Jasón y los argonautas, un bello mito
Jasón y los argonautas es uno de los mitos más fascinantes de la antigüedad griega. Nos habla de un héroe, con rasgos muy humanos, llamado Jasón. En compañía de otros héroes, los argonautas, emprendieron una travesía fabulosa en la que se tuvieron que enfrentar peligros asombrosos. Su objetivo era llegar a un lugar llamado Cólquide y rescatar un tesoro: el vellocino de oro.
A este mito de Jason y los argonautas se le han dado muchas interpretaciones. Se le ve como un mito de iniciación y también como una representación del arquetipo del viajero. Sin embargo, una de las interpretaciones más interesantes es la que lo asocia con el tema de la influencia de lo femenino en la vida de un hombre.
En efecto, en la historia de Jasón y los argonautas es determinante la intervención femenina. Son las mujeres las que lo convierten en un gran héroe y también ellas las que lo convierten luego en un hombre abatido y fracasado. La historia es bastante larga, así que haremos un resumen con lo esencial.
“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”.
-Lao-Tsé-
Jasón, el comienzo de un héroe
El padre de Jasón era el heredero legítimo del reino. Sin embargo, llegado el momento, su hermano asumió ilegítimamente el poder. La madre de Jasón, que aún no había dado a luz, temió por la suerte de su hijo. Entonces, organizó un funeral falso y dijo que el niño había nacido muerto.
Más tarde, encargó la educación de su hijo a Quirón, un centauro. Este había educado ya a varios héroes. Mientras tanto, el rey usurpador consultó al oráculo. Este le advirtió que debía tener cuidado con un hombre al que le faltara una sandalia, pues este pondría en peligro su poder.
Pasados 20 años, Jasón supo que estaba listo para volver a su tierra y reclamar el trono que, por herencia, le correspondía. Camino al lugar se encontró con un caudaloso río y una anciana que no podía cruzarlo. Él le ayudó a hacerlo y en ese trance perdió una sandalia. Esa anciana era la diosa Hera disfrazada. Gracias a ese gesto, ella decidió protegerlo de ahí en adelante.
Jasón y los argonautas
Cuando Jasón se presentó ante el rey, que ya estaba sabía de su retorno, lo hizo solo con una sandalia. El soberano lo notó y supo que debía deshacerse de él. Por eso le dijo que le entregaría el reino, siempre y cuando fuera a la Cólquide y trajera el vellocino de oro. Este era la piel de un carnero y estaba custodiada por dos toros y un dragón en un reino lejano.
Jasón aceptó, pese a que era una misión muy complicada, por no decir imposible. Para afrontarla le pidió la ayuda a Argos, un constructor de barcos, para que hiciera la nave. Este puso en la proa un trozo de madera que provenía de los jardines de Zeus, dios de dioses. En su honor, el barco se llamo “Argo”. Jasón pidió un grupo de acompañantes y entonces se le dieron 50 de los héroes más destacados. A ellos se les llamó “argonautas”.
Jasón y los argonautas emprendieron su periplo. Pasaron por aventuras impresionantes con sirenas, gigantes, harpías y toda suerte de vicisitudes. La diosa Hera siempre le ayudó. Cuando, milagrosamente, llegó a la Cólquide, Hera intervino de nuevo. Le pidió a Eros que lanzara su flecha de oro sobre la hija del rey de esos territorios: Medea. Ella, entonces, se enamoró perdidamente de Jasón.
El vellocino de oro
Medea era también una hechicera con grandes poderes. Con ellos ayudó a Jasón a que superara las duras pruebas a las que fue sometido para acceder al vellocino de oro. Incluso hipnotizó al dragón hasta que el héroe se hizo con el fabuloso tesoro. Claro que a cambio de esto, Jasón debía casarse con ella. Así lo hizo. Después, los dos huyeron en el Argo. Jasón y los argonautas estaban de regreso.
Al volver de su travesía, el rey usurpador no quiso cumplir su promesa de entregarle la corona a Jasón. Así que Medea, con sus embrujos, logró que las hijas de este lo mataran, prometiendo que más tarde lo resucitaría. Obviamente no lo hizo y entonces ella y Jasón tuvieron que escapar de allí. Fueron a Corinto en donde vivieron felices por 10 años y tuvieron dos hijos.
Si embargo, el rey de Corinto le ofreció su hija en matrimonio a Jasón. Este aceptó. Medea envió un traje de novia embrujado, que comenzó a arder cuando la novia se lo puso. Por ello, murió quemada, al tiempo que el palacio ardía. Todos la culparon. En su desesperación, también mató a sus dos hijos y luego huyó.
Jasón entró entonces en un gran abatimiento. Pasó el resto de su vida recordando la fabulosa travesía de la que alguna vez había sido héroe. Murió triste y solitario. Como se ve, la madre, la diosa y la esposa de Jasón lo hicieron primero un héroe y luego un hombre desdichado. Él fue, prácticamente, un instrumento para sus objetivos.
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- Graves, R., & Graves, L. (1996). El vellocino de oro:[la extraordinaria epopeya de los Argonautas]. Edhasa.