La terapia MR para la parálisis del sueño

La terapia MR es una intervención destinada a la parálisis del sueño. Un fenómeno que por norma suele producir una gran ansiedad por las sensaciones tan grandes de falta de control que produce.
La terapia MR para la parálisis del sueño
Francisco Roballo

Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Roballo.

Última actualización: 01 agosto, 2022

La terapia MR es una intervención diseñada para la parálisis del sueño (PS). Este trastorno se caracteriza por un estado involuntario de parálisis muscular. Puede ocurrir al inicio del sueño o al despertar. Se produce por un desajuste en los mecanismos que regulan el ciclo sueño REM-vigilia.

Quien lo experimente recupera la conciencia y la percepción sensorial, pero no así la capacidad de controlar los músculos. Esta situación provoca ansiedad, miedo y está acompañada de alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas.

Es un trastorno primario del sueño y no tiene como causa otra enfermedad psiquiátrica, médica o de abuso de sustancias. El Manual de diagnóstico de desórdenes mentales (DSM IV, 1994) la clasifica como una parasomnia, ya que es un trastorno que afecta la calidad y cantidad del sueño.

Este fenómeno se da entre la fase REM (Rapid Eye Movement) del sueño y la vigilia. Según la Clasificación Internacional de Desordenes del Sueño, puede aparecer tanto de manera aislada como crónica. Es por ello que su desarrollo puede estar ligado a factores plenamente circunstanciales.

Hombre con parálisis del sueño

Principales características de la parálisis del sueño

Durante el sueño REM la actividad eléctrica cerebral es similar a la de la vigilia. En dicha fase se producen los sueños más complejos y emocionales. Por un principio de conservación, los músculos no autónomos son paralizados. Cambios en la rutina del sueño pueden alterar el proceso de bloqueo y desbloqueo de los músculos.

¿Qué mecanismos fisiológicos están implicados?

A través de los neurotransmisores GABA y glicina se suprime el tono del músculo esquelético. Es así que se inhiben las neuronas motoras de la médula espinal.

Un desajuste en la secuencia del despertar provoca que el sujeto recupere la conciencia antes que la capacidad de moverse y reaccionar. El sistema límbico (emocional) procesa e interpreta la situación en su conjunto.

El sentimiento de huida

Desde la amígdala se elabora un principio de respuesta basado en la emoción. Las circunstancias más habituales, como estar a oscuras y sin poder reaccionar, provocan una valoración rápida negativa.

Es por eso que los sentimientos más frecuentes son el miedo y el terror. Este procesamiento emocional provoca alteraciones perceptuales, interpretadas como alucinaciones visuales, táctiles y auditivas.

El sentimiento de presencia

Uno de las sensaciones más comunes en la parálisis del sueño es la de ser acechado. La incapacidad para movernos junto a la ansiedad e imaginería propia del sueño, aumenta las expectativas de una manifestación visual. La atención se encuentra sesgada para detectar posibles amenazas. Así, la sensación de que algo o alguien se encuentra cerca de nosotros, sin contar con evidencia real de esa presencia, es muy común.

La terapia MR para la parálisis del sueño: desenmascarando al fantasma

Pocos autores se atreven a formular un tratamiento psicológico concreto. Baland Jalal, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) propone la terapia MR (meditación y relajación) en el año 2016.

El autor argumenta que el aumento recíproco de miedo, ansiedad y angustia genera un bucle de retroalimentación que agrava el ataque y el contenido de las alucinaciones. A partir de ello es que elabora su modelo de intervención basado en los siguientes pilares:

  • Reevaluación del significado del ataque: tomar conciencia de la naturaleza benigna y temporal del ataque (no hay muerte ni parálisis permanente). También del significado de las alucinaciones, estrechamente relacionado con los sueños durante la fase REM. Esto sirve para darle un nuevo sentido a los episodios y es un paso crucial para lograr la relajación y mantener la calma.
  • Distanciamiento psicológico y emocional: el sujeto debe comprender que la preocupación y el miedo solamente empeoran y prolongan los episodios. También que no es un evento paranormal, sino que es una respuesta de su cuerpo.
  • Meditación, atención fijada hacia adentro: La meditación es la disciplina crucial a desarrollar para obtener un buen resultado. El mecanismo que pone en marcha la meditación busca una ganancia sobre el control atencional, de manera que la persona cuente con un valioso recurso para ignorar las alucinaciones.
  • Relajación muscular: los síntomas físicos, como la parálisis motora o imposibilidad de manejar la respiración voluntariamente, cursan mejor cuando son ignorados. De lo contrario, pueden desestabilizar el proceso de enfoque interno. Es necesario mantener la calma y relajarse.
Hombre en terapia

La importancia de la práctica

La terapia MR para la parálisis del sueño requiere entrenamiento. El sujeto puede replicar la posición en la que se produce la parálisis (usualmente boca arriba) para practicar los pasos.

Dada la naturaleza abrumadora del acontecimiento, la práctica prepara al sujeto sin el estrés que puede generar una situación real.

El objetivo es predisponerse a responder de forma pasiva y recreando imágenes positivas ante el estímulo amenazante.

La relajación

Según especialistas como el Dr. Ramachandran, la falta o carencia de sincronía entre las extremidades y el sistema motor altera el procesamiento multisensorial. Entonces si al intentar huir y ejecutar mentalmente esa acción no hay una respuesta del cuerpo, se altera la autopercepción.

De esta forma aparece la sensación de flotar, experiencias extracorpóreas e imágenes sombrías. Mediante la relajación como primera respuesta se modifica el impulso de huida y la alteración perceptiva.

Características de la intervención

Podemos catalogarlo como un tratamiento cognitivo conductual. Se concentra en modificar la conducta y evadir la retroalimentación negativa. Por otro lado, el éxito de la intervención es sensible a la actitud de la persona.

En segundo lugar, su éxito también está condicionado, como apuntábamos antes, por el grado de control atencional de la persona. La capacidad de concentración, junto a la interpretación de las sensaciones, van en este sentido. Por otro lado, el modelo propone un cambio directo en la atención. Gracias a la relajación, esta se trasladaría de estímulos externos potencialmente desagradables a un estimulo interno neutro o positivo.

Para finalizar, por curiosa que pueda resultar la experiencia, no hablamos de un fenómeno extraño. De hecho, no suele ser preocupante en sí, lo preocupante son sus consecuencias, primando sobre todas ellas el grado de ansiedad que nos puede producir. En cualquier caso, lo recomendable es consultar con un especialista.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.