La pirámide de la nutrición emocional
¿En qué consiste la pirámide de la nutrición emocional? Si bien es conocida la pirámide de la alimentación, la parte emocional queda relegada a un segundo, tercer o cuarto plano. Ya en el año 2016, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), en su informe técnico Guías alimentarias para la población española, comienza a señalar a las emociones como un pilar para un estilo de vida saludable.
Es cierto que todos conocemos la dieta equilibrada, sabemos que comer alimentos con alto contenido en azúcares y grasas es perjudicial para la salud. También estamos al tanto de que llevar una vida completamente sedentaria acarrea problemas de salud a largo plazo. Sin embargo, las emociones y sus repercusiones en la vida de las personas son en mayor medida desconocidas.
La pirámide de la nutrición emocional se basa en unos elementos básicos educativos, en referencia a los componentes emocionales, que influyen en el desarrollo madurativo de los más pequeños. Del mismo modo que alimentación juega un papel esencial, las emociones son una parte fundamental de las necesidades básicas, tal y como afirma la SENC.
“La mente tiene una gran influencia sobre el cuerpo, y las enfermedades a menudo tienen su origen allí”.
-Jean Baptiste Molière-
¿Qué son las emociones?
¿En qué consiste el concepto de emoción? Lawler define las emociones como estados evaluativos, sean positivos o negativos que tienen elementos fisiológicos, neurológicos y cognitivos.
Para Brody, las emociones son sistemas motivacionales con componentes fisiológicos, conductuales, experienciales y cognitivos, que tienen una valencia positiva o negativa y que varían en intensidad. Para el autor, las emociones suelen estar provocadas por situaciones interpersonales o hechos que repercuten en nuestro bienestar.
El psicólogo estadounidense Paul Ekman, figura clave en el estudio de las emociones, señala que existen seis emociones básicas: el miedo, la tristeza, la alegría, la ira, el asco y la sorpresa.
Educación emocional
En cuanto a la educación, los padres y madres son conscientes de lo que necesita en gran parte su hijo, que varía según el estilo educativo familiar y las necesidades en función de la edad de cada pequeño.
La alimentación, la ropa y el calzado, un hogar cálido y seguro, una adecuada educación primaria y secundaria, momentos de entretenimiento mediante juegos didácticos son algunas de las necesidades principales.
Existen ciertos elementos básicos a considerar en la educación basados en las emociones que podemos englobar en una pirámide en función de la importancia.
“Todo aprendizaje tiene una base emocional”
-Platón-
La pirámide de la nutrición emocional
La base: afecto y apego seguro
John Bowlby, en su teoría del apego, estudia los diferentes tipo de apego y su significado. Resalta la importancia del apego seguro en la educación de los hijos, puesto que es la mejor garantía de una infancia sana.
El apego seguro es un tipo de vinculo que se establece entre el niño y las figuras de referencia que le rodean, en el que predomina una sensación de seguridad y protección del niño frente a sus necesidades. En definitiva, el pequeño se siente seguro y cuidado cerca de su figura de apego, lo percibe como un vínculo estable y duradero donde puede mostrarse tal y como es. Siente que le quieren, que merece amor, percibe el cariño de sus figuras de apego.
El tipo de apego que experimentamos a lo largo de nuestra infancia va a condicionar en buena medida el desarrollo de nuestra autoestima, confianza y autonomía personal. Además, a nivel social, los niños con apego seguro mantienen relaciones más saludables. A mayor calidad de la relación afectiva con las figuras de apego más probabilidades tendrá la persona de alcanzar una vida plena y equilibrada.
“Si queremos a un niño independiente y seguro de sí mismo debemos intentar establecer una relación de apego seguro con él, lo cual implica estar presentes y disponibles, entendiendo y atendiendo a sus necesidades como tales”.
-Mariel Bonnefon-
Tolerancia a la frustración
Enseñar a tus hijos a tolerar la frustración es quizás una de las metas más importantes, pero también más difíciles. En su pensamiento egocéntrico, los niños creen que el mundo gira a su alrededor, de manera que pueden llegar a pensar que se merecen todo lo que quieren en el momento en que lo quieren.
Les cuesta entender que hay deseos que no van a ver satisfechos. Hay que entender que en lo que respecta a la gestión de emociones, los niños no poseen las herramientas necesarias para eliminar, disminuir o tolerar su malestar tras sentirse frustrados. Fisiológicamente, su corteza prefrontal, asociada al control de impulsos, todavía no ha terminado de desarrollarse.
Por consiguiente, es fundamental el establecimiento de normas, límites y una educación basada en la expresión de emociones, ¿qué sientes cuando te ocurre algo así?, ¿cómo te comportas cuando te sucede?. De esa manera, se promueve la comunicación, dotándoles de herramientas indispensables para su autocontrol y gestión emocional.
Establecer límites
Es clave para los padres y/o madres establecer unos límites claros y concretos sobre lo que está permitido y sobre lo que no, y las consecuencias de pasar los límites. Decir “no” también es educar, es ayudarle a gestionar las emociones de valencia negativa fomentando la tolerancia de los hijos.
Derechos y obligaciones
Es fundamental que los niños sepan hasta dónde llegan los derechos que poseen, al igual que las obligaciones que tienen que cumplir. Que sepan cómo impartir sus obligaciones y responsabilidades, y hacer uso de sus derechos.
Ideas empoderadoras y comunicación asertiva
Las ideas empoderadoras por parte de los padres y/o madres juegan un papel de suma importancia en el desarrollo afectivo de los hijos. Con este concepto, nos referimos al hecho de enviar a los niños mensajes reforzadores y positivos que les devuelvan el control en aquellos márgenes en los que sí que pueden actuar para lograr lo que quieren (autonomía). “Vas a lograrlo”, “tú puedes”, “confía en ti”, “valoro tu esfuerzo”, son algunos ejemplos.
La comunicación asertiva hace referencia a la expresión de opiniones y emociones que el contexto no favorece, evitando comportamientos negativos tales como descalificaciones, reproches, enfrentamientos y tonos ofensivos. En otras palabras, consiste en expresar las ideas de manera clara, sin ánimo de conflicto.
“Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su capacidad de escalar árboles, vivirá toda su vida creyendo que es inútil”
-Albert Einstein-
Cúspide: el juego
El juego constituye un elemento esencial para la diversión, pero también para la expresión. en el marco del juego, los niños encuentran un entorno controlado para experimentar algunos de los fenómenos sociales y físicos que también se reproducen en otros planos. Es tan importante, que el juego es un derecho de la infancia reconocido por la ONU desde 1959.
En definitiva, como parte de la pirámide de la nutrición emocional, podemos servirnos del juego para invitar al reconocimiento y la expresión de emociones. De esta manera, por ejemplo, podemos crear situaciones ficticias y tratar de analizar con el niño qué puede estar sintiendo cada uno de los personajes en ellas.
“Los niños necesitan mucha libertad para indagar, probar, equivocarse y corregir… para apreciar los infinitos recursos de las manos, de la vista, del oído, de las formas, de los sonidos y los colores”.
-Loris Malaguzzi-
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- Bowlby J. (2014). Vinculos Afectivos: Formación, Desarrollo y Pérdida. (6ª edición). Madrid: Morata.