La triada cognitiva de Beck

La depresión es una de las enfermedades mentales más incapacitantes que existen. En este artículo te acercamos a uno de los modelos que mejor la explican, el de la tríada cognitiva de Aaron Beck.
La triada cognitiva de Beck
Montse Armero

Escrito y verificado por la psicóloga Montse Armero.

Última actualización: 06 febrero, 2021

La tríada cognitiva de Aaron Beck fue propuesta por este autor para explicar la depresión desde el modelo cognitivo. Según Beck, la principal alteración que padecen las personas que presentan depresión es que no procesan de manera adecuada la información.

Las creencias y pensamientos de estas personas se encuentran sesgados por la propia enfermedad. Sin embargo, los individuos deprimidos no son conscientes de la distorsión. Al contrario, la dan por válida y construyen sus vidas alrededor de esos esquemas mentales distorsionados.

¿Qué diferencia hay entre estar triste y estar deprimido?

A nivel popular, solemos decir que estamos deprimidos cuando estamos pasando una temporada más triste de lo habitual. No obstante, la mayoría de las personas que están más tristes no están clínicamente deprimidas.

La tristeza es una emoción universal innata. Además, es una de las emociones que experimentamos con más frecuencia: ante la muerte de un ser querido, cuando finalizamos una relación, cuando dejamos atrás una etapa significativa o simplemente cuando algo no sucede como nos hubiera gustado. La tristeza forma parte de nuestro abanico de emociones normales; aunque sea la emoción que pueda predominar en algunos trastornos, como la depresión, esto no le confiere en sí una naturaleza clínica.

Mujer con mucho miedo

¿Cómo saber si una persona sufre depresión?

La depresión es muy heterogénea en su forma de manifestarse. Así, hablamos de todo un espectro en el que se incluye, por ejemplo, la depresión mayor, la distimia, el trastorno depresivo inducido por medicamentos o por otras afecciones médicas.

Según el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales), para considerar que una persona cumple criterios de depresión mayor, debe experimentarse un ánimo depresivo casi diario la mayor parte del día por lo menos durante dos semanas. Además, debe ir acompañado de cinco o más de los siguientes síntomas:

  • Estado de ánimo depresivo.
  • Reducción del interés en casi todas las actividades.
  • Apetito alterado: la persona come en exceso o apenas come.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Alteración psicomotora.
  • Falta de energía.
  • Sentimiento de culpa o inutilidad.
  • Alteración cognitiva, falta de atención o dificultad para tomar decisiones.
  • Pensamientos repetitivos sobre la muerte o ideación suicida.

Estos síntomas causan un malestar clínicamente significativo. Además, la entidad clínica diversos ámbitos, como pueden ser: el laboral, el personal o el social. Así, una persona deprimida suele estar tan inmersa en la tristeza que esta condiciona su vida por completo durante, al menos, el tiempo que se contempla en los criterios diagnósticos.

La tríada cognitiva de Beck

Aaron Beck, uno de los padres de la psicología cognitiva, analizó en profundidad los esquemas mentales y el sistema de creencias que tenemos las personas. Beck comenzó su formación en psicoanálisis, pero pronto se percató de que la raíz de los problemas de la mayoría de sus pacientes radicaba en sus ideas equivocadas y la distorsión de sus pensamientos.

Los pensamientos negativos eran los principales responsables de estas distorsiones en los pacientes deprimidos. Como consecuencia de sus observaciones, Beck propuso el modelo explicativo de la tríada cognitiva para la depresión. Para Beck, la tríada cognitiva se basa en tres aspectos fundamentales: la visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro. Analicemos en más profundidad qué significan cada una de estas premisas.

La visión negativa de uno mismo según la tríada cognitiva

Las personas con depresión se valoran muy poco. Tienen lo que comúnmente conocemos como baja autoestima. La autoestima es un constructo complejo que indica el valor que se da la propia persona a sí misma en diferentes ámbitos, entre ellos, el personal. La autoestima contempla diferentes aspectos de uno mismo como los siguientes.

Autoconcepto

Es el conjunto de creencias que tenemos acerca de nosotros mismos. Se basa en las etiquetas que nos ponemos y las personas que están deprimidas lo tienen muy bajo. Pueden pensar de forma categórica que son unos inútiles, que son tontos o que son incapaces de conseguir nada de lo que se propongan. Su autoconcepto está sesgado por sus pensamientos distorsionados.

