La disciplina del silencio según Pitágoras
La disciplina del silencio según Pitágoras tenía como objetivo dar forma a una mente más reflexiva mediante el autocontrol de la palabra. A través de este tipo de prácticas ascéticas, el sabio de la escuela de Crotona enseñó a cientos de hombres y mujeres que solo cuando nos abstraemos del mundo sensible, podemos tomar contacto con el propio yo y alcanzar así la auténtica sabiduría.
Hace más de 2500 años que Pitágoras de Samos introdujo este principio en el mundo occidental. El célebre matemático y filósofo griego había pasado dos décadas de su vida en Egipto aprendiendo bajo la tutela de varios hierofantes en Tebas y en Menfis. Más tarde, se marchó hasta Babilonia para estudiar astrología y los principios del karma y la meditación.
Todos estos conocimientos adquiridos le sirvieron para crear su famosa escuela en Crotona, la cual, tenía una sola regla a la hora de permitir el acceso a cualquier alumno: que este pasara previamente cinco años en riguroso silencioso. A aquellos que ya tenían una personalidad serena y centrada, les bastaba “solo” con dos años.
Escritos de otros filósofos de ese período nos señalan que a este centro acudieron más de 200 alumnos, hombres y mujeres que ansiaban conocer todos los misterios y fabulosas sabidurías que se podían adquirir en la Escuela de Pitágoras. Ahora bien, si hay algo que todos sabemos es que, en la actualidad, el silencio no es precisamente algo común en los centros educativos.
Hemos perdido de algún modo, una valiosa lección que nos legó en su día el propio Pitágoras: mediante el silencio aprendemos a disciplinarnos a nosotros mismos.
“Escucha y serás sabio. El comienzo de la auténtica sabiduría es parte del silencio”.
-Pitágoras-
La disciplina del silencio según Pitágoras, ¿en qué consiste?
El principio básico que rige la disciplina del silencio según Pitágoras parte de un hecho esencial. Para el sabio de la escuela lo que más nos cuesta controlar a las personas es la lengua. Esta parte de nuestro organismo era, a su parecer, la principal causa de problemas y tragedias personales así como ese canal mediante el cual, traemos sufrimiento a la propia vida.
En libros como los escritos por Thomas Stanley, primer historiador de la filosofía, nos señala que Empédocles, político del siglo V a. C, señaló que si la humanidad fuera capaz de seguir las lecciones de Pitágoras, seriamos una sociedad más noble. Es más, incluso llegó a definir al propio Pitágoras como una figura que parecía haber acumulado veinte vidas en su ser.
A él le debemos las matemáticas puras, el término “filosofía” y la creación de esa escuela de Crotona, la cual serviría más tarde de modelo para la creación de las universidades modernas. En esa institución, se iniciaba a los alumnos en la instrucción científica y filosófica, así como en música y astronomía. Sin embargo, para poder acceder a dichos conocimientos primero debían “purificarse”. Tal rito de paso se lleva a cabo de la siguiente manera.
La dura disciplina del silencio
La disciplina del silencio según Pitágoras exigía que todo alumno pasara 5 años de riguroso silencio (dos si era una persona de carácter templado y sereno). De este modo y, según sus propias palabras, el alma humana podía volver a su propio hogar para despegarse de todo artificio u objeto externo.
- Disciplinar la lengua era el único modo para aquietar la mente, las necesidades del cuerpo y los sufrimientos que integraban el alma.
- Asimismo, a diferencia de otros matemáticos griegos posteriores, de Pitágoras no tenemos ningún libro escrito. No escribió nada porque no quiso atarse a la palabra escrita. Deseaba que sus conocimientos residieran solo en la mente de sus alumnos, esos que ya habían sido purificados mediante la prueba del silencio.
- Así, cuando un alumno daba el paso a realizar dicho rito de paso, era considerado un Acoustici. Cuando superaba esa prueba, ya era un Mathematici.
- El silencio entre los pitagóricos era algo esencial. Cuando un alumno alcanzaba ese nivel lograba una“trasmigración” de su pensamiento. De ese modo, podía comprender mejor la cosmogonía oculta de la naturaleza, de los números, del arte o de cualquier tipo de sabiduría.
Cómo aplicar la disciplina del silencio según Pitágoras en la actualidad
Somos conscientes de que pocos de nosotros podemos cumplir la disciplina del silencio según Pitágoras tal y como la formuló en su día. Hacer un riguroso voto de silencio durante un lustro no es algo que todos puedan ni quieran llevar a cabo. Sin embargo, estudios como los llevados a cabo en el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos) nos señalan algo importante.
Si fuéramos capaces de mantener un riguroso silencio entre media hora o una hora al día, disfrutaríamos de un cerebro más sano, menos estresado, una mente más centrada y un mejor estado del ánimo.
Por tanto, nunca está demás adaptar esta sugerencia con otras recomendaciones que el propio Pitágoras de Samos nos dio en su momento sobre materia de salud y bienestar:
- Estar en contacto con la luz solar, seguir los ciclos de la naturaleza.
- Permitirnos cada día como mínimo, una hora de silencio.
- Cuidar de la alimentación (en la escuela de Crotona se evitaba el consumo de carne).
- Ejercicio regular.
- Mantener conversaciones enriquecedoras.
- Llevar a cabo prácticas creativas.
Para concluir, tal y como podemos ver la disciplina del silencio según Pitágoras es como su propia figura, un legado del cual aprender, reflexionar e inspirarnos. Vale la pena recordar por tanto lecciones como las contenidas en esas frases que dirigió a sus alumnos: el silencio es la primera piedra del templo de la sabiduría.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Gómez, Pin. Víctor (2017) Pitágoras: La infancia de la filosofía. Emse
- Stanley, Thomas (2010) Pythagoras: His Life and Teachings. Hays Ltd