La ira transformadora: el arquetipo femenino
Los arquetipos son elementos recurrentes del inconsciente, predisposiciones de la psique humana que se corresponden con patrones emocionales, conductuales y cognitivos. Estos patrones determinan nuestra manera de procesar sensaciones, percepciones y símbolos; además, representan diferentes roles y son de carácter onírico y universal. En este artículo vamos a tratar el arquetipo femenino y su esencia, la Ira Transformadora.
Para empezar debemos saber que los mismos elementos se han repetido una y otra vez en los mitos, las leyendas, las religiones, los sueños y en el arte a lo largo de la historia. Son modelos simbólicos colectivos a través de los que se expresan una serie de experiencias que nos son comunes a todos.
Se desarrollan en el entorno cultural, no en el individuo, y se nos dan parcialmente heredados. Los expresamos a través de reacciones emocionales, en nuestra conducta y en nuestras proyecciones hacia los demás. Aunque la mayoría de las veces no somos siquiera conscientes de tenerlos activados. Fue el psiquiatra y psicoanalista Carl Jung quien originalmente propuso este constructo en su libro Los arquetipos y el Inconsciente Colectivo.
“Una tendencia innata a generar imágenes con intensa carga emocional que expresan la primacía relacional de la vida humana”.
-Carl Jung-
Los arquetipos femeninos
En los años 80, la psiquiatra y analista junguiana Jean Shinoda Bolen rompió con los rígidos esquemas hacia la mujer que tenían los enfoques psicoanalistas con su libro Las diosas de cada mujer. Su trabajo transformó drásticamente la psicología femenina al descubrirnos los olvidados patrones arquetípicos de diosas recuperadas de la mitología universal.
De entre el amplio elenco de diosas arquetípicas, algunas de ellas, especialmente las vinculadas a la sabiduría, parecen activarse en nosotras cuando alcanzamos la edad madura. Entre todas esas diosas, dos de ellas son mis favoritas, las que nos ocupan en este artículo. Estoy segura de que muchas de vosotras vais a poder reconocer este potente arquetipo activado ya en vuestra psique. Parece que las mujeres nos volvemos más radicales contra las injusticias a medida que nos hacemos más mayores y, en cierto modo, mucho más sabias.
Las diosas de la ira transformadora: Sekhmet y Khali
Las diosas de la ira transformadora son féminas capaces de expresar su rabia. Ni la niegan ni la reprimen ni la dirigen contra ellas mismas. Son diosas feroces, protectoras, de instinto salvaje pero a la vez son capaces de transformarse en seres fuertes y serenos. Estas dos divinidades se convocaban para que luchasen contra los demonios del mundo y para vencer a las fuerzas malignas cuando ninguna otra divinidad podía hacerles frente.
Eran diosas guerreras que en el campo de batalla inclinaban la balanza entre la vida y la muerte. En las dos se da una batalla interior entre la naturaleza divina y la demoníaca. Sekhmet casi destruye a la raza humana y Khali volvió de la batalla con los demonios enganchados a las faldas. Ambas tienen un aspecto aterrador y pueden crear vida, conservarla y destruirla. Conocen por experiencia los horrores del mundo y se muestran feroces al defender una causa. Son las protectoras de los valores, decididas a cambiar las cosas para mejorarlas.
Qué simbolizan
El arquetipo de las diosas de la ira transformadora simboliza la indignación y la rabia ante situaciones personales o sociales injustas. Representa el estado de cólera ante la intolerancia y de furia por la indiferencia ante el sufrimiento de cualquier ser.
Es en la edad madura cuando las mujeres reconocemos muchas de estas situaciones y reaccionamos dando un golpe en la mesa y diciendo: ¡Basta ya! Cuando nos vemos dispuestas a hacer algo para cambiarlo, el arquetipo se activa en nosotras.
Las energías arquetípicas de la ira transformadora son la representación de la fiera compasión femenina. Mujeres enfurecidas en protesta contra lo que es inadmisible. Es una ruptura con el mirar hacia otro lado, con el conformarse. Es el punto de inflexión que atravesamos cuando sabemos que las cosas no pueden seguir así.
Equilibrando con sabiduría
La ira transformadora es un arquetipo muy poderoso al que hay que saber detectar y controlar cuando despierta. Una vez activado nos brinda una energía que puede ser devastadora para quienes nos rodean y, peor aún, para nosotras mismas.
La ira se debe equilibrar con la sabiduría para que se convierta en ira transformadora y funcione en la dirección adecuada. No se trata de reprimir nuestra ira, ni de esconderla ni de negarla, como nos enseñaron a hacer desde niñas. Pero hay que equilibrarla. La sabiduría de la experiencia nos brinda el conocimiento suficiente para saber frenar el primer impulso de devolver la afrenta. El ojo por ojo solo nos conduce a una escalada de violencia y nos vuelve hostiles y obsesivas.
Hay que canalizar esa ira y transformarla en actos organizados y dirigidos sabiamente a cambiar un hecho, una situación o una injusticia. Se trata de ponerse manos a la obra y trazar un plan que nos lleve hasta nuestro objetivo. Sin esta sabiduría, la ira solo se transforma en cólera. El objetivo de la ira transformadora es el de dirigir a los corazones furiosos para mejorar sus propias vidas y para crear un mundo mejor y más justo.