Las 7 emociones básicas: características y funciones

Según expertos como Paul Ekman, el miedo y la rabia se manifiestan de manera independiente de la cultura y de la persona. Si quieres conocer el resto de emociones universales y básicas, ¡sigue leyendo!
Las 7 emociones básicas: características y funciones
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 21 febrero, 2024

Tenemos la vieja costumbre, heredada de la filosofía, de enfrentar siempre a la razón y a las emociones, como si estas últimas alteraran el raciocinio. Atribuimos lo sentimental a ese carácter hedónico, transcendental e irracional que nos hace pensar que los sentires carecen de utilidad.

No obstante, esta conceptualización es un grave error, las emociones cumplen un papel muy importante: nos ayudan a dirigir nuestra conducta y a actuar de form rápida. Entre ellas, las más relevantes son las 7 emociones básicas de Ekman: sorpresa, asco, miedo, alegría, desprecio, tristeza e ira. Todas ellas están relacionadas con la evolución y la adaptación. A continuación, profundizaremos en cada una.

«Las emociones son contagiosas. Todos lo conocemos por experiencia. Después de un buen café con un amigo, te sientes bien. Cuando te toca un recepcionista maleducado en una tienda, te vas sintiéndote mal».

~ Daniel Goleman ~

Qué son las emociones básicas y cuáles son sus características

Este tipo de emociones podemos entenderlas como un conjunto de respuestas afectivas, conductuales y cognitivas que se manifiestan en todos los seres humanos ante determinados estímulos del entorno. Son consideradas como una parte esencial en los procesos de adaptación y supervivencia. Entre sus características destacan las siguientes:

  • Tienen una función adaptativa importante.
  • Tienen una expresión facial y corporal propia.
  • Son experimentadas por personas de todo el mundo.
  • Comunican mensajes importantes para los demás miembros del grupo.
  • Provocan cambios fisiológicos y neuroquímicos en el cuerpo y el cerebro.
  • Facilitan una respuesta rápida ante estímulos ambientales inesperados o relevantes.
  • Afectan el procesamiento de la información e involucran actividades cognitivas como la atención, la toma de decisiones y la memoria.

De este modo, podemos entender a su vez que las emociones cumplen las siguientes finalidades:

  • Funciones adaptativas: preparan al organismo para emitir una conducta y adaptarnos a las exigencias del entorno.
  • Funciones sociales: ayudan a las personas a interaccionar con los demás, al entender sus emociones y conectar de este modo con quienes se rodean.
  • Funciones motivacionales: proporcionan energía y motivación para orientar al ser humano hacia metas concretas.

No importa la edad que tengamos, dónde vivamos o en qué trabajemos. Sin excepción, todos sentiremos las emociones básicas en cualquier instante y momento.

Las 7 emociones básicas

Fue durante la década de 1970 cuando el psicólogo Paul Ekman identificó 6 emociones básicas (ira, asco, sorpresa, miedo, alegría y tristeza) que, según sus investigaciones, las mismas constituyen experiencias compartidas en todas las culturas. En 1990 incorporó otra emoción a su teoría: el desprecio.

Esa referencia es la que seguimos utilizando a día de hoy, sin embargo, cabe decir que estudios recientes, como el publicado en la revista Proceedings of National Academy of Sciences, nos revela que existirían hasta 27 subtipos de emociones. Estas serían un espectro emocional comprendido entre las emociones básicas.

1. La sorpresa

La sorpresa se puede definir como una reacción causada por algo imprevisto, novedoso o extraño. Es decir, cuando aparece un estímulo que el sujeto no contemplaba en sus previsiones o esquemas. La vivencia subjetiva que la acompaña es una sensación de incertidumbre, junto a un estado en el que la persona tiene la sensación de tener la mente en blanco.

Función

La función de la sorpresa es vaciar la memoria de trabajo de toda actividad residual para hacer frente al estímulo imprevisto. Por lo tanto, este estado activa los procesos atencionales, junto con la conducta de exploración y la curiosidad. Esta emoción es frecuentemente seguida por otro sentir que va a depender de la cualidad del estímulo imprevisto, al mostrar así su positividad (alegría) o negatividad (ira).

Desencadentes

Entre los principales detonadores están los estímulos novedosos: sonidos fuertes y movimientos inesperados. También puede sentirse ante la interrupción repentina de una actividad o ante los incrementos súbitos de la intensidad de un estímulo.

Reacción fisiológica

Respecto a las reacciones fisiológicas, nos encontramos con una desaceleración de la frecuencia cardíaca y un aumento del tono muscular y la amplitud respiratoria. Además, aparece un tono de voz alto, junto a vocalizaciones espontáneas.

