Cómo responder a las críticas y sacar provecho de ellas
Cuando recibimos una crítica solemos experimentarla como un ataque personal, un comentario hiriente y en algunos casos vergonzoso, que nos duele y nos molesta. De ahí que en muchas ocasiones responder a las críticas no nos resulte tan fácil y una de nuestras primeras reacciones sea ponernos a la defensiva.
Dejar que una crítica nos afecte tanto no es una buena idea y más si esta es injustificada. En lugar de ponernos a la defensiva, nos irá mucho mejor si respondemos a las críticas de forma asertiva. De esta manera, podremos sacar provecho de ellas y evitar que nos acaben haciendo daño.
Antes de nada es importante hacernos una serie de preguntas sobre las críticas que recibimos, ya que no todo el mundo tiene la intención de hacernos daño. Por ejemplo, ¿cuál es el objetivo de la persona que nos critica? ¿por qué lo hace? ¿qué motivos tiene?
Si al recibir una crítica no nos paramos a pensar por qué está tan enfadada esa persona o cuál ha sido el motivo de su reacción, lo más probable es que nos pongamos a la defensiva. Sin embargo, si evitamos dejarnos llevar por nuestros impulsos y nos calmamos todo será mucho más sencillo. Desde la serenidad las situaciones se ven de otra manera. Quizás el otro no esté tan confundido…
Ahora bien, si decidimos que la persona que nos critica está equivocada pero no lo expresamos, y aceptamos finalmente lo que nos dice, estaremos potenciando que nos manipulen. Además, nuestra autoestima se verá afectada porque no nos respetamos.
Afrontar las críticas
Cuando una persona no saber aceptar críticas suele reaccionar excusándose (“sí, pero…”), criticando o incluso, intentando evitarlas a toda costa. También están aquellos que las aceptan de manera superficial pero sin el convencimiento de la necesidad de cambio.
Todas estas conductas son perjudiciales porque conciben a las críticas como ataques. De este modo, lo más probable es que nos sintamos mal y además, que seamos incapaces de aprender de ellas.
¿Cómo aceptar las críticas?
Si aprendemos a reaccionar con calma ante una crítica, entonces aprenderemos a controlar nuestras emociones negativas. Al estar tranquilos podemos atender mejor a lo que nos dicen y sacar provecho de ello. Solo así podemos evaluar las intenciones del otro y distinguir si ha sido con mala intención o no.
Así, si la crítica es constructiva, podremos aprender de ella y utilizarla para mejorar. Ahora bien, si es buena pero la otra persona no ha sabido expresarla, podemos mostrarle la manera de decir las cosas para evitar estropear la relación.
En el caso de que sea un intento de manipulación, la mejor respuesta no es la ira ni el enfado, sino la habilidad de expresar lo que pensamos de forma asertiva, desde la calma y la tranquilidad. De hecho, al no reaccionar con ira no mostraremos nuestros puntos débiles.
Si la otra persona lleva razón y nos hemos equivocado lo ideal es que rectifiquemos. Si por el contrario no es así, lo ideal es que nos reafirmemos en nuestra postura. Si la otra persona continúa, lo mejor es no entrar al trapo.
Cuando estamos tranquilos ante una crítica entonces podremos salir airosos de una situación que, en la mayoría de las ocasiones, se torna desagradable. Responder desde la asertividad nos ayuda a no sentirnos atacados y a proteger nuestra autoestima.
“Una crítica sólo es una opinión. No tienes que demostrar nada. Siempre puedes aprender de las críticas o mejorar y controlar tus emociones y no entrar al trapo”.
Cómo responder a las críticas con éxito
Recibir una crítica no es agradable, sobre todo cuando pensamos que aquello que nos dicen no es verdad. A continuación veremos cómo responder a las críticas con éxito y cómo sacarles el máximo provecho.
El primer paso tras recibir una crítica es analizar y cambiar nuestro discurso privado, es decir, aquello que nos decimos y pensamos en silencio. Por ejemplo, podemos decirnos lo siguiente: “No tengo que demostrar nada porque nadie me está atacando. Escucha con atención, que lo que te dice puede ser útil. Trata de entender lo que quiere esta persona. Que me critique no significa que haya fracasado”.
Lo siguiente que deberemos hacer es evaluar la crítica. Esto nos ayudará a decidir si debemos cambiar nuestro comportamiento o si lo conveniente es rechazar lo que nos han dicho de forma constructiva. Para ello, podemos preguntarnos y reflexionar sobre los siguientes puntos:
- Preguntarse quién realiza la crítica. ¿Está cualificado?, ¿me conoce lo suficiente?, ¿sabe de qué está hablando?…
- ¿Cuál es la finalidad de la otra persona al realizar la crítica? Su finalidad puede ser hacerte sentir mal, pero también puede ser llegar a un acuerdo o que sepa lo que le molesta y lo cambie.
- Preguntarse si es una crítica que recibimos a menudo. ¿Es la primera vez que la escucho o han sido más personas las que coinciden en este tema?
- ¿Cuánta energía hay que gastar en el cambio que sugiere la crítica? Quizá no compense…
- Estimar el clima emocional. Esto significa que quizá la persona estaba enfadada y tal vez no deberías tenérselo en cuenta. El momento emocional da un matiz diferente a la situación. Todos podemos decir cosas que no sentimos durante un enfado. A veces lo mejor es relativizar.
Para responder a las críticas con éxito la clave se encuentra en la escucha activa y en la gestión del discurso privado para posteriormente, elaborar una respuesta asertiva desde la calma y la tranquilidad.
¿Qué hacer si la critica es adecuada?
Si la respuesta a si la crítica es procedente es afirmativa, entonces podemos actuar de diferentes formas. Son las siguientes:
- Controlar las emociones. Lo ideal es no enfadarse sino gestionar cómo nos sentimos.
- No defenderse ante las criticas. Si es cierto lo que nos dicen, entonces no hay nada de lo que defenderse. Si lo hacemos, perdemos tiempo y energía.
- Escuchar activamente. Una reacción adecuada es escuchar de manera activa, es decir, prestando atención al mensaje para comprender mejor aquello que nos está diciendo y responder a las críticas de manera adecuada.
- Pedir más información y buscar datos que ayuden a cambiar. Se trata de encontrar alternativas, no de enfadarse.
- Pedir información específica sobre cómo cambiar. Una de las preguntas clave sería “¿Cómo podría hacerlo mejor?” tanto a la otra persona como a nosotros mismos.
- Resumir lo que nos han dicho para asegurarnos que lo entendimos. Hacer un resumen final y preguntar a nuestro interlocutor si lo hemos entendido bien.
- Establecer una estrategia para cambiar. Planificar y realizar conductas que nos ayuden a cambiar.
Como vemos, hay dos formas básicas de responder a las críticas. Si la crítica no procede, entonces debemos ponernos en la piel de la otra persona e intentar comprender por qué nos critica. Si la crítica está justificada, entonces lo mejor es ser asertivos y mejorar aquello que se nos está criticando.
Referencias bibliográficas
Caballo, V. Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Editorial S. XXI. 2002.
Goleman, D. La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kairos. 1999.