La dependencia emocional en la adolescencia
La psicología lleva tiempo tratando dificultades emocionales como los celos o la dependencia emocional. Esta última presenta una serie de rasgos muy característicos.
Sabiendo que las interacciones humanas son siempre complejas, la sociedad en la que vivimos, las nuevas formas de comunicación o determinadas variables de personalidad pueden predisponer más a que las personas tengan dependencia emocional. De hecho, si tenemos que abordar esta dificultad en alguna etapa de la vida, esa etapa es, sin duda, la adolescencia.
La dependencia emocional en la adolescencia puede llegar a causar mucho malestar tanto en quienes la sufren como en su entorno. Desgranamos las claves de este fenómeno.
La adolescencia: una etapa de transición y cambios
Si hay una palabra que predomina en esta etapa vital es cambio. Tanto desde un punto de vista biológico como desde un punto de vista social, en la adolescencia transcurren una serie de cambios. Muchos de ellos repercuten en las emociones, pensamientos y conductas de los chicos. De hecho, no exageramos al decir que en esta etapa se desarrolla gran parte de la estructura de la personalidad.
Pero lo importante de esta etapa no son los cambios, sino cómo se dan esos cambios. Y es que muchos de estos, ya sean físicos, sociales, emocionales, sexuales… llegan muy rápido. Tan rápido, que en muchas situaciones los chicos no cuentan con los recursos o la madurez necesarios para afrontar muchos de ellos.
Si nos centramos en los cambios emocionales, es preciso remarcar que estos suceden en un contexto. Es decir, la adolescencia es un concepto social, ya que las influencias sociales median mucho en cómo los chicos y las chicas viven esta etapa.
Emocionalmente, los adolescentes suelen tener que soportar algunas presiones. Por ejemplo, es bastante frecuente que la búsqueda de aceptación como forma de adaptase al entorno les haga actuar de la manera que más encaje con el grupo al que quieren pertenecer. O incluso en las relaciones de pareja pueden darse todo tipo de presiones, y estas pueden generar mucho malestar.
Las relaciones de pareja suponen una nueva forma de vincularse emocionalmente y no todos tienen el nivel de autoconocimiento o las habilidades sociales como para saber poner límites o comunicarse de la forma más adecuada.
La dependencia emocional
Aunque el presente artículo verse acerca de la dependencia emocional en un ámbito de pareja, existen otras dependencias emocionales, como las materno o paterno filiales o en relaciones de amistad, sin ir más lejos. Centrándonos en la pareja, existen muchas definiciones de dependencia emocional, pero todas tienen en común los siguientes rasgos:
- Necesidad. Cuando alguien tiene una dependencia emocional crea una necesidad o conjunto de necesidades. Concretamente, necesidades emocionales de pasar tiempo con la pareja o de ser aceptado o aprobado por la misma.
- Miedo. A un nivel muy profundo, la base de la dependencia emocional (y también de los celos) suele ser el miedo. El miedo al abandono, el miedo al rechazo o el miedo a la soledad son muy frecuentes cuando se producen este tipo de dependencias.
- Reducción de la libertad. No existe una dependencia emocional que no repercuta en nuestra libertad. Las dependencias emocionales, a menudo, nos empujan a dejar de hacer cosas que antes hacíamos porque nos gustaban o a dejar de estar con gente con la que nos encontrábamos a gusto.
- Repercusión en la conducta, pensamientos y emociones. Las necesidades, comentadas en el primer punto, repercuten en los planos conductual, cognitivo y emocional. De hecho, la percepción de la realidad suele alterarse tanto que aquellos que viven situaciones de dependencia emocional no se dan cuenta, pero el resto de su entorno más cercano sí.
- Aislamiento social. Al prestar más atención a la pareja, al tratar de dedicarle más tiempo, inevitablemente renunciamos a pasar más tiempo con otras personas. De forma progresiva, aquellos que tienen una dependencia emocional van a querer pasar cada vez más tiempo con la pareja y menos con el resto de su círculo social.
Además, también es necesario aludir a la dependencia emocional mutua o la codependencia emocional. Esta se da de forma bidireccional, por parte de los dos miembros de la pareja y acentúa los rasgos que definen esta dependencia.
Cuando un adolescente tiene una dependencia emocional en el ámbito de la pareja no se ha de forzar a este a dejarla a modo de imposición. Es mucho más útil mostrarse disponible a hablar y, sobre todo, a escuchar.
El apoyo y la empatía son claves para tratar con personas con dependencia emocional. A pesar de que desde fuera se vea con claridad esta situación, quienes lo viven no lo perciben de la misma forma, y hemos de respetar los tiempos de cada persona.