Juegos de simulación: ¿por qué nos gustan tanto y cómo nos afectan?

¿Por qué nos gustan los juegos de simulación? ¿Qué hay de bueno en ellos? En este artículo hablaremos de una forma de volver a la infancia, con todas sus ventajas (e incluso alguna más), en el maro de una experiencia imaginativa y divertida.
Juegos de simulación: ¿por qué nos gustan tanto y cómo nos afectan?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 01 agosto, 2022

Cuando somos niños, el juego constituye nuestra principal vía de aprendizaje y entretenimiento. Sin embargo, a medida que crecemos, vamos perdiendo o dejando de lado esta capacidad lúdica y privándonos de sus beneficios.

Afortunadamente, los videojuegos son una alternativa popular; y es que, pese a su mala fama, estos pueden ser, para un determinado contexto y propósito, una valiosa herramienta. Concretamente, hoy hablaremos de los juegos de simulación.

Quizá este nombre no te diga mucho, pero es probable que hayas jugado a alguno de los máximos exponentes del género. El legendario SimCity, la popular saga FIFA, Los Sims, Need For Speed o Animal Crossing son algunas de las opciones más aclamadas. Como ves, hay opciones para todos los gustos. Pero, ¿qué hace tan especiales a estos juegos y qué impacto tienen en nosotros como jugadores? Hablamos sobre ello a continuación.

Persona jugando a un juego de simulación
Los juegos de simulación nos permiten simular sensaciones de situaciones realez. (Crédito editorial: Rustam Kholov / Shutterstock.com)

¿Qué son los juegos de simulación?

Realmente los juegos de simulación forman parte de nuestro desarrollo. En la infancia, los niños en edad preescolar juegan a simular todo tipo de realidades: fingen pilotar un avión, ser médicos, cuidar a un bebé o atender su propio restaurante. Se involucran así en imaginarios que recrean con todo lujo de detalles.

Este tipo de juego es fundamental para su crecimiento cognitivo y emocional. Sin embargo, una vez que somos adultos, seguimos mostrando interés y entreteniéndonos al implicarnos en escenas simuladas, y es aquí cuando los videojuegos abren un mundo de posibilidades.

Deportes, cuidado de animales, construcción y gestión de ciudades, conducción, establecimiento de relaciones sociales… Las opciones son casi infinitas y personas de todas las edades y condiciones pueden encontrar aquí una excelente alternativa de ocio.

En suma, los videojuegos de simulación tratan de recrear situaciones de la vida real, permitiéndonos experimentar las sensaciones asociadas a diversos escenarios. Tal y como un niño lo hace, podemos involucrarnos en la experiencia simulada de ser deportistas, granjeros, soldados y, prácticamente, todo lo que se nos ocurra.

¿Por qué nos gustan tanto los juegos de simulación?

Desde infantes hasta jubilados, personas de todo tipo se involucran y disfrutan de este tipo de juegos. Y es que estos cuentan con una serie de características que los hacen especialmente atractivos:

Son un medio de evasión y entretenimiento

Como cualquier otro tipo de juego, los videojuegos de simulación son un excelente entretenimiento. Ofrecen grandes posibilidades que permiten volar nuestra imaginación, diversos desafíos que nos ponen a prueba y estímulos visuales y auditivos que nos mantienen alerta y captan nuestra atención.

Además, son especialmente capaces de ayudarnos a evadirnos. Y es que no solo nos permiten salir por un momento de nuestra propia realidad, sino que además nos ofrecen una nueva en la que involucrarnos plenamente.

Ofrecen sensación de control

Una de sus características más significativas: en este tipo de videojuegos el jugador cuenta con un control casi absoluto. Al contrario de lo que ocurre en la vida real, en la simulación podemos manejar a los personajes a voluntad, tenemos claras las reglas y las consecuencias y es sencillo obtener los resultados deseados. Desaparecen así la incertidumbre y la sensación de falta de control que impregnan muchas veces nuestra vida cotidiana.

Permiten experimentar sin sufrir las consecuencias

Los juegos de simulación nos permiten vivir todo tipo de vidas y realidades, pero sin tener que hacer frente a las posibles consecuencias de nuestros actos.

Podemos ponernos en la piel de un ladrón o de un soldado, cometer errores y tomar “malas decisiones” desde la posición segura que nos otorga estar detrás del avatar.

Ofrecen refuerzo de forma sencilla

Además, nos ofrecen la posibilidad de disfrutar de ciertas recompensas con poco esfuerzo. Podemos disfrutar una victoria deportiva sin movernos del sillón, desarrollar nuestra ciudad en poco tiempo o conseguir para nuestro avatar la vida soñada para él, cometiendo errores por el camino que no tienen consecuencias en la vida real.

La rapidez y la sencillez con la que accedemos a esos reforzadores hace a estos juegos especialmente atractivos.

Chico jugando a los videojuegos
Los juegos de simulación generan una sensación de refuerzo, debido a la liberación de dopamina.

¿Cómo nos afectan los juegos de simulación?

Ahora bien, más allá de constituir una forma de entretenimiento, ¿cómo nos afecta invertir nuestro tiempo en esta actividad?

Por un lado, los juegos de simulación estimulan la creatividad y la imaginación al trasladarnos a realidades muy diversas y diferentes a las que no podríamos acceder fácilmente de otro modo. Pueden fomentar la toma de decisiones y la resolución de problemas al enfrentarnos a situaciones variadas que no enfrentamos en la cotidianidad.

Además, nos permiten practicar habilidades en un entorno seguro. Aunque cometamos errores, podemos volver a intentarlo, probar de otro modo, empezar de nuevo… Y todo ello sin las repercusiones que esto podría tener en la vida real. Así, mientras jugamos adquirimos aprendizajes relacionados a la situación y mejoramos ciertas capacidades cognitivas.

Incluso, si se incluye a otros jugadores, el usuario puede ensayar habilidades como la cooperación, el liderazgo, el debate o la crítica en un entorno realista.

Sin embargo, en ciertos casos, estos videojuegos pueden generar una experiencia de inmersión tan profunda que lleve al jugador a desconectar de su propia realidad. Son susceptibles de generar una adicción, convirtiéndose en el centro de la atención de la persona que desatiende sus obligaciones, relaciones y actividades cotidianas reales en favor de las virtuales.

En definitiva, los juegos de simulación ofrecen múltiples ventajas y posibilidades. Es importante recordar que son experiencias limitadas que nunca podrán sustituir a la realidad física. Si se encuentran indicios de juego compulsivo o posible adicción, es fundamental buscar ayuda profesional.


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