y creer en ello, creer en que de verdad merecemos ser felices.

No esperes los buenos momentos para ser feliz: sé feliz y los buenos momentos vendrán solos.

Imágenes cortesía Abigail Dela, Pascal Campion, Devianart Jenny White


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.