La técnica del sándwich
La comunicación es un asunto tan crucial como delicado en toda interacción humana. No todos poseemos de forma innata la capacidad de transmitir lo que deseamos con efectividad. Para muchos de nosotros es común caer en malos entendidos y conflictos, por ello la técnica del sándwich puede resultar una herramienta de utilidad.
Todos conocemos a alguien que expresa sus ideas y desacuerdos de una manera natural, fluida y elegante. Sus opiniones siempre son bien recibidas a pesar de contradecir a su interlocutor. Pues bien, a pesar de que no todos tenemos naturalmente las mismas dotes comunicativas, estas se pueden trabajar.
La importancia de la asertividad
Para ello, el primer paso consiste en ser conscientes de que es nuestro derecho compartir nuestras opiniones y posturas personales. Y que es posible hacerlo sin dañar ni herir al otro. Tan inadecuada resulta una comunicación hostil y agresiva como una incapacidad de negarnos a nada de lo que nos piden.
Muchas personas encuentran verdaderamente complicado decir “no”, poner límites o defender sus propias necesidades. Temen generar un conflicto y por ello prefieren actuar en incoherencia con lo que sienten, generándose un malestar emocional.
No obstante, tampoco es recomendable colocarnos en el polo opuesto. Defender nuestro punto de vista nunca significará herir o faltar al respeto al otro. Ignorar los deseos y sentimientos de nuestro interlocutor no es buen camino. Es decir, la amenaza y la manipulación no son estrategias válidas a la hora de relacionarnos.
La clave, por tanto, radica en tener en cuenta tanto nuestro punto de vista como el de la otra persona. Expresarnos de un modo firme, pero respetuoso, de forma que la comunicación resulte satisfactoria para ambas partes. Es en esta tarea donde la técnica del sándwich puede ayudarnos.
La técnica del sándwich
Esta es una técnica que nos ayuda a expresar una crítica o una negativa sin que sea mal recibida por la otra persona. Todos solemos ponernos a la defensiva cuando escuchamos algo que no nos agrada, por ello esta técnica prepara el terreno para que la persona adopte una predisposición positiva. Para lograrlo utiliza una secuencia precisa:
- Formular un elogio sincero sobre la otra persona. Este debe expresarse de forma clara y concisa y ha de ser un halago verdadero.
- Comunicar la crítica o la negativa. En este caso debemos desarrollar y explicar la información negativa que deseamos transmitir.
- Terminar con un mensaje o una propuesta positiva
Como podemos comprobar, la información sensible que puede resultar desagradable para el otro queda encapsulada entre dos mensajes positivos. De esta forma se suaviza el tono negativo y se facilita la predisposición de la persona a escuchar y aceptar nuestra información. Veamos algunos ejemplos.
La técnica del sándwich para expresar una negativa
Imaginemos que un amigo nos pide que lo acompañemos a un concierto. Por un lado, a nosotros no nos gusta en absoluto el grupo musical ni el ambiente de los conciertos y no deseamos ir. Por otro lado, nos da reparo negarnos por miedo a que nuestro amigo lo tome mal. Podemos emplear la técnica del sándwich para facilitar la comunicación:
- Gracias por comentarme lo del concierto, siempre que salimos juntos me divierto mucho.
- Sin embargo, no me gusta ese grupo y ya sabes que el ambiente de los conciertos me agobia bastante, así que no me apetece ir.
- Pero seguro que encuentras a alguien que te acompañe, ¿le has preguntado a…?
La técnica del sándwich para pedir un cambio de conducta
Pongamos que deseamos comunicarle a nuestra pareja que no nos gusta el tono que utiliza cuando discutimos sobre algo. Esta técnica puede ayudarnos a no generar un nuevo conflicto.
- Sabes lo mucho que te quiero y lo importante que eres para mí.
- Sin embargo, cuando discutimos me alzas la voz y eso no me gusta nada, así que te pido por favor que hablemos las cosas en un tono más respetuoso.
- Aunque te agradezco que tengas la confianza para decirme lo que no te agrada, creo que eso es bueno en una pareja.
Recomendaciones para aplicar la técnica del sándwich
Algunos puntos claves a tener en cuenta cuando se quiere aplicar esta técnica son:
- Sé específico. Asegúrate de que el cumplido no sea ambiguo o poco claro. De lo contrario, la otra persona podría sentir que tu retroalimentación no aplica para él.
- Sé sincero. No elogies al otro por compromiso, ya que puedas parecer falso. Encuentra algo que realmente sientas que la otra persona ha hecho bien para mencionarlo.
- Ofrece críticas constructivas. El objetivo no es decirle al otro simplemente lo que hace mal. Una crítica constructiva implica que también proporciones algunas ideas para que mejore. Dile qué es lo que hace mal y cómo puede solucionarlo.
- Sé directo. Procura ir directo al grano. Después de brindar una afirmación positiva, ofrece la retroalimentación de forma clara y directa.
- Sé breve. No te vayas por las ramas. Tu afirmación debe ser directa y breve. Al ofrecer una retroalimentación sándwich, sé breve para que tu mensaje se comprenda con facilidad.
- Brinda consejos claros. El objetivo de proporcionar una retroalimentación es ayudar a la otra persona a que tenga éxito. Evita decirle lo que necesitas que haga con términos vagos. En cambio, infórmale cuáles son los objetivos específicos que debe alcanzar.
- Ofrece sugerencias específicas. Evita las sugerencias poco claras para mejorar el comportamiento del otro. Frases como “Necesitas mejorar” no son muy útiles. En cambio, habla del asunto en sí que necesita cambiar.
- Ofrece tus comentarios de manera oportuna. Procura brindar una retroalimentación cuando aún sea útil. Si esperas a estar completamente insatisfecho, es posible que no haya mucho tiempo para salvar la situación. Aborda los problemas tan pronto como los notes.
Como vemos, la técnica del sándwich es una herramienta muy sencilla de poner en práctica, pero que puede resultar muy efectiva. En toda comunicación con los otros hemos de recordar que tan importantes son sus derechos como los nuestros. Que podemos expresarnos de forma libre pero sin herir ni dañar a nadie.
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- Roca, E. (2014). Cómo mejorar tus habilidades sociales. ACDE.
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