La asertividad, una gran herramienta para gestionar el estrés
La asertividad es la capacidad de expresar los sentimientos, haciendo valer los derechos de uno mismo y respetando a mismo tiempo los sentimientos y derechos de los demás. La comunicación asertiva es apropiada, directa, abierta y honesta y es algo natural para algunos, pero no tanto para otros.
La buen noticia es que la asertividad es una habilidad que se puede aprender. Las personas asertivas son capaces de reducir los conflictos interpersonales en sus vidas, reduciendo así una fuente importante de estrés.
“Si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes, si no puedes tener empatía y tener relaciones personales efectivas, no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos.”
-Daniel Goleman-
Asertividad vs Agresividad
A veces la gente confunde la agresividad con la asertividad. Tiene su lógica, ya que los dos tipos de comportamiento implican defender los derechos de uno mismo y expresar las necesidades propias.
Las diferencias clave entre los dos estilos de comunicación son que las personas se que se comportan asertivamente se expresan siguiendo una serie de premisas:
- Respetando al otro
- Asumiendo lo mejor de la gente
- Respetándose a sí mismos
- Pensando en los beneficios para ambos
- Tratando de comprometerse con la situación.
Por el contrario, los individuos que se comportan agresivamente tenderán a emplear tácticas como la falta de respeto. También suelen ofrecer un trato manipulador, degradante o abusivo.
Las personas agresivas hacen suposiciones negativas sobre los motivos de los demás y piensan en términos de represalias, sin acercarse al punto de vista de la otra persona. Además, las personas agresivas sienten que ganan a costa de los demás, y para ello crean conflictos innecesarios.
“La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es la forma en que nuestras palabras y comportamientos afectan a los derechos de los demás.”
-Sharon Anthony Bower-
La asertividad y el estrés
La asertividad afecta a muchas áreas de la vida. Las personas asertivas tienden a sufrir un menor número de conflictos en sus relaciones con los demás. Un hecho que se traduce en mucho menos estrés en sus vidas.
Las personas asertivas consiguen satisfacer sus necesidades y ayudar a otros a satisfacer las suyas también. Por lo tanto, tienen relaciones más fuertes con los demás y siempre pueden contar con alguien en momentos difíciles, lo que también ayuda con el manejo del estrés.
En contraste con esto, la agresividad tiende a alienar a los demás y crear una tensión innecesaria. Con el tiempo, las personas que se comportan de manera agresiva tienden a tener una cadena de relaciones fallidas y poco apoyo social. Irónicamente, a menudo se sienten como víctimas.
“La forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia determina la calidad de nuestras vidas.”
-Anthony Robbins-
Aprende a ser asertivo
La asertividad se puede desarrollar poniendo en práctica algunas sencillas pautas. Una comunicación sincera y efectiva mejora la autoestima y eleva la confianza en uno mismo, pero hay que trabajarla ¿Cómo? Estas son algunas claves que pueden ayudar:
- Evitar los pensamientos negativos que pueden surgir al hacer valer un derecho o expresar un sentimiento. No tienes que sentirte mal si en un momento no puedes ayudar a un amigo o, simplemente, no te apetece salir ese día con él y así se lo haces saber.
- No dudes en expresar lo que sientes, lo que necesitas o lo que quieres. Los demás no siempre lo saben o son capaces de adivinarlo.
- Intenta ser preciso y rotundo, apoyando siempre tu discurso con razones
- Habla desde tu interior, desde el “yo”. Céntrate en expresar lo que sientes y lo que quieres sin culpar al otro. En lugar de decir “nunca ayudas en casa” puedes decir “me gustaría que me ayudaras más en casa”. El sentido es el mismo, pero no la forma de expresarlo.
Y algo muy importante, utiliza el lenguaje corporal, los gestos ayudan siempre a expresar las emociones.