La Ley de Hick y la toma de decisiones
La toma de decisiones es un proceso complejo en el que intervienen la experiencia, las emociones y la voluntad. De ahí que desde hace muchas décadas la ciencia haya estudiando los mecanismos que entran en juego al tomar una determinación. La Ley de Hick explica este proceso en términos de tiempo.
La Ley de Hick es un principio descubierto por William Edmund Hick y Ray Hyman. Permite medir el tiempo que tarda una persona en tomar una decisión. Plantea que a mayor número de alternativas, y mayor complejidad o divergencia en estas, obviamente aumentará el tiempo necesario para llegar a una determinación. Este tiempo sigue una pauta logarítmica.
En sentido literal, la Ley de Hick plantea lo siguiente: “El tiempo que una persona tarda en tomar una decisión es proporcional a la ‘entropía de decisión’ es decir, cantidad y complejidad de alternativas que existen”. La entropía de decisión se refiere a las dificultades introducidas por las opciones posibles.
“No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones”.
-Steven Covey-
El surgimiento de la Ley de Hick y sus aplicaciones
Los antecedentes de la Ley de Hick surgieron a finales del siglo XIX. J. Merkel había descubierto que cuando un estímulo pertenece a un grupo mayor de estímulos, las personas tardan más tiempo en dar una respuesta.
Hyck y Hyman realizaron una serie de experimentos. Así lograron determinar que se podía calcular el tiempo que tardaba alguien en tomar una decisión en función del número de alternativas serias con las que contaba. Todo esto fue expresado en una fórmula matemática.
Sorprendentemente, su principal aplicación se ha dado en los videojuegos. Los diseñadores de estos recortan el tiempo necesario para tomar decisiones en un juego determinado para crear tensión. O extienden el tiempo disponible para relajar dicha tensión.
El tiempo y el acierto
Algunas personas piensan que cuanto más tiempo dediquen a tomar una decisión, mayor es la probabilidad de elegir la mejor opción. Esto no es del todo cierto. A veces se toman decisiones muy estudiadas y, sin embargo, resultan ser incorrectas. También ocurre lo contrario.
La Ley de Hick simplemente permite calcular el tiempo para llegar a una decisión a través de una fórmula matemática universal. O sea, que es aplicable a todos los seres humanos. Sin embargo, para que la decisión sea correcta, entran en juego cuatro factores:
- Experiencia. La experiencia es conocimiento empírico. En general, tiene un peso superior al del conocimiento teórico, pues lo involucra, pero incluye aspectos de su aplicación. La experiencia es quizás el factor más relevante para tomar una decisión correcta.
- Buen juicio. Por buen juicio se entiende una mezcla de sentido común y capacidad de razonamiento, junto con madurez intelectual. Corresponde a personas que saben sopesar las situaciones y hacer balances realistas de ellas.
- Creatividad. La creatividad permite tomar los conocimientos del pasado y asociarlos con la situación concreta, para producir un nuevo enfoque. Una decisión creativa es la que innova, en alguna medida.
- Habilidades cuantitativas. Tiene que ver con la capacidad de procesar los datos cuantitativos involucrados en la situación sobre la cual debe tomarse una decisión. En otras palabras, la incorporación de la evidencia estadística.
Aspectos prácticos de la Ley de Hick
La Ley de Hick nos aporta, sobre todo, un criterio valioso para tomar de decisiones. Como señala, a mayor número de opciones, más tiempo tarda alguien en decidir. Por lo tanto, una estrategia inteligente sería reducir al mínimo las alternativas que se tienen en cuenta.
Una buena manera de llevarlo a cabo es haciendo el listado de todas las opciones disponibles. Luego, ordenarlas por el riesgo que implican o la dificultad que podría generar eventualmente. Así mismo, especificar cuál es la que mayor beneficio podría generar. Esto es un análisis básico de riesgos y es muy útil para salir de un bloqueo.
Lo que sigue simplemente es elegir la opción que presente un mayor equilibrio entre riesgos y los beneficios. De este modo se evita caer en un círculo vicioso en el que cualquier decisión parece posible o viable. Es una forma rápida y eficaz de abordar decisiones con algún grado de complejidad.