La alexitimia o incapacidad de sentir emociones propias

La alexitimia o incapacidad de sentir emociones propias
Sara Clemente

Revisado y aprobado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 26 octubre, 2019

Según estudios recientes, elaborados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), 1 de cada 10 personas en el mundo tiene serias dificultades para interpretar y sentir sus propios sentimientos. Es lo que se llama alexitimia.

En otras palabras, una persona que sufre este trastorno no puede ni reconocer ni poner nombre a sus emociones. Y este hecho supone una importante interferencia en la vida cotidiana del paciente, en todos sus ámbitos, dificultándole enorme y particularmente sus relaciones interpersonales.

“La persona inteligente emocionalmente tiene habilidades en cuatro áreas: identificar emociones, usar emociones, entender emociones y regular emociones.”

-John Mayer-

Este término, alexitimia, lo acuñó por primera vez en 1972 el profesor de psiquiatría Peter Sifneos. Con él pretendía referirse a un trastorno que imposibilita a la persona detectar sus propias emociones, por lo tanto, es incapaz de darles un nombre a la hora de expresarlas verbalmente.

Alexitimia, ¿casos en auge?

Hombre con alexitimia

La alexitimia ha experimentado un crecimiento muy importante en los últimos años. Esta enfermedad, se caracteriza por la incapacidad de identificar palabras, hechos y personas, con sentimientos.

Expresiones como “te quiero” o “perdón”, llegan a ser inapreciables para las personas afectadas. Dicha patología tiene especial incidencia en grandes empresas, en particular, por la repercusión que tiene en la productividad de los trabajadores. Por eso, se cree que existe una importante relación con las oleadas de suicidios acontecidas en algunas de las empresas más importantes del mundo.

Un factor característico de quien padece esta patología es el desprecio que tiene hacia sí mismo, ya que son conscientes de su incapacidad para expresar sus propios sentimientos hacia otras personas, sintiéndose en muchos casos inútiles, insensibles y incapaces. La ayuda profesional en estos casos puede resultar de especial ayuda, para dotarles de herramientas y estrategias que les permitan fortalecer sus propias habilidades.

El origen de la alexitimia

La alexitimia puede originarse a consecuencia de un desarrollo inapropiado de las estructuras neuronales durante la infancia, o como resultado de traumas emocionales de carácter excepcional. Durante la infancia, sobre todo en la etapa de 0 a 3 años, el sistema límbico, responsable de la percepción de las emociones y la gestión de las respuestas de dicho carácter, es programado prácticamente en su totalidad.

Por ello, carencias de afectividad durante la infancia pueden ejercer una importancia decisiva para la adquisición de la alexitimia. También pueden contribuir a su desarrollo déficits en el proceso de asociación de palabras y expresiones del lenguaje con los sentimientos. No obstante, no hay una única causa que lo desencadene.

Mujer llorando que no reconoce sus sentimientos

Cómo se comporta una persona con alextimia

Las personas que sufren este trastorno tienen unos comportamientos particulares. Entre ellos se pueden destacar los siguientes:

  • Tienen poca capacidad para la introspección o la ensoñación. No se han explorado interiormente a ellos mismos y desconocen su identidad.
  • Muestran una ausencia casi total de empatía, son incapaces de reconocer las emociones de los demás.
  • Les cuesta relacionarse y mantener afectos con los demás.
  • Tienen tendencia a la dependencia emocional o al aislamiento social.
  • Hablan poco, son serios y retraídos.
  • Suelen ser muy impulsivos y pueden reaccionar de manera desmesurada ante emociones que ellos no pueden identificar o reconocer.

“Conocerse a sí mismo es el principio de toda sabiduría.”

-Aristóteles-

La importancia de las emociones

Aunque en ocasiones la sociedad tienda a menospreciar la manifestación de sentimientos y emociones humanas tales como la tritesza o el miedo, la realidad es que las emociones tienen una incidencia mucho más importante de lo que creemos en nuestro bienestar físico y mental. La salud se encuentra también en el buen desarrollo de los procesos de aprendizaje, en la energía vital o en la productividad en el trabajo.

Algunas de las empresas más importantes del mundo están esforzándose cada vez más en estudiar efectuar cambios en sus centros de trabajo. Su objetivo es optimizar los factores que permitan convertir dicho lugares, en zonas menos impersonales, dados los impresionantes resultados de los estudios realizados sobre cómo las emociones positivas influyen directamente en la capacidad de trabajo de los trabajadores.


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