El efecto de combate repetido: si nada cambia, nada cambiará

El efecto de combate repetido: si nada cambia, nada cambiará
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 27 enero, 2021

¿Buscas un cambio? Entonces, ¿por qué haces siempre lo mismo? Cuanto más repites un comportamiento menos te afecta, porque te acostumbras, esto es el efecto de combate repetido. Por lo tanto, para tener un mejor resultado, debes cambiar algo, probar algo nuevo. Nada cambiará hasta que algo no cambie.

El efecto de combate repetido proviene de la investigación sobre el ejercicio, pero se puede aplicar perfectamente a la vida diaria. Cuando realizas un ejercicio, por ejemplo, flexiones de brazos, tu cuerpo experimenta un estímulo que estresa tus músculos hasta que aparece el dolor muscular.

Seguir haciendo este u otro ejercicio que provoque este dolor dará como resultado una reducción del mismo, porque cada vez nos afecta menos. Por lo tanto, cuando más realices este tipo de ejercicios de forma sistemática menor dolor sentirás y menos te afectará. ¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida diaria?

El efecto de combate repetido en la vida diaria

Según el efecto de combate repetido, cuanto más hacemos algo, menos impacto tiene en nosotros. Sí, puede que un comportamiento o una serie de hábitos nos hagan mejorar en una etapa de nuestra vida pero, con el tiempo, el efecto se reduce.

Ocurre igual cuando se empieza a hacer ejercicio. Al principio, se pueden hacer tres sesiones de ejercicio a la semana, cosechar excelentes resultados, pero con el tiempo el cuerpo se acostumbrará y tendrás que hacer más si se quiere seguir mejorando. Si no, el cuerpo se estancará y puede que incluso se vuelva hacia atrás.

Mujer haciendo ejercicio

Otro ejemplo podemos encontrarlo en el consumo de sustancias estimulantes y/o adictivas como, por ejemplo, la cafeína, el alcohol, el tabaco o las drogas. Al principio, con un poco se obtiene suficiente de lo que esa sustancia te ofrece. Pero con el tiempo se necesita más para conseguir lo mismo, porque el cuerpo se acostumbra a la dosis y ya no hace el mismo efecto.

Lo mismo pasa cuando nos planteamos perder peso. Al principio, haciendo lo que hay que hacer (mejorar de hábitos alimenticios, consumir suficiente agua, hacer ejercicio, controlar el estrés, dormir mejor, etc.), enseguida empezamos a notar la pérdida de peso. Pero en cuanto el cuerpo se acostumbra y el efecto de combate repetido entra en acción, la pérdida de peso se ralentiza, porque el cuerpo se acostumbra.

En estos y en todos los casos en los que te hayas estancado seguramente puedas aplicar el efecto de combate repetido, lo que ocurre es que, sencillamente, te encuentras con una nueva línea base. Si quieres mejorar, tienes que cambiar algo para estar más cerca del cambio que buscas.

“Si nada cambia, nada cambia. Si sigues haciendo lo que estás haciendo, vas a seguir obteniendo lo que obtienes. Quieres cambio, haz algo”.

-Courtney C. Stevens, en The Lies about Truth-

Lo que el efecto de combate repetido no enseña sobre la mejora

Hacer lo mismo una y otra vez, incluso si funcionó durante mucho tiempo, terminará llevando a un estancamiento. El problema real no es estancarse, sino no darse cuenta de que hay que cambiar de estrategia. 

De hecho, no hay nada malo en llegar a ese momento de estancamiento. Has tenido que trabajar mucho para llegar allí. En vez de lamentarte, felicítate por tus logros y piensa qué cambio o cambios debes hacer para seguir mejorando. 

El efecto de combate repetido en su contexto original implica que los músculos se han adaptado al ejercicio. Por lo tanto, si sigues haciéndolo no mejorarás (no aumentarás tu masa muscular, no te harás más fuerte, no aumentarás tu resistencia o tu velocidad, etc.). Es decir, si no duele no hay mejora. Con los hábitos y el desarrollo personal pasa lo mismo: si no cuesta no hay mejora. 

 “Lo que te trajo aquí no te llevará allí”.

-Marshall Goldsmith-

Hombre feliz tras cambiar

Pero, ¿por qué no conformarnos con lo que hemos conseguido ya? ¿Por qué cambiar si lo que hacemos nos ha proporcionado mejoras y estamos satisfechos con ellas? ¿Por qué querer más y más, cuando lo que hemos logrado es suficiente?

No es una cuestión de ambición. Es una cuestión de satisfacción personal. Si puedes lograr más, ¿por qué no ir a por más? En cualquier caso, conformarse y quedarse estancado tiene una consecuencia terrible: el aburrimiento. Y cuando nos aburrimos empezamos a ceder. Y al ceder, empezamos a perder.

Hacer cambios para buscar un cambio superior nos mantiene motivados, nos mantiene activos no solo para lograr nuestros objetivos, sino también para mantenerlos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.