Infecciones cerebrales, clasificación y síntomas

Generalmente hablamos de infección cuando nos referimos a heridas. Sin embargo, nos cuesta imaginar que esas infecciones puedan trasladarse a nuestro sistema nervioso...
Infecciones cerebrales, clasificación y síntomas
Francisco Roballo

Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Roballo.

Última actualización: 17 agosto, 2019

Cuando pensamos en infecciones, no solemos hacerlo en las infecciones cerebrales. Es fácil imaginar una infección en cualquier parte del cuerpo, pero no en lo recóndito de nuestro cerebro. La infección entendida como la invasión y proliferación de agentes patógenos también se hace presente en el sistema nervioso.

Una infección se presenta cuando el cuerpo es invadido por un microorganismo productor de una enfermedad. Los principales agentes infecciosos son los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos. Las infecciones cerebrales suelen originarse por un foco externo, como los oídos, la nariz o la garganta (entre otros).

Cerebro de color rojo

Tipos de infecciones cerebrales

Según la zona afectada, la infección puede ser de tipo meningitis (meninges) o encefalitis (resto del encéfalo). Las infecciones meníngeas producen confusión, fiebre, nauseas, rigidez de nuca, cefalea y fotofobia.

A su vez, las encefalitis producen los mismos síntomas que la meningítis y otros tantos que dependerán de la zona nerviosa afectada. Finalmente, las infecciones pueden clasificarse en: virales, bacterianas, micóticas y parasitarias.

Infecciones virales

Los virus neurotrópicos tienen especial afinidad por el sistema nervioso, como los virus que producen la rabia y la poliomelitis. La susceptibilidad del sistema nervioso respecto al virus dependerá de la presencia de receptores específicos en la membrana.

Un virus es un agregado encapsulado en ácido nucleico. Dependiendo el lugar donde se aloje, es que pueden derivar en una encefalítis o una meningitis.

Infecciones bacterianas

Tal vez una de las infecciones cerebrales más agresivas. Las bacterias son microorganismo de una sola célula que producen principalmente meningitis. Esta enfermedad puede derivar en abscesos cerebrales los cuales producen pus y la muerte de las células de la región afectada.

Infecciones micóticas

Las infecciones micóticas son producto de un hongo que ingresa al sistema nervioso. Usualmente, nuestro sistema nervioso está protegido contra estas amenazas, pero el cese de dichas defensas por una enfermedad puede dejar el camino libre para dichas infecciones.

Infecciones parasitarias

Los parásitos son organismos que viven a expensas de otro (huésped). Pueden derivar de la infección de otro punto del cuerpo y por lo general se asocian a síntomas de fiebre, malestar general e hipotensión. Claros ejemplos pueden ser la malaria, las amebas y el cisticerco.

Diagnóstico

Como ya mencionamos, la mayoría de las infecciones del sistema nervioso son secundarias a infecciones de otras partes del cuerpo. Los síntomas más comunes a nivel general son:

  • Cefalea.
  • Fiebre.
  • Vértigo.
  • Náuseas.
  • Convulsiones.

Por otro lado, a nivel neuropsicológico los síntomas varían según el tipo de infección y la zona del sistema nervioso afectada. Generalmente pueden identificarse los siguientes síntomas neuropsicológicos:

  • Síndrome confusional agudo.
  • Desorientación temporo-espacial.
  • Defectos atencionales.
  • Fallas en la memoria.
  • Agitación motora.

Mecanismos de detección empleados

El diagnóstico precoz es vital ya que los síntomas pueden escalar a daño cerebral en muy poco tiempo. El médico suele realizar un estudio exploratorio basado en los antecedentes del paciente y la actividad reciente. Posteriormente se utilizarán métodos más específicos:

  • Examen neurológico. Pruebas diseñadas para evaluar funciones sensoriales y motoras. Se examina la audición, el habla y la coordinación o equilibrio (entre otras). Pruebas de fuerza y reflejos también son esenciales para determinar el origen de los síntomas.
  • Análisis de laboratorio. Los análisis de orina y sangre suelen ser los más empleados por su efectividad para detectar anticuerpos o proteínas extrañas. En una situación normal estos componentes no deberían estar, su aparición es una reacción del cuerpo ante una invasión infecciosa.
  • Análisis de líquido cefalorraquídeo. Este líquido que rodea y protege tanto al cerebro como a la médula espinal es útil para detectar infecciones, inflamaciones crónicas y otras enfermedades en general.
  • Técnicas de Neuroimagen. Estas técnicas son útiles para detectar signos de inflamación y hemorragia en el cerebro. Los ejemplos son la tomografía axial computarizada, la resonancia magnética y el electroencefalograma.

Tratamiento de infecciones cerebrales

Al igual que el diagnóstico, el tratamiento dependerá de la zona afectada. Estas enfermedades son difíciles de tratar y en la mayoría de los casos irreversibles. Por lo general se dejan transcurrir los síntomas y se aplican protocolos estandarizados según el tipo de infección.

Por ejemplo, cuando la infección es bacteriana, se aplican los antibióticos correspondientes para aplacar síntomas e intentar hacer retroceder la enfermedad. 

Cerebro con infección

Las infecciones más comunes

Dentro de las infecciones del sistema nervioso más comunes podemos resaltar dos: la meningitis y la encefalitis. Estas se caracterizan por una inflamación del cerebro o la médula espinal, produciendo fiebre, dolor de cabeza, convulsiones y en muchos casos la muerte.

  • Meningitis. Las meninges son las membranas de tejido óseo que rodean al cerebro y la médula espinal. Con frecuencia, la infección se inicia de forma bacteriana o viral. La meningitis por Haemophilus es la más común y afecta principalmente a los niños pequeños. Gracias a la implementación de la vacuna contra esta enfermedad en los primeros años de vida, el riesgo mortal ha disminuido sustancialmente.
  • Encefalitis. La encefalitis consiste únicamente en la inflamación del cerebro, principalmente por causas bacterianas o virales. La encefalitis puede ser primaria, causada por una infección viral directa. A su vez, también puede ser secundaria, debida a complicaciones anteriores. Finalmente, se denomina focal cuando la zona afectada es específica y difusa cuando afecta varias áreas.

Conclusiones: estado actual de las infecciones

Dada la incidencia de las infecciones del sistema nervioso en la población general, la investigación se ha enfocado hacia su prevención. Esta prevención se realiza mayormente a nivel de vacunas y protocolos de actuación rápidos y efectivos.

Las investigaciones actuales se centran en lograr una intervención más rápida y especializada para cada tipo de infección. La recomendación más sensata es consultar a un especialista cada vez que los síntomas se presenten con el fin de descartar una posible infección. 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.