Uri Geller y la historia de un timo colectivo
El nombre de Uri Geller fue muy popular en los años setenta principalmente. En aquel entonces comenzaba a tomar forma lo que se llamó la filosofía de la “Nueva era”. El público era muy receptivo a todo tipo de fenómenos sobrenaturales. De hecho, muchos estaban ávidos de ese tipo de contenido, así que lo paranormal era tendencia.
Si alguien aprovechó la efervescencia ese fue Uri Geller. Lo suyo fue uno de esos timos colectivos de grandes proporciones. Miles, e incluso millones de personas en todo el mundo creyeron en sus poderes y lo convirtieron en un millonario de enorme éxito. De hecho, aún hoy en día mantiene seguidores en diferentes latitudes.
“Señor, hay una clara diferencia entre tener una mente abierta y tener un agujero en la cabeza desde el cual el cerebro se escapa”.
-James Randi-
A veces resulta difícil explicarse por qué una sola persona logra engañar a multitudes. Aunque Uri Geller es uno de los más destacados timadores, no es el único que ha logrado desatar esa epidemia de creencias sin sustento. Son muchos los líderes religiosos, políticos o simples mercachifles que han timado y siguen timando a infinidad de gente. Y dentro de sus adeptos no solo hay personas de escasa escolaridad, sino de casi todos los niveles educativos. ¿Qué sucede?
¿Quién es Uri Geller?
Uri Geller nació en Tel Aviv (Israel) en 1946. Según su versión, a la edad de 4 años vio en el cielo un poderoso rayo de luz que lanzó energía sobre él y lo dejó inconsciente. Ha sugerido que este fue un encuentro con seres extraterrestres. Luego de ese episodio, entró a su casa y a la hora de la comida quebró una cuchara que estaba en sus manos.
Su familia se trasladó a Chipre cuando Uri tenía 11 años. Allí vivió hasta los 17. Luego se alistó en el ejército israelí y se convirtió en paracaidista. Participó en la guerra de los Seis Días y fue herido en combate . Luego se convirtió en modelo fotográfico, oficio que desempeñó durante un año.
Después comenzó a actuar como mago en pequeños clubes nocturnos de Israel. En poco tiempo su fama empezó a crecer, paralelamente con una serie de leyendas a su alrededor. A diferencia de otros magos, Uri Geller declaraba tener poderes psíquicos. Se volvió particularmente famosa su capacidad para doblar cucharas, incluso a distancia, y para detener o acelerar las manecillas de los relojes.
Una celebridad
En poco tiempo Uri Geller se convirtió en una celebridad . Cientos de programas de televisión de todo el mundo lo querían como invitado. En cada uno de ellos repetía su función de doblar cucharas y manejar a voluntad los relojes. A esto añadió “dones” de telepatía. Pedía a los asistentes que dibujaran algo y luego él lo reproducía fielmente, sin haber visto el dibujo inicial.
En todas partes estaban fascinados con él. La situación llegó a tal punto que según documentos desclasificados de la CIA, Uri Geller fue invitado por la agencia de inteligencia estadounidense para probar sus poderes. Lo encerraron en una habitación blindada y le pidieron que repitiera dibujos hechos a miles de kilómetros por algunos agentes. Concluyeron que sí tenía poderes paranormales y trabajó para la CIA.
Sin embargo, había alguien que no creía en él. Era el también mago e ilusionista James Randi. Él era cofundador y miembro del Comité para la Investigación Escéptica (CSICOP), una organización cuyo propósito es desmontar los mitos de la pseudociencia y desenmascarar a los charlatanes.
Randi siempre ha dicho que el truco de las cucharas es simple y lo puede hacer hasta un niño. Lo que diferencia a Geller de ese niño es todo el aparato de marketing que termina creando una ilusión colectiva.
Se revela el timo
En 1973, por los buenos oficios de James Randi, Uri Geller fue invitado al programa de televisión de Johnny Carson. Randi lo retó a que realizara su rutina, en condiciones diferentes a las que solía hacerlo. En primer lugar, no le permitieron a Geller utilizar las cucharas que él llevaba, sino que le dieron otras. Tampoco permitieron que él eligiera a quienes harían un dibujo para que luego él lo adivinara.
Al final, Uri Geller no pudo exhibir sus supuestas dotes paranormales. Ni dobló cucharas, ni adivinó dibujos. Alegó que sobre él se estaba ejerciendo una gran presión y que eso había bloqueado sus poderes. Después demandó a Randi, quien contrademandó y después de varios años ganó el proceso.
No fue la única vez que los poderes de Geller brillaron por su ausencia. En una ocasión dijo que iba a detener el Big-Ben y no ocurrió. Dijo lo mismo respecto al reloj de la Puerta de Sol y tampoco sucedió nada. Aún así, muchas personas en el mundo siguen creyendo en él y, de hecho, continúa apareciendo en televisión y reiterando que tiene grandes poderes sobrenaturales.