La soltería es mi realidad, para bien y para mal
Si atendemos al célebre Petronio, quien decía que “te puedes casar o quedar soltero, pero te arrepentirás de las dos cosas”, da igual lo que hagamos, porque fallaremos siempre. ¿O tal vez buscamos siempre lo que no tenemos? El caso es que para muchas personas, la soltería es una realidad, sea elegida o no.
Sin embargo, nuestra forma de ser real se suele expresar a través del comportamiento social. Aun siendo grandes actores, nuestras relaciones con los demás nos describen tal como somos ante quien sabe interpretar.
Por qué elegir la soltería
Dentro del mundo social en que nos movemos, cada vez son más personas las que eligen la soltería. No obstante, para otros no es una decisión, sino una realidad porque no han sido capaces de emparejarse. También están a los que les resulta indiferente, y así podríamos seguir con una variedad de motivaciones respecto a tener o no pareja que hace unos años era impensable.
El caso es que a lo largo de nuestras vidas nos encontramos con gente de todo tipo. Pero cada día está más aceptada a nivel social la opción de la soltería o, al menos, si alguien no encuentra pareja no se ve abocado a buscarla para no ser un paria, como sucedía hace no tanto tiempo.
Por ello, el psicólogo y sociólogo Arturo Torres se ha lanzado al difícil camino de realizar una selección del tipo de solterías que existen. No obstante, su clasificación es informal, pero resulta curioso echarle un vistazo. ¿Quién sabe? Tal vez veas el reflejo de tu realidad social actual.
La soltería independiente
Torres comienza hablando de solteros independientes. Son aquellas personas que valoran su vida sin las ataduras que consideran que sufrirán si tienen pareja. Para ellos su tiempo y su espacio son demasiado importantes, por lo que huyen del compromiso intenso ya que lo ven como un limitador de lo primero.
Soltería autosuficiente
En este segmento incluye a personas en cuya mente no entra el más mínimo atisbo de tener pareja. Son totalmente autosuficientes y necesitan un grado elevado de aislamiento. Su estado natural es solitario, pero no en términos negativos. Simplemente no tienen interés en compartir su mundo con otras personas.
Soltería aislada
En este caso, Torres se refiere a aquellos solteros que siendo independientes y autosuficientes, preferirían tener pareja. Así pues, no se sienten aislados, pero desean compartir y abandonar su vida solitaria. A veces sucede por su falta de costumbre social o por su baja cualificación para aprender hábitos nuevos.
“El soltero es el tigre que escribe ochos en el piso de la soledad. No retrocede ni avanza”
-Ramón López Velarde-
Soltería de autoestima baja
En este grupo, el psicólogo introduce a aquellas personas que ansían una relación, pero que son incapaces de buscarla. Tal vez por su baja autoestima, sus costumbres o su falta de habilidad social, no se consideran a sí mismos con la capacidad para llegar a ser atractivos. No obstante, con estas personas se puede trabajar para darle una vuelta a sus pensamientos ya que se sienten infelices y desdichados: se encuentran en una situación en la que no quieren estar pero a la que ellos mismos se condenan.
Soltería existencial
Un quinto grupo aúna a los solteros existenciales. Se caracterizan por su pesimismo, de ahí que no crean en las relaciones de pareja. Suelen tener una visión del mundo fría y desapasionada, así que se desmarcan habitualmente de las emociones íntimas.
La soltería ideológica
Torres establece otro grupo, a los que llama solteros ideológicos. Es poco común, e incluye a personas que establecen líneas rojas propias para conocer a otras. Así pues, suelen rechazar de forma sistemática a la mayor parte de candidatos. Se les puede considerar como muy exigentes, pero llevado al extremo podría derivar en situaciones de ansiedad y presión excesiva.
Soltería transicional
En este apartado encontramos a los solteros que están en busca de relación. Tienen claro que quieren estar con alguien en el corto y medio plazo, por lo que examinan sus posibilidades y tratan de localizar candidatos. Así pues, su estado es de transición: han cerrado una relación y probablemente pronto comenzarán una nueva.
Soltería por aprendizaje
Finalmente, Arturo Torres nos habla de la soltería por aprendizaje. Son personas que huyen de tener una relación porque sus experiencias en pareja fueron negativas. Así, la mayor parte de ellas elaboran un discurso en el que encajan sus recuerdos y en el que quedan reflejados las que son para ellas las causas de su situación. La memoria traumática les crea un rechazo casi irracional a emparejarse, pudiendo derivar en la filofobia (fobia a las relaciones románticas).
“Los solteros somos hombres que nos hemos casado con nosotros mismos. Y en la mayor parte de los casos, somos un matrimonio que nos llevamos fatal”
-Miguel Mihura-
Vivimos en un mundo donde tendemos a etiquetar todo con tal de entender. Por ello no es extraño que identifiquemos la soltería según sus condiciones y detalles concretos. Ahora bien, pese a ser una clasificación informal, parece un trabajo bastante completo. Por ello, si miramos atrás u observamos nuestra situación actual, tal vez nos veamos reflejados en alguno o varios de los grupos. A mí me ha pasado, ¿y a ti?
Imágenes de WikiHow