Iron Man, salvarse a uno mismo para salvar a los demás
Iron Man es uno de los grandes superhéroes en la historia de los cómics. Al igual que muchos superhéroes, Iron Man es el resultado de una serie de situaciones desafiantes. A estas situaciones de las conoce como el viaje del héroe. En general, los héroes solo son considerados como tales si superan las pruebas y desafíos de su viaje. Así como Frodo en El Señor de los Anillos o Harry en Harry Potter, Iron Man debió enfrentar múltiples pruebas.
Sin embargo, así como cada héroe es distinto, cada viaje es distinto. Esto significa que podemos aprender lecciones diferentes de cada héroe. En el caso del Hombre de Acero, ¿qué podemos aprender de su travesía y sus obstáculos?
Creado por Stan Lee para Marvel, Iron Man fue adaptado a la gran pantalla por primera vez en 2008. A través del famoso actor Robert Downey Jr., Iron Man cobra vida como un personaje complejo. Tony Stark es un genio multimillonario que ha consolidado su fortuna a través de la venta de armas. Filántropo y mujeriego, Tony lleva una vida de despilfarro, fiestas y alcohol.
Cuando Tony Stark es secuestrado, se encuentra con que su dinero y sus influencias no pueden salvarle. Los atacantes han capturado a Tony por su intelecto y su destreza en el campo de la ingeniería. En este momento, Tony debe hacer uso de todos sus recursos para poder salir airoso de esta prueba.
La creación de Iron Man
Junto a Tony Stark, también es capturado un médico llamado Yinsen. Este hombre salva la vida de Tony colocándole un electro magneto en el pecho. De esta manera, Yinsen se gana la lealtad de Tony, quien intentará protegerle por todos los medios. Tony y Yinsen construyen en secreto la primera armadura electrónica: el prototipo de Iron Man.
Desafortunadamente, Yinsen muere antes de poder escapar. Tony logra liberarse gracias a la armadura, pero la muerte de Yinsen lo atormenta. Incluso cuando vuelve a casa, Tony sigue pensando en Yinsen.
Construye una versión más avanzada del Hombre de Acero, y con ella puede pelear mejor y protegerse mejor. Así, cuando Tony se entera que la aldea de Yinsen está siendo atacada, decide defenderla. Sin embargo, Tony se lleva una desagradable sorpresa: los terroristas están usando tecnología diseñada por Stark Industries, la empresa de Tony. ¿Cómo es posible? Obadiah Stane, uno de los hombres con más poder en la empresa, ha estado haciendo negocios ilegales con terroristas.
Al decidir convertirse en Iron man, Tony entiende que solo puede salvar el mundo si primero arregla sus propios asuntos. Así, sólo podrá desmantelar al grupo de terroristas cuando haya solucionado el problema de la venta ilegal de tecnología Stark. Esto implica luchar contra Stane, a quien durante tanto tiempo respetó y en quien confió. Tony Stark entiende aquí que sólo es posible ayudar y salvar a otras personas cuando primero mostramos esta voluntad con nosotros.
Antes de poder ayudar a los demás
Al enfrentarse a Stane, Tony debe enfrentar también muchos traumas e inseguridades que arrastra desde la infancia. Tony entiende que Iron Man es una manera de defenderse físicamente de las amenazas.
Sin embargo, Iron Man jamás podrá defender a Tony de las heridas y los conflictos emocionales e interpersonales. Su batalla contra Stane es, principalmente, una lucha personal. En ella, Tony se da cuenta que existen vacíos dentro de él mismo que esperaba Stane llenara.
Si existe un mito que las películas han ayudado a reforzar es el de que una pareja debe “completarnos”. En las comedias románticas, sobre todo, los personajes se encuentran para completarse. Así, mutuamente llenan un vacío profundo que no conseguían llenar.
En la vida que pisamos, tocamos o olemos, es probable que una relación así se termine trasformando en dependencia. Se trata de que el otro nos complemente, no que nos complete, ya que por naturaleza somos seres enteros, con tendencia a sufrir cuando traspasamos un cierto límite en cuanto a dependencia.
Autopreservación, una cualidad que debemos cultivar
Casi todos nosotros mostramos un deseo, al que acompaña una intención, el de que la vida de las personas que nos rodean mejore. Deseamos que las personas a las que queremos sean felices y estamos dispuestos a asumir un grado de sacrificio para contribuir a que esto suceda. El problema es cuando este sacrificio es muy grande y constituye el muro que lleva al olvido de lo propio.
Aprender a darnos espacio, a alejarnos cuando sea necesario. Como Tony, a veces la vida nos enseña de manera violenta que mientras estamos ocupados salvando el mundo, nuestra propia casa demanda cuidados que solo nosotros podemos brindar.