Duración de la sorpresa

Tiene una duración demasiado breve en comparación con otras emociones. Apenas se manifiesta un par de segundo, es fija y limitada. Luego, da lugar a otras sensaciones.

Expresión facial y corporal de la sorpresa

A nivel facial, las cejas y el párpado superior se levantan, la mandíbula se relaja y la boca se abre. Con frecuencia, la persona sorprendida emite un jadeo e inhala con rapidez, mueve la cabeza y levanta sus manos para cubrir la cara o para alejarse del objeto inesperado.

 

Pareja con sorpresa mirando el ordeandor
La sorpresa nos ayuda a focalizar la atención en los estímulos para saber qué está sucediendo.

2. El asco

El asco una de las emociones básicas que se conoce gracias a los primeros trabajos de Charles Darwin acerca de la emoción animal. Esta se caracteriza por una sensación de repulsión o evitación ante la posibilidad, real o imaginaria, de ingerir o probar una sustancia nociva, que tenga propiedades contaminantes. La sensación subjetiva es un gran desagrado y una marcada aversión al estímulo elicitador.

Estudios, como el realizado por Valerie Curtis, doctora del London School, y publicado en la revista Biological Philosophical Transactions of The Royal Society, explica que el asco es una de las emociones más importantes en el ser humano y que evolucionó para facilitar la prevención de enfermedades infecciosas.

Función

Rechazar todos aquellos estímulos que puedan provocar una intoxicación. Las náuseas y el malestar contribuyen a evitar cualquier ingestión dañina para el cuerpo. Además, con el tiempo, esta emoción ha tomado también un carácter social, rechazando aquellos estímulos sociales tóxicos para nosotros.

Desencadentes

Algunos detonantes comunes son desechos corporales (moco, heces, vómitos), alimentos o restos de animales en descomposición, lesiones corporales, algunas perversiones sexuales, animales como bichos o ratas, etc.

Reacción fisiológica

Los efectos fisiológicos centrales son la aparición de diversos malestares gastrointestinales acompañados de náuseas. Además, observamos un aumento general de la activación, como incremento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, conductancia de la piel y tensión muscular.

Duración del asco

Su duración depende de la cantidad de tiempo que la persona esté ante el estímulo desagradable. Por lo general, los individuos no toleran mucho tiempo ver, escuchar u oler durante mucho tiempo el estímulo (visual, auditivo, olfativo) asqueroso.

Expresión facial y corporal del asco

Cuando un sujeto siente asco, su barbilla se levanta, los párpados se entrecierran, la nariz se frunce. Esta emoción puede provocar náuseas y hacer que la persona se cubra el organo receptor (nariz, boca, ojos, oídos) por donde perciba el estímulo.

Mujer pensando que el estrés modifica la percepción del sabor
El asco nos impulsa a alejarnos o a deshacernos de un estímulo tóxico o contaminante.

3. El miedo

El miedo es la emoción más estudiada en los animales y en el ser humano. Es un estado emocional negativo o aversivo con una activación muy elevada que incita la evitación y el escape de situaciones peligrosas. Lo que se experimenta es una sensación de gran tensión junto a una preocupación por la propia seguridad y salud.

Función

El miedo es un legado evolutivo que tiene un valor de supervivencia obvio. Esta emoción es útil para preparar el cuerpo y producir conductas de huida o afrontamiento ante estímulos que pueden llegar a ser riesgosos. Además, facilita el aprendizaje de nuevas respuestas que apartan a la persona del peligro.

Desencadentes

La oscuridad, la altura, el rechazo, las serpientes y otros animales, la muerte… La lista es larga. Cada persona tiene sus propios miedos, aunque hay algunos que, por razones evolutivas, son más generales, como el miedo a la muerte y a los animales salvajes o venenosos.

Reacción fisiológica

Los correlatos fisiológicos nos muestran una elevación rápida de la activación y una preparación para la huida. La actividad cardíaca se dispara y la actividad respiratoria se acelera, lo que provoca una respiración superficial e irregular.

Duración del miedo

El miedo suele tener una duración corta, de unos pocos o varios minutos. No obstante, si el estímulo amenzante es constante, la sensación de temor puede prolongarse por periodos más extensos.

Expresión facial y corporal del miedo

Ante el miedo, las cejas se contraen, los labios se separan, la comisura de los labios se alarga. La persona puede quedarse inmovilizada, luchar o alejarse de estímulo amenazante.

Mujer con miedo
Esta emoción facilita las conductas de escape o protección ante el peligro.

4. La alegría

La alegría es, de todas las emociones, quizás la más positiva: está asociada de manera directa con el placer y la felicidad. Aparece, por ejemplo, en respuesta a la resolución de alguna meta personal o ante la atenuación de un estado de malestar. Debido a la forma que tenemos de manifestarla, puede parecer que no cumple ninguna función para nuestra supervivencia más allá de ser un mero reflejo de nuestro estado interno.

