La creatividad y la innovación nos ayudan a progresar
Cada 21 de abril se celebra el día de la creatividad y la innovación. Es un momento idóneo para recordar lo que nos decía Albert Einstein: en momentos de crisis la imaginación y el poder creativo son más decisivos que el propio conocimiento. Estas dos fuerzas actúan como energías catalizadoras para el cambio y el progreso, ellas son las que hacen posible lo imposible.
La psicología lleva siglos estudiando estos procesos. A día de hoy, tenemos figuras tan destacadas en este campo como el psicólogo Howard Gardner o Malcolm Gladwell, autor de libros como La Inteligencia Intuitiva o Fuera de serie, por qué unos tienen éxito y otros no. Así, algo que nos señalan estos autores es que nuestra sociedad aún no ha asentado del todo las bases para que las personas podamos desarrollar todo nuestro potencial creativo e innovador.
El problema está en la complejidad de estas competencias y en los múltiples factores que confluyen en ellas. Por un lado, está el universo psicológico. Como señala a menudo el director de cine, fotógrafo y artista David Lynch las mentes más creativas son las que parten de un estado mental en calma, centrado y con un equilibrio emocional propicio.
Por otro, también está la propia sociedad, el entorno escolar y laboral, escenarios todos ellos que deberían asentar unas bases más adecuadas para que estos procesos se desarrollen, fluyan y tengan trascendencia.
Al fin y al cabo, es la creación la que nos permite progresar. Es el poder de la innovación la que rompe los viejos modelos para que podamos adaptarnos mejor a las necesidades del contexto.
“La lógica te llevará del punto A al B. La imaginación te llevará a todas partes”.
-Albert Einstein-
La creatividad y la innovación, dos competencias diferentes pero inseparables
Decía Oscar Wilde que una idea, para que sea realmente una idea, debe ser peligrosa. En esta frase se esconde uno de los componentes más definitorios de la creatividad y la innovación. Nos referimos al atrevimiento, a esa capacidad para desafiar lo ordinario o lo que es predecible. La mejor noticia es que todos nosotros disponemos de esta competencia.
Todos somos creativos, pero solo unos pocos, eso sí, llegan a ser lo bastante arriesgados para hacer de la creatividad el canal de la innovación más revolucionaria. Para entender mejor esta última idea pondremos algún ejemplo. Dalí es la referencia más representativa del genio creativo, pero su arte, supuso además toda una innovación para el mundo de la pintura.
Elon Musk, es físico y uno de los inventores actuales más sorprendentes. Sus creaciones se alzan como una referencia absoluta de la innovación en el mundo de la industria automovilística con los coches Tesla y también, en el sector espacial con el proyecto SpaceX.
La creatividad y la innovación son dos procesos diferentes pero que comparten un destino entrelazado. Asimismo, vienen acompañadas por un estilo de personalidad muy particular. Veámoslo a continuación.
La creatividad, la mente estirada
A menudo suele decirse que la persona creativa tiene un defecto. Está tan habituada a estirar su mente ante tantas ideas novedosas, que rara vez vuelve a su tamaño original. Esta ilustrativa metáfora nos la explica la doctora Leonor Cohen, de la Universidad de Oregon, en su estudio sobre la creatividad, adaptación y contexto cultural, del 2011.
Aunque todos tenemos la habilidad de ser creativos, esta competencia mejora cuando la trabajamos a diario haciendo uso de diferentes estrategias, como el pensamiento divergente.
Este tipo de enfoque mental nos obliga a pensar en 10 soluciones para un problema, en desarrollar un razonamiento más fluido y espontáneo en el que se integre el optimismo, la curiosidad, la imaginación más desafiante y libre…
La creatividad está impulsada a su vez por la motivación intrínseca, la que no busca refuerzos o ganancias externas.
La innovación, el propulsor del cambio
La creatividad y la innovación son dos dimensiones diferentes, pero como ya hemos señalado, siempre van juntas. Este último concepto se refiere a la capacidad de generar cambios. Innovar es dejar atrás los viejos modelos para instaurar conceptos, vertientes y productos nunca vistos.
Como suele decirse en marketing, es darle al consumidor algo novedoso que no sabía que necesitaba y que de pronto, le es indispensable. La innovación puede definirse también como la implementación de nuevas ideas, procesos, recursos o equipos de trabajo diferentes en un entorno organizacional (Amabile 1996 ; Adams et al. 2006 ).
Esta dimensión es básica para cualquier organización que quiera adaptarse a los cambios de una sociedad tan variable, tan sumida a su vez en la incertidumbre. La innovación nos permite reaccionar mejor ante los contextos cambiantes, y algo así, no podría darse sin las mentes creativas.
La creatividad y la innovación nos permiten progresar
La creatividad y la innovación nos permiten dar con soluciones distintas y, también, muchas veces mejores. Si somos capaces de orientar la creatividad hacia la innovación construiremos sociedades más receptivas para el progreso, entendido este último concepto, como la capacidad de generar bienestar en la población. Porque progreso es hacer la vida fácil, crear servicios de mayor calidad, adaptables y asequibles.
Progreso es también dar respuesta a cualquier necesidad, es ampliar los recursos destinados a la educación, la sanidad y las infraestructuras sociales. Si se crean las condiciones adecuadas para que la creatividad esté presente en nuestro día a día y se valore, no habrá dificultad que no podamos sortear.
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- Adams R, Bessant J, Phelps R (2006) Innovation management measurement: a review. Int J Manag Rev 8(1):21–47. doi: 10.1111/j.1468-2370.2006.00119.x
- Amabile TM (1996) Creativity and innovations in organizations. Harvard Business School Publishing, Boston
- Cohen LM (2011) Adaptation, adaptiveness and creativity. In: Runco MA, Pritzker SR (eds) Encyclopedia of creativity, vol 30, 2nd edn. Academic Press/Elsevier, Amsterdam/Boston
- Psychology of Innovation: Innovating Human Psychology? Technological and Institutional Innovations for Marginalized Smallholders in Agricultural Development, 2016 ISBN : 978-3-319-25716-7