Kramer contra Kramer: los hijos en el divorcio

Joanna Kramer (Meryl Streep) abandona a su esposo, Michael (Dustin Hoffman). También deja atrás al hijo de Kramers, de 6 años, a quien Michael apenas conoce. Con este punto de partida, la cinta nos enfrenta a las cenizas de un divorcio, mientras no habla de la esperanza después de un punto y aparte.
Kramer contra Kramer: los hijos en el divorcio
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 08 octubre, 2022

El 19 de diciembre de 1979, Kramer contra Kramer llegó a los cines y con la película también lo hicieron las magníficas actuaciones de Meryl Streep y Dustin Hoffman. La película ganó cinco premios Óscar, incluido el de mejor película.

Kramer contra Kramer puede no ser lo que se llama una película de culto, una cinta que produzca un gran impacto en el espectador. No tiene terremotos, meteoritos ni romances apasionados. Sin embargo, Robert Benton creó a partir de la novela de Avery Corman una película fresca.

Esta producción de Stanley R. Jaffe es un ejemplo de sabiduría, perspicacia, compasión y sensibilidad hacia los sentimientos que pueden aparecer en un proceso de divorcio.

Kramer contra kramer: argumento

Cuando empieza la película, Joanna Kramer (Meryl Streep) está acostada junto a su hijo de 6 años, besándolo y diciéndole cuánto lo ama. Luego se da vuelta para terminar de preparar su equipaje.

Ted, su marido, es un ejecutivo de publicidad, acaba de obtener un ascenso y la promesa de participar en un proyecto que le atrae. Al llegar a casa, espera que Joanna comparta su euforia. Después de todo, ha estado trabajando tan duro para ella y el niño. Cuando ella le habla de su intención de irse, a él le cuesta asimilar lo que está pasando. Pero Joanna quiere encontrarse a sí misma, su propio lugar en la sociedad, su propia identidad.

Antes del matrimonio, ella había tenido un buen trabajo. Ahora ella es simplemente la esposa de Ted, la madre de su hijo, una ama de casa. Una vida a la sombra que se ha vuelto intolerable. Ni siquiera está segura de poder funcionar bien como madre por más tiempo. Trata, sin éxito, de convencer a Ted de que lo que motiva su marcha es la preocupación por su propio hijo.

Kramer contra Kramer: un elenco de actores y actrices memorable

Cada actuación es un pequeño milagro de perfección, no solo de Hoffman y Streep, que dominan la imagen, sino también de cada uno de los papeles secundarios. La película tiene la virtud de ser valiente y los actores tienen la de acompañar a esa virtud.

Jane Alexander, la vecina, es todo ternura y preocupación. Divorciada, trata de consolar y ayudar a Ted sabiendo lo difícil que es el reto que plantea el cambio. Howard Duff interpreta con poco entusiasmo el papel del abogado de Ted, un hombre que le advierte con seriedad lo duro que es puede ser el juicio de custodia.

Personajes secundarios

También hay otras actuaciones secundarias que acompañan, como la de George Coe, que hace el papel de mentor de la agencia de Ted. Un hombre que prefiere festejar que enfrentar las exigencias de cualquier relación en el hogar. Aquí vemos retratada la falta de sensibilidad que predominaba en ciertos ambientes respecto a la situación que podían estar pasando unos padres con problemas en su relación.

En medio de estas actuaciones, nos encontramos con la del pequeño Justin Henry, como el hijo. De alguna forma, es él quien logra la credibilidad para los papeles del resto de actores. Es adorable y logra dibujar con maestría las relaciones entre padre e hijo, madre e hijo, padre y vecina, padre y un ligue de una noche.

Su sensibilidad y naturalidad es lo que le da brillo a la película, lo que nos engancha al argumento. Sin su papel, sin la credibilidad que le da a su personaje, la historia no se sostendría.

Ted Kramer: comenzar a ser padre

Esta parte de la película la que nos hace conectar emocionalmente con el padre. Quizás adelantemos, como espectadores, que no sabrá cuidar de su hijo. Sin embargo, la cinta nos obliga a dejar de ser espectadores, nos invita a que nos pongamos en su piel. Por encima de su falta de habilidad o costumbre, Ted se revela como un padre que quiere a su hijo

El triunfo del cariño

Ted intenta acercarse al chico para el que nunca había tenido tiempo: cocinar su desayuno, llevarlo a la escuela, acostarle por la noche, cuidarlo cuando está enfermo, etc. Triste y perdido al principio, anhelando a su madre, el niño gradualmente aprende a confiar y luego a amar a su padre.

Quizás el momento más conmovedor de la película es cuando Ted le dice que su madre no se ha marchado porque haya dejado de quererle. De alguna manera, es Ted el que asume la responsabilidad, frente a su hijo, de que la madre se haya marchado. Así, el hecho de que el niño pueda librarse de esa sensación de culpa permite que pueda acercarse a su padre.

Padre e hijo montando en bici

Kramer contra Kramer y lo difícil de un caso de custodia

Mientras tanto las cosas no van demasiado bien en la oficina. En lugar de dedicar el 150 % de su tiempo a su carrera, Ted ahora llega tarde a algunas reuniones. Tiene que saltarse una fiesta de cumpleaños o ausentarse del trabajo cuando su hijo tiene fiebre.

Finalmente, pierde una contratación y lo despiden. Justo en ese momento, cuando su carrera toca fondo, Joanna vuelve a su vida. Ella afirma que se ha encontrado a sí misma. Tiene un trabajo responsable. Ahora ella quiere la custodia del niño.

Kramer contra Kramer va más allá del divorcio. Es un caso de custodia de menores. De unos padres que quieren a su hijo y desean lo mejor para él, sin tener el manual de cómo lograrlo. Kramer contra Kramer es una película que lejos de llevarnos a un enfrentamiento de dos personas que un día se amaron, nos enseña la construcción de un nuevo tipo de relación por el bien de un hijo en común.


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