La afonía histérica

Es una forma rara de disfonía funcional. La característica principal es que comienza de forma imprevista y suele desaparecer a veces sin tratamiento. Es más frecuente en mujeres jóvenes y puede existir como antecedente un conflicto personal, en ocasiones sin identificar.
La afonía histérica
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 24 junio, 2020

La afonía histérica se produce por miedo a hablar o cantar, de un trauma psíquico, debido a la persistencia de una alteración vocal, por el fracaso de tratamientos prolongados, por bloqueo afectivo, por el deseo inconsciente de llamar la atención. En definitiva, son muchos los orígenes en torno a una idea común: la persona que la sufre piensa que no puede hablar. Es más común en las mujeres y en personas jóvenes.

La afonía histérica es de comienzo brusco, puede presentar habla susurrada y no produce ningún tipo de dolor. Al examen físico la faringe se encuentra arrefléxica y la laringe estructuralmente normal, pero las cuerdas vocales no se mueven de forma correcta. Si se le pide a la persona que fone, es decir, que intente emitir algún sonido, se observa una aducción tenue sin contacto de los aritenoides y una abducción en el momento del pasaje del soplo espiratorio. En cuanto a la movilidad cordal en la risa y en la tos, es buena.

Mujer con problemas en la voz por afonía histérica

De afonía histérica a afonía de conversión

¿Sufre o ha sufrido alguno de estos síntomas?

  • Problemas de coordinación y equilibrio.
  • Parálisis o debilidad muscular localizada.
  • Afonía.
  • Alucinaciones.
  • Dificultad para tragar.
  • Sensación de nudo en la garganta.
  • Retención de orina.
  • Pérdida de sensibilidad del tacto y del dolor.
  • Visión doble.
  • Ceguera.
  • Sordera.

¿Ha tenido alguna crisis o convulsión? ¿Los síntomas le aparecen cuando empieza a sentir mucha ansiedad o algún otro tipo de malestar? ¿Sufre de alguna enfermedad neurológica o de algún otro tipo? ¿Están afectando estos síntomas a su vida en general o alguna parte en concreto?

Aunque el término de conversión (término que describe lo que anteriormente se llamaba histeria) lleva utilizándose desde la Edad Media, fue con Sigmund Freud con quien se hizo popular; pensaba que los conflictos inconscientes se convertían en síntomas físicos.

El trastorno de conversión fue un diagnóstico especialmente popular a fines del siglo XIX. Se refiere a los síntomas que afectan al comportamiento y que se asemejan a una enfermedad neurológica, pero que no proceden de ninguna enfermedad física conocida -causa orgánica- ni se pueden explicar por ella.

“¿Qué tienes alma que gritas a tu manera y sin voz? Los caminos de la vida no llevan a donde yo voy”.

-Alfonso Reyes Ochoa –

Breve descripción del trastorno

El trastorno de conversión produce una sintomatología que afecta especialmente a las funciones motoras o sensoriales, lo que puede hacernos pensar que en el fondo existe una alteración orgánica que constituya la causa de dichas alteraciones, como puede ser un trastorno neurológico. Por otro lado, aunque no sea así o no se encuentren pruebas de que sea así, los síntomas no se producen intencionadamente ni son simulados. Se sufren de verdad.

Los síntomas de conversión son en parte el producto de las ideas que la persona tiene de lo que es la enfermedad. También puede que requiera atención médica. En el inicio o progreso de los síntomas están implicados factores psicológicos y puede deberse a conflictos o a otros acontecimientos estresantes vividos.

En ocasiones, este trastorno, se puede mantener gracias a las ganancias directas (disminuye la ansiedad que el conflicto psicológico subyacente genera) como a las indirectas (no tener que ir a trabajar, no afrontar determinadas responsabilidades, más atención…) que se pueden obtener.

Síntomas destacados

  • Los síntomas o déficit motores: alteraciones de la coordinación y del equilibrio, parálisis o debilidad muscular localizada, afonía, dificultad para tragar alimentos o bebidas, sensación de nudo en la garganta, retención de orina.
  • Los síntomas y déficit sensoriales: pérdida de sensibilidad en el tacto y del dolor, visión doble, ceguera, sordera y alucinaciones, crisis o convulsiones.
Chica preocupada

El trastorno de conversión se inicia generalmente en los últimos años de la adolescencia y en los primeros de la edad adulta; es muy rara su aparición antes de los 10 años o después de los 35. Suele iniciarse repentinamente. En pacientes hospitalizados, los síntomas suelen desaparecer en 2 semanas aproximadamente.

Las recaídas suelen darse, sobre todo, durante el primer año y la presencia de una sola recaída es buena predictora de la aparición de más episodios en el futuro. Los síntomas como los temblores y las convulsiones indican una peor evolución del trastorno.

“He cultivado mi histeria con placer y terror”.

-Charles Baudelaire –

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para desarrollar el trastorno pueden ser:

  • Estrés significativo reciente o trauma emocional.
  • Ser mujer; las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar el trastorno.
  • Tener un trastorno mental, como ansiedad, trastorno disociativo o trastornos de personalidad.
  • Tener una enfermedad neurológica que provoca síntomas similares, como la epilepsia.
  • Que un miembro de la familia tenga trastorno de conversión.
  • Un historial de abuso físico o sexual en la infancia.

Tratamiento de la afonía histérica

Lo primordial en el tratamiento de la afonía histérica es eliminar o disminuir el origen del estrés, o por otra parte trabajar con los eventos traumáticos que haya vivido la persona, para así reducir el nivel de tensión en este.

También sería necesario eliminar las ganancias secundarias o beneficios que la persona pueda estar obteniendo de este comportamiento, aunque no sea plenamente consciente de ello.

En ocasiones, la sintomatología remite automáticamente, durando desde días hasta semanas y llegando a remitir automáticamente. Sin embargo, existen una serie de recursos e intervenciones que pueden favorecer a la persona. Estos son:

  • Explicación de la enfermedad
  • Psicoterapia
  • Terapia ocupacional
  • Tratamiento de otros posibles trastornos presentes como la depresión o la ansiedad

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