La terapia integral de pareja
Según Riva (2012), la terapia integral de pareja forma parte de las terapias de tercera generación. Esta terapia enfatiza las experiencias privadas (emociones y pensamientos), la aceptación y el mindfulness. También presta especial atención al análisis funcional del comportamiento como forma de evaluar los problemas, tiene en cuenta el contexto donde surgen, los antecedentes y las consecuencias de las conductas distorsionadoras y la historia personal de las personas.
Como menciona Cordova (2002), esta terapia es llamada terapia integral debido a que integra las técnicas de aceptación y las técnicas propias de la terapia conductual de pareja.
Así, la terapia integral de pareja supone la evolución de la terapia de pareja conductual tradicional (Jacobson y Margolin, 1979), ya que incorpora un componente de aceptación emocional y no se centra tanto en el cambio de conducta, lo que la enmarca dentro del paradigma de las terapias de tercera generación.
Los estudios señalan que es un tratamiento diferente a la terapia de pareja conductual tradicional y que los mecanismos de cambio subyacentes la hacen más adecuada para tratar los problemas de pareja.
“La aceptación de lo que ha sucedido, es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”.
-William James-
La terapia integral de pareja como terapia de tercera generación
Aceptación
Las técnicas de aceptación son empleadas para ayudar a las parejas a encajar sus diferencias de forma que éstas no se transformen en fuentes de conflictos crónicos. Las estrategias principales que se emplean según Dimidjian, Martell y Christense (2008) son las siguientes:
- La unión empática. El objetivo es intentar disminuir los comportamientos negativos de la pareja, para ello se pide a los pacientes que expresen el dolor causado por estos comportamientos sin realizar una acusación y sin culpar, solo mostrando al cónyuge o pareja las emociones que ha provocado su manera de comportarse.
- Desapego unificado. El objetivo será que la pareja identifique las interacciones de las que nace la frustración de cada uno. Se trata de que los pacientes observen los problemas de pareja desde otras perspectivas, haciendo un análisis profundo de los refuerzos que mantienen conductas que erosionan a la pareja y pretendiendo que hablen de ello jugando un rol de espectadores.
- Tolerancia. Se usa cuando las dos técnicas anteriores no funcionan. El terapeuta ayuda a la pareja a ampliar los márgenes de tolerancia de cada uno. No se trata de volver a esa fase de idealización que se da en las primeras etapas del enamoramiento, pero sí de hacer un análisis justo y recocer aquello que tiene de bueno el otro.
“Nunca por encima de ti, nunca por debajo de ti, siempre a tu lado”.
-Walter Winchell-
Mindfulness
Por su parte, el mindfulness es una técnica actual que se basa en planteamientos muy antiguos con raíces en distintas religiones y filosofías orientales y occidentales, aunque es el budismo el que más influencia ejerce en esta técnica. Hace referencia a la atención y conciencia plena del aquí y ahora, sin entrar a valoraciones ni juicios.
Según O’Kelly y Collard (2012) las relaciones, a lo largo de la vida, tienen que enfrentarse a diferentes pruebas. Con esta técnica se logra un mayor manejo de estas situaciones paliando los efectos que estas provocan en la relación de pareja, además ayuda a que cada persona sea consciente de cómo suele relacionarse con el otro en estados emocionales concretos. También mejora el auto-control.
Bajo la directriz de este modelo se basa en el refuerzo natural (una sonrisa, un comentario agradable, etc.). Es decir, usa menos reglas externas a la propia dinámica relacional para reforzar que la terapia tradicional conductual.
Estudios de terapia integral de pareja
Jacobson, Christensen, Prince, Cordova y Eldridge (2000) comparan la terapia conductual de pareja con la terapia integral. Los datos que obtuvieron en su estudio señalan que los participantes tratados con la terapia integral mostraron mayor satisfacción con la pareja que los tratados con terapia conductual.
Datos similares obtienen Perissutti y Barraca (2013) en un estudio posterior. A partir del análisis de doce estudios encuentran una ligera mejoría en los pacientes intervenidos en terapia integral, tanto al terminar el tratamiento como transcurridos uno años. Sin embargo, estos mismos autores encuentran que tras cinco años de seguimiento la terapia integral y la terapia conductual obtienen resultados muy similares.
“El amor no reclama posesiones sino que da libertad”.
-Rabindranath Tagore-
En definitiva…
Este tipo de terapia combina técnicas de la terapia cognitiva con nuevas estrategias para fomentar la aceptación, ayudando a tener un mayor conocimiento de las emociones propias y del otro. Esta terapia considera que las personas son reactivas emocionalmente a las diversas conductas de su pareja y trata de mejorar la confianza, la intimidad y la complicidad en la relación.
Pensemos que cuando hay una mayor aceptación, las personas están más dispuestas a realizar cambios para mejorar, adaptarse al otro, comunicarse de una manera más clara y solucionar los conflictos.
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- Álvarez, M. P. (2006). La terapia de conducta de tercera generación. EduPsykhé: Revista de psicología y psicopedagogía, 5(2), 159-172.
- Jacobson, N. S., & Christensen, A. (1996). Acceptance and change in couple therapy: A therapist’s guide to transforming relationships. New York, NY: Norton
- Gaspar, R. M. (2006). Terapia integral de pareja. EduPsykhé: Revista de psicología y psicopedagogía, 5(2), 273-286.