Función

Es uno de los sistemas que tiene el cuerpo para incentivar la acción. Además, sirve de recompensa para aquellas conductas beneficiosas para uno mismo. Cuando realizamos una acción que satisface una meta, es cuando se dispara, y gracias a ello esa conducta se repetirá para volver a vivir esa sensación de placer. Es quizá la emoción que más ayuda a reforzar nuestra autoestima.

Desencadentes

El principal desencadenante es cumplir un objetivo. El éxito y la congruencia entre lo que se desea y lo que se tiene también son fuertes detonadores. Cuando se supera una desafío la alegría emerje como recompensa.

Reacción fisiológica

A nivel fisiológico, nos encontramos con un aumento de la tasa cardíaca y un mayor ritmo respiratorio. Además, en la química cerebral se halla una mayor liberación de endorfinas y dopamina.

Duración de la alegría

Al igual que las demás, varía de acuerdo con la situación y el individuo. Puede tardar algunos segundos o varios minutos, si se recibe una buena noticia. También puede durar algunos días, pero su intensidad se va reduciendo con el paso del tiempo.

Expresión facial y corporal de la alegría

La risa es la expresión de alegría por excelencia. La persona puede dar un suspiro de satisfacción, un grito de felicidad y sonreir. Dependiendo de la situación y la intensidad de la emoción, el cuerpo puede permanecer en reposo o moverse (saltar, bailar) de la alegría.



Mujer sonriendo
La alegría tiene una función social importante: indica amistad y señala que no somos una amenaza.

5. La tristeza

Dentro de las emociones, la tristeza es la que encarna una mayor negatividad. Este sentir se caracteriza por un decaimiento del estado de ánimo y una reducción significativa en su nivel de actividad cognitiva y conductual. A pesar de la mala fama que tiene, cumple funciones igual o más importantes, incluso, que el resto de emociones.

Además, actúa de manera autoprotectora y genera un filtro perceptivo que centra la atención en uno mismo en lugar del estímulo dañino. Y lo más importante, instiga a la búsqueda de apoyo social, el cual facilita la huida de la situación depresora.

Función

Esta emoción sirve para atenuar la actividad funcional de la persona y para centrar la atención en sí misma y hacer introspección. Además, es útil para obtener apoyo social y empatía.

Desencadentes

El fracaso al conseguir una meta, el rechazo y la pérdida de una persona o algo muy apreciado.

Reacción fisiológica

Incremento del sueño o insomnio, aumento o disminución del apetito, fatiga, desaceleración del ritmo cardiaco y la frecuencia respiratoria. Su presentación puede ocasionar llanto.

Duración de la tristeza

Esta emoción es efimera, pero también puede durar semanas o meses, como en los casos de depresión o cuando una persona está en duelo por haber perdido a un ser amado.

Expresión facial y corporal de la tristeza

La parte interior de las cejas se levantan y la comisura de los labios desciende. La persona tiende a inclinar la cabeza y mirar hacia el suelo. El volumen de la voz baja y hay pérdida del tono muscular.

Mujer triste por celos
La tristeza es una emoción social que le indica a los demás que necesitamos ayuda o ser consolados y apoyados.

6. La ira

Emerge cuando el sujeto se ve sometido a situaciones que le producen frustración o que le resultan aversivas. La vivencia que surge de la misma se categoriza como desagradable. Es una emoción polifacética y, en muchos casos, ambigua.

Función

La ira tiene una función evolutiva clara: nos dota de los recursos necesarios para hacer frente a una situación frustrante. Cuando tenemos que afrontar un peligro o superar un reto, ese gasto de recursos para aumentar la activación nos ayuda a lograr el éxito. Si aun así, tras la aparición de la ira no se consigue el objetivo, es cuando aparecerá la tristeza para solventar el problema a través de otras herramientas.

Desencadenantes

Su principal detonante es la frustración de una meta o valor. Cuando otra persona transgrede nuestras normas y límites también emerge esta emoción. En situaciones en las que somos lastimandos es común que la ira aparezca para proteger nuestra integridad.

Reacción fisiológica

A nivel fisiológico, vemos en el cuerpo un aumento excesivo de la activación y una preparación para la acción. Observamos un aumento de la actividad cardiaca, el tono muscular y la amplitud respiratoria. Además, hay un aumento significativo de la adrenalina en sangre, que a su vez aumentará la tensión cognitiva.

Duración de la ira

Suele ser una emoción de corta duración. No obstante, si los desencadenantes persisten, es posible que se alargue mucho más. También depende de la capacidad de autorregulación personal.

