La afasia: cómo un accidente puede dejarte en blanco

La afasia es un trastorno del lenguaje ocasionado por un daño cerebral. A pesar de que cursa con problemas en la comunicación y la expresión, es común que aparezca también una hemiplejia y alteraciones motoras.
La afasia: cómo un accidente puede dejarte en blanco
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 29 julio, 2019

Problemas en la comunicación, en la articulación, el discurso o entonación de las palabras y hasta en la lectura o la escritura. Pocos trastornos del lenguaje son tan complejos como una afasia. Las hay de diversos tipos, pero todos ellas tienen un elemento en común: una alteración cerebral que se cursa con disfunciones en cualquier modalidad lingüística.

Por otro lado, existe un aspecto importante que debemos entender. El paciente afásico no presenta solo un problema del lenguaje. Esta condición clínica se asocia a menudo a una lesión cerebral, de ahí que puedan existir otras alteraciones funcionales; como por ejemplo, una hemiplejia. En estos casos, es esencial contar siempre con una buena evaluación neuropsicológica

Asimismo, a la hora de abordar este tipo de trastornos debemos aplicar siempre un enfoque multidisciplinar. De este modo, además del neurólogo, la persona con afasia necesita a su médico, a los neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, terapeutas físicos, trabajadores sociales, enfermeros, etc. También la familia debe contar con el apoyo de los profesionales para saber cómo ayudar y asumir esa nueva realidad de su ser querido.

La mayor parte de las personas con afasia tienen entre 60 a 70 años, no obstante, la afasia se puede presentar a cualquier edad.

hombre mayor con afasia

Afasia, un trastorno asociado a una lesión cerebral

La afasia se describe como una alteración de la capacidad de utilizar el lenguaje o la pérdida adquirida del lenguaje como resultado de una lesión cerebral. En consecuencia, la afasia se entiende como un trastorno adquirido en la capacidad de producción del lenguaje oral.

  • En el hemisferio izquierdo es donde, mayoritariamente, se lateralizan las funciones lingüísticas, aunque en determinadas ocasiones pueden tener una representación hemisférica. De este modo, el lenguaje posee un componente cortical y subcortical.
  • A nivel cortical, nos encontramos con zonas específicas que controlan aspectos motores del habla (movimientos para la producción oral de sonidos, articulación, praxias) y aspectos referentes a la comprensión del lenguaje.
  • Por otro lado, a nivel subcortical, la producción y comprensión del lenguaje está posibilitada por otras funciones cognitivas como son la atención, memoria de trabajo, memoria a largo plazo y funciones ejecutivas.

¿Qué origina una afasia?

El funcionamiento normal del cerebro, puede verse afectado por diferentes patologías neurológicas. Así, entre las principales alteraciones neurológicas que pueden llevar a producir alteraciones del lenguaje encontramos:

  • Accidentes cerebrovasculares (ACV)
  • Traumatismos craneoencefálicos.
  • Tumores cerebrales
  • Infecciones del sistema nervioso.
  • Enfermedades nutricionales y metabólicas
  • Enfermedades degenerativas.

Principales causas de alteración neurológica

Los ACV constituye una de las principales causas de las afecciones neurológicas en el adulto, por lo que se considera de vital importancia el reconocimiento precoz de la sintomatología a fin de actuar lo más rápida y eficazmente posible. La enfermedad cerebro vascular se corresponde con cualquier alteración en el funcionamiento cerebral originado en alguna condición patológica de los vasos sanguíneos.

Dentro de los ACV, nos encontramos con dos grandes grupos:

  • Isquemias: accidentes producidos debido al decremento o a la interrupción del flujo sanguíneo en el tejido cerebral (trombosis, embolismo, arterioesclerosis).
  • Hemorragias: son secundarias a la ruptura de un vaso que permite la filtración de la sangre dentro del parénquima cerebral.

Sintomatología del ACV

La forma de aparición de los ACV es bastante característica: se produce de modo súbito un déficit neurológico focal (hemiplejía, afasia…). Aún así, los síntomas dependen en gran medida de la localización de la afectación cerebral.

Lo más frecuente refiere a lo siguiente:

  • Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara (hemiparesia/ hemiplejía).
  • Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible (afasia).
  • Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
  • Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
  • Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
Anciano preocupado

Sintomatología neuropsiquiátrica

La probabilidad de sufrir depresión postictus es mayor entre los tres primeros meses y los doce tras el ACV y comienza a reducirse a partir de entonces. Entre un tercio y la mitad de los pacientes que presenta un ACV desarrolla síntomas depresivos relacionados con sentimientos de tristeza y aislamiento, irritabilidad, trastornos del sueño e indiferencia hacia la terapia.

No se aprecia una correlación significativa entre la presencia del cuadro depresivo y la etiología y extensión de la lesión, sino con el grado de preocupación subjetiva por el propio estado de salud. La pauta temporal de a depresión post-ictus coincide con la duración de la elaboración de un duelo no patológico, por lo que se comienza a pensar en la idea de duelo como una reacción ante la pérdida de dependencia funcional.

La ansiedad entendida con miedo o aprensión, acompañada de síntomas físicos autónomos, puede dar lugar a la presencia de un Trastorno de Ansiedad Generalizada ente el 1 y 30% de los casos. Esta sintomatología aparece como la presencia de cogniciones disfuncionales relacionadas con el hecho de haber sufrido un ACV y con sus consecuencias futuras.

Intervención neuropsicológica en el ACV

Se lleva a cabo una evaluación neuropsicológica mediante test estandarizados con el fin de desarrollar el perfil cognitivo del paciente. En función de dicho perfil, se establece un plan de intervención y se lleva a cabo la rehabilitación de las funciones cognitivas afectadas mediante el empleo de métodos sustitutorios, compensatorios o restaurativos con el fin de alcanzar la máxima funcionalidad del paciente.

Consideraciones finales a nivel social

No debemos otorgar a la persona una mayor dependencia de la que ya posee. Lo ideal, es mantener un sistema de comunicación efectivo que le permita expresar sus sentimientos y deseos. Por otro lado, tampoco debemos olvidar las necesidades e intereses de la persona, hay que tenerla en cuenta en todo momento.

Asimismo, y para terminar, es adecuado ofrecer un apoyo adecuado a la familia para que sepa en todo momento cómo actuar para reducir la ansiedad y facilitar la adaptación del familiar a cada desafío y problema cotidiano.


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  • Kuljic-Obradovic, D.C. (2003). Subcortical aphasia: three different language disorder syndromes?. European Journal of Neurology. 10 (4): 445–8.

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