Autoaceptación

Esta implica aceptar lo que somos, incluyendo todas nuestras virtudes y potencialidades, pero también todas nuestras limitaciones. Según la tríada cognitiva, los sujetos con depresión ponen mucho más énfasis en sus propios defectos y los magnifican.

Por ejemplo, si un estudiante con depresión aprueba diez asignaturas y suspende una, en lugar de alegrarse y celebrar los diez aprobados, el suspenso tomará todo el protagonismo. Es como si los aspectos negativos se viesen a través de una lupa: se ven más grandes de lo que realmente son.

Autoconfianza

Es la capacidad de confiar en nosotros mismos. Implica sentirnos seguros y confiar en nuestra capacidad. Los individuos con depresión se sienten muy inseguros y no se sienten lo suficientemente fuertes para actuar o tomar decisiones importantes. Asimismo, la decisión de no actuar refuerza la inseguridad y ello retroalimenta aún más el miedo a adoptar soluciones.

Autorrespeto

Este concepto implica entender y satisfacer nuestras inquietudes y necesidades por el respeto que nos tenemos a nosotros mismos. Está muy alineado con los valores que las personas tenemos.

En muchas ocasiones, las personas con depresión no actúan de acuerdo con sus valores. De alguna manera, el bajo autorrespeto que se tienen es una forma más o menos sutil de autodestrucción.

La visión negativa del futuro conforme la tríada cognitiva

Al igual que el presente es un desierto en el que nada crece, el futuro de la persona con depresión es contemplado de la misma manera. No hay esperanza. La persona considera que, si las cosas están mal en este momento, nada puede hacer cambiar su rumbo. Lo que tenga que suceder será igual o peor que lo acontecido hasta ahora.

Por ejemplo, imaginemos una persona con depresión que se ha presentado a unas oposiciones y las ha suspendido. Su pensamiento sesgado la llevará a pensar que no vale la pena volverse a presentar porque volverá a suspender. Como no confía en ella misma, no creerá que esté en sus manos hacerlo mejor la próxima vez.

Otro ejemplo. Si a un individuo con depresión lo echan del trabajo, es fácil que se vea fuera del circuito laboral porque crea que nadie más querrá contratarle. Su proyección hacia el futuro es derrotista y con esa actitud le costará mucho más encontrar un nuevo empleo, lo que reforzará su visión negativa del futuro.

La visión negativa del mundo desde la tríada cognitiva

Las personas con depresión no solo tienen una visión negativa de sí mismas. Sus pensamientos sesgados afectan su visión del mundo de forma muy importante. Así, por ejemplo, su atención estará mucho más dirigida a reafirmar su pesimismo patológico y cuando vean o lean noticias negativas, estas reforzarán sus ideas previas. Es lo que conocemos como sesgo de confirmación.

Lo mismo sucederá cuando alguien les cuente una mala experiencia, les pongan una multa o les roben la cartera. Cada evento negativo que suceda en sus vidas no hará más que reforzar su visión negativa del mundo. Sin embargo, es fácil entender que una visión tan sesgada no es para nada objetiva. En el mundo suceden muchos eventos negativos a diario, sí, pero también ocurren muchos acontecimientos absolutamente neutros y muchos sucesos positivos.

Mujer con depresión

Si tienes pensamientos muy negativos, pide ayuda

Las personas que sufren depresión tienden a ver el mundo de forma negativa, sesgada y dicotómica. Su propio trastorno no les permite ver que su modo de interpretar la realidad no se ajusta del todo a lo que realmente sucede.

Los pensamientos tan negativos nos perjudican enormemente tanto a nivel físico como mental, y es importante aprender a gestionarlos mejor. Existen enfoques terapéuticos, como el cognitivo-conductual, que intentan que las personas adquieran un mayor control sobre sus pensamientos como estrategia para hacer frente al sufrimiento.

Si tú o alguien de tu entorno tenéis esta visión de la vida, no tiene por qué significar que tengáis depresión. No obstante, desde aquí te recomendamos que consultéis con un especialista en salud mental para que pueda analizar el caso de forma personalizada.


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  • American Psychiatric Association (2018). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Beck, A. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. Penguin Books: New York.
  • Beck, A. (2009). Depression: causes and treatment. University of Pennsylvania Press: Philadelphia.
  • Giuffra, L. (2009). El Monje y el Psiquiatra: Una conversación entre Tenzin Gyatso, el 14 Dalai Lama, y Aaron Beck, fundador de la Terapia Cognitiva. Revista de Neuro-Psiquiatría, 72(1-4), 75-81. [fecha de consulta 31 de enero de 2021]. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/3720/372036928008.pdf

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