Expresión facial y corporal de la ira

Las cejas se contraen, los orificios nasales se dilatan, los párpados se elevan y los labios se tensionan. Respecto a este tema Paul Ekman Group señala que la mayoría tiende a inclinarse hacia adelante, extendiendo la cabeza o la barbilla, al igual que el pecho para aparentar ser más grandes.



La ira surge cuando somos tratados injustamente o cuando se nos impide alcanzar nuestros objetivos.

7. Desprecio

Del mismo modo, el Grupo de Paul Ekman, podemos entender el desprecio como la aversión y superioridad moral que tiene una persona sobre otra. Vale la pena resaltar que esta emoción no es considerada universal por otros autores.

Función

Su función es reafirmar poder y estatus y demostrar superioridad ante los otros miembros del grupo. Desde el punto de vista evolutivo, ha sido una emoción útil para posicionarse mejor en la jerarquía social.

Desencadenantes

Aparece cuando una persona actúa de manera inmoral y el observador, quien siente desprecio, se percibe como alguien superior.

Reacción fisiológica

Las sensaciones puedes ir desde la tensión propio de la ira (aceleración de la frecuencia respiratoria y cardiaca) hasta sentimientos de disfrute, asociados al poder y el estatus.

Duración del desprecio

Al igual que otras emociones, puede ser muy pasajera y disiparse una vez el evento despreciable ha pasado. No obstante, también puede durar más si se sigue manteniendo algún tipo de interacción con la persona despreciada.

Expresión facial y corporal

Su expresión es de enojo o de una sonrisa no asimétrica. A nivel corporal, la persona saca pecho, asume una postura erguida y mira «por encima del hombro».

El desprecio denota superioridad y se usa como una forma de ganar estatus o poder.

El debate sobre las emociones

Aunque el modelo de Ekman es el más utilizado,  no es el único que ha categorizado las emociones. Dependiendo de qué autores se consulten, el número y la concepción de cada emoción es variable.

1. Robert Plutchik

Este autor sostiene que existen solo 8 emociones básicas (confianza, miedo, sorpresa, tristeza, asco, ira, anticipación y alegría) las cuales pueden interactuar e integrarse entre sí para dar origen a otras más complejas. Por ejemplo: alegría + confianza = amor; alegría + miedo = culpa, y alegría + sorpresa = deleite.

2. Carroll Izard

Para Izard solo existen 10 emociones esenciales, las cuales, además de tener una utilidad adaptativa para la especie, poseen un patrón neuromuscular y expresivo único y una cualidad subjetiva diferenciadora. Entre ellas se encuentran: interés‐excitación, gozo, sorpresa, aflicción‐angustia, enfado, asco, desprecio, miedo, vergüenza y culpa.

3. Roberto Aguado

Aguado analiza cómo las emociones se relacionan con la cognición y las conductas, y destaca la importacnia de reconocerlas. Las emociones universales según su clasificación son miedo, alegría, tristeza, enfado, asco, curiosidad, admiración, sorpresa, culpa y seguridad.

4. Rachael Jack, Oliver Garrod y Philippe Schyns

En una investigación publciada por estos autores en Current Biology se afirma que de las 6 emociones que describía, Ekman, podrían ser solo cuatro: felicidad, tristeza, miedo/sorpresa y disgusto/ira. A nivel evolutivo, el disguto y la ira, así como la sorpresa y el miedo, parecen provenir de la misma raíz.

El reconocimiento a nuestras emociones

Varias de las emociones universales son bautizadas de forma habitual como «positivas» o «negativas». Sin embargo, no hay que olvidar que todas las emociones tienen una razón para existir. Es lo que se conoce como la parte adaptativa de las emociones.

Es decir, puede que unas nos resulten más deseables que otras, pero cada una de estas 7 emociones básicas constituyen, sin ninguna duda, un lenguaje universal que todos debemos manejar para comprendernos de manera adecuada.

Conocerlas, comprenderlas e identificarlas en nosotros y en los demás es imprescindible para aprovechar todo lo que pueden aportar. De esa manera, al ser hábiles con ellas, cuidaremos nuestra salud emocional y seremos mucho mejores para las personas que queremos.

Las emociones báscias y la adaptación

Para concluir, sean de valencia positiva, negativa o neutra, lo cierto es que las 7 emociones cumplen con funciones que favorecen nuestra supervivencia. Gracias a ellas, y a otros factores, hemos logrado adaptarnos a los cambios del entorno.

No obstante, estos diversos sentires, también entrañan peligro, por su intensidad, y el riesgo de que puedan dominar nuestra conducta. Es en estos casos cuando la regulación emocional es crucial, ya que es ella la que puede apartar lo negativo de nuestro ser.


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