La primera relación sexual: demasiados mitos y pocas verdades

La primera relación sexual: demasiados mitos y pocas verdades
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 13 julio, 2019

La primera relación sexual marca un recuerdo que rara vez se olvida. Eso es verdad. Significa abrir una puerta a nuevas sensaciones, a nuevas maneras de relacionarse con la pareja y, por lo que implica, con la vida. Sin embargo, pese a la aparente libertad que impera en los tiempos que vivimos -algunos hablan incluso de libertinaje-, el sexo sigue siendo un tema tabú y todavía hay muchas ideas equivocadas que sobreviven en la sociedad gracias a la forma de comunicación más antigua: el boca a boca.

El equívoco más generalizado de todos es el de suponer que la sexualidad comienza con esa primera relación. Esto es completamente falso ya que desde que venimos al mundo somos seres sexuados. Hay expertos que afirman que existen “placeres del orden erótico” que se experimentan ya al succionar el pecho de la madre y al controlar o liberar los esfínteres. También al tocar nuestro cuerpo o experimentar el roce de la piel con alguna textura que se nos antoje gratificante.

No hay nada seguro alrededor del sexo. Jamás lo habrá”.

-Norman Mailer-

La genitalidad es tan solo una de las muchas dimensiones de la sexualidad. Por eso, en un sentido estricto, la primera relación sexual es solo relativamente la primera. A la vez, para el ser humano hay muchas primeras veces, aún hablando del mismo terreno.

Todo esto es un ejemplo claro del sinnúmero de mitos y verdades que se han construido alrededor del sexo y, en particular, de la primera relación sexual. Hagamos un repaso sobre algunos de esos equívocos que han “hecho carrera”.

La edad de la primera relación sexual

No hay una edad crítica  para tener la primera relación sexual. Hace apenas unas cuantas décadas, una chica de 14 años ya estaba en edad de casarse y comenzar a tener descendencia. De hecho, esto se mantiene en muchos lugares del mundo. También ocurre lo contrario. Te sorprenderá saber que en un estudio realizado en Japón, el 42% de los hombres entre 18 y 34 años eran vírgenes.

pareja joven en el campo

Según los datos estadísticos, la edad promedio de la primera relación sexual son los 17 años. Esto varía de cultura a cultura e incluso entres clases o grupos sociales de una misma cultura. Comenzar la vida sexual de pareja antes, después o mucho después es una opción personal.  No estar dentro del promedio no significa ser anormal en el sentido negativo del término.

La primera relación sexual debe ser maravillosa

Es uno de los mitos más extendidos y más erróneos que hay. Lo usual es que ocurra todo lo contrario ya que la inexperiencia y la ansiedad nos pueden llegar a hacer muy torpes. Rara vez las primeras veces tienen algo más de memorable que haber sido las primeras veces; esto no solo pasa en el terreno  sexual, sino en también en muchas otras áreas de la vida.

Según una investigación llevada a cabo en los Estados Unidos, hasta el 85% de las mujeres dijeron haberse sentido profundamente decepcionadas durante su primera vez. No sonaron los violines, ni tocaron el cielo con las manos. Se exploró, se conoció un poco más y se avanzó en el terreno del amor físico de pareja. Nada más que eso.

La mitificación de que la primera vez ha de ser maravillosa e inolvidable nos sitúa en una posición incómoda. ¿Por qué? Porque nos crea unas falsas expectativas. Será recordada por ser la primera vez, pero no tiene porque serlo por ser maravillosa ni la más especial. Se trata de un acercamiento a un aspecto más de la sexualidad que no tiene porque quedar en nuestra memoria como uno de los mejores momentos de nuestra vida. Es más, muchas personas afirman que su primera pareja, de hecho, ha sido de las que menos gratos recuerdos guardan. Que sea la primera, no significa que sea la mejor ni la más especial.

El hombre debe hacerse cargo de la situación

Es un mito impuesto por el machismo y también por el miedo, tanto de hombres como de mujeres. Si él tiene más experiencia que ella, quizás “cuente con ventaja” y le toque asumir una responsabilidad mayor a la hora de reducir la tensión que pueda flotar en el ambiente. Igual al contrario. Sin embargo, el más experimentado no puede ni debe hacerse cargo de las emociones o las sensaciones del otro.

pareja cogida de la mano

Tanto el hombre como la mujer deben tener su primera relación sexual -y el resto, por supuesto- de forma voluntaria. Ni el uno ni el otro tienen por qué aceptar presiones. Tampoco es aconsejable que nadie dé el paso antes de haber resuelto las posibles contradicciones con sus creencias ni esperar que la pareja asuma una responsabilidad que les corresponde a los dos. Se trata de la complicidad entre dos personas. Por lo tanto, la compenetración entre ambos, independientemente de la experiencia, será fundamental.

Hay un buen indicador de que estás listo o lista para tener tu primera relación sexual. Si estás en capacidad de expresarle clara y directamente tus emociones, necesidades y deseos a tu pareja, seguramente tienes muchas cartas a tu favor para que dar ese paso te haga disfrutar y crecer. Si, en cambio, no te sientes cómodo o experimentas confusiones, quizás todavía no ha llegado el momento. Es recomendable esperar al momento adecuado. Un momento alejado de prisas, de presiones y de estigmas sociales.

El alcohol u otras drogas ayudan

Uno de los efectos del alcohol es que contribuye a crear un estado de desinhibición. Por eso, muchas parejas jóvenes gestionan sus temores acudiendo a esta o a otras drogas similares. La primera relación sexual, así como toda experiencia nueva, trae consigo dudas y miedos. Por más convicción que haya, también habrá inhibiciones.

Adolescente bebiendo

Lo único que se logra con un psicoactivo es falsear esa experiencia. Este tipo de drogas afectan a los sentidos e impiden experimentar claramente las diferentes sensaciones. También hacen que la conducta cambie y, en esa medida, no aportan mucho a tu autoconocimiento. A través de esta conducta, lo único que conseguimos es desvirtuar la emoción genuina y dejarnos llevar por otra completamente alterada. Así pues, el alcohol no es el mejor amigo de las primeras veces. Mucho mejor ser uno mismo, auténtico, y dejarse llevar.

La primera relación sexual no es como un trámite bancario porque requiere de nosotros una implicación mucho más íntima, pero tampoco es una marca indeleble. Lo ideal es que sea una experiencia amorosa y gratificante que aumente la confianza y el aprecio que la persona siente por ella. Lo esencial para que la experiencia sea buena parte del deseo de querer vivir esa experiencia de manera libre y en sintonía con el resto de dimensiones, el resto consiste en dejarse llevar por las sensaciones y la intuición.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.