¿Qué es la violencia obstétrica?
Aunque pueda parecer sorprendente, la violencia obstétrica se ha convertido en una realidad mucho más habitual de lo que nos gustaría reconocer. Pero, ¿a qué nos referimos? Qué es esto que ha hecho que organizaciones como Donallum o el mismo Ministerio de Sanidad se hayan visto obligados a tomar partido y realizar diversas recomendaciones a este respecto.
Decía el sabio Isaac Asimov que “l a violencia es el último refugio del incompetente”. Por desgracia, parece que todavía quedan muchos de ellos en nuestra sociedad. Así que vamos a aclarar qué es la violencia obstétrica para que al menos tengas la información y la puedas reconocer, rechazar y denunciar si un día eres víctima de ella.
¿Qué es la violencia obstétrica?
Por lo general, la falta de información es el gran enemigo de las mujeres que sufren la violencia obstétrica. Por eso es importante que sepas que estos abusos se producen cuando recibes tratos deshumanizados, excesiva prescripción de medicación sin información y pérdida de autonomía y capacidad de decisión durante un parto o embarazo.
¿No te has sentido alguna vez como una mera espectadora a tu propio embarazo? ¿Has recibido un trato excesivamente despectivo o paternalista? ¿Te faltan explicaciones y justificaciones por los protocolos y actuaciones médicas?
A veces confiamos ciegamente en nuestros médicos y el personal sanitario. Y, la verdad sea dicha, en la mayor parte de las ocasiones está totalmente justificado. Por fortuna, casi todos nuestros doctores y enfermeras son personas preparadas y sensibles a nuestros problemas. Pero por desgracia, no siempre es así.
Precisamente durante un embarazo, o incluso mientras dura el parto, cuando la mujer más necesita de cariño, compañía y compresión, no todos los profesionales se comportan con la sensibilidad que su oficio requiere. Incluso muchos actúan en contra de las recomendaciones de infinidad de sociedades médicas o del propio Ministerio de Sanidad.
Violencia obstétrica durante el embarazo y el parto
El embarazo y el parto forman un álbum de momentos únicos y maravillosos para la gran mayoría de las mujeres. Así pues, nadie, en nombre de nada, tiene derecho a enturbiar una situación tan bella. La gestación es algo único que merece un respeto absoluto por parte de todos, tanto allegados como familiares, amigos, profesionales, etc.
Sin embargo, el mundo necesita ser concienciado de las bondades y belleza del alumbramiento. Y precisamente en la lucha por el respeto a esta situación han surgido movimientos como la Revolución de las Rosas. Su misión es luchar contra la violencia obstétrica y todo tipo de violencias de género, contra el machismo y cuanto enturbie una existencia en paz y equilibrio entre todos.
De hecho, la labor de estos movimientos es vital, ya que muchos consideran que la violencia obstétrica puede ser una interpretación exagerada de mujeres que pasan por una situación compleja o son excesivamente sensibles.
Sin embargo, las heridas de este y otros tipos de violencia son profundas, penetrantes y muy marcadas. Y lo que es peor, luego dejan huella en los niños, que acaban por sufrir trastornos emocionales por desarrollarse en entornos poco adecuados.
“Me opongo a la violencia porque cuando aparece para hacer bien, el bien solo es temporal; el mal que hace es permanente”
-Mahatma Gandhi-
Respetemos el maravilloso momento del embarazo
Es importante que todos, mamás, papás, familiares, profesionales, etc., luchemos por ofrecer a las mujeres un parto humanizado. Hay que usar y demandar empatía con todas nuestras fuerzas. Por complejo que sea, debemos hacer un esfuerzo por entenderlas, cuidarlas y asegurarnos de que la experiencia no se convierte en una tortura.
Para lograr un embarazo bonito y un parto humanizado, todos tenemos que poner de nuestra parte. Pero lo primero será un respeto absoluto: a la persona, al futuro hijo y a la decisión. Fuera han de quedar todo tipo de violencias, humillaciones y vejaciones de cualquier clase.
Aunque parezca increíble, muchas madres han escuchado frases tan sangrantes como: “deberías pensarlo mejor cuando tuviste relaciones con tu marido”. Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a decir tal cosa a otra persona, y menos a una mujer en pleno parto. No se debe amargar un momento tan único como ese.
“La violencia sexual, racial, de género y otras formas de discriminación en la cultura no pueden ser eliminadas sin cambiar la cultura”
-Charlotte Bunch-
Por desgracia, la OMS afirma que son muchas más de las que creemos las mujeres que sufren la violencia obstétrica. Por fortuna, está en manos de todos solucionar tal situación. Un primer paso es denunciar. No aceptes jamás ningún tipo de trato vejatorio, te mereces ser respetada.