Las enfermedades mentales, ¿están escritas en el ADN?
¿Podemos llegar a heredar las enfermedades mentales de nuestros padres? ¿Está impreso quizá en nuestro ADN la probabilidad de sufrir una depresión, de padecer esquizofrenia o incluso un déficit de atención? Bien, cualquier experto en salud mental sabe que los problemas mentales en realidad, son una combinación de factores biológicos, ambientales, psicológicos y genéticos.
En efecto, la genética tiene un peso significativo pero no determinante. Es decir, si nuestra madre presenta un historial de depresión mayor, tenemos cierta probabilidad de que en algún momento la padezcamos. Pero obviamente, no es una causa-efecto. Ahora bien, en esa búsqueda constante por comprender el universo de las las enfermedades mentales, nunca faltan los estudios que intentan abordar con mayor profundidad esta relación.
Así, en un artículo de hace solo unos meses publicado en The Guardian se nos alertaba de algo muy concreto. La incidencia de los trastornos mentales está aumentando. Cada vez hay mayores diagnósticos de trastornos de ansiedad y depresión. El número de suicidios entre la población más joven, también se ha elevado en los últimos años.
Sabemos que los genes tienen un peso importante. La información que heredamos de nuestros padres en el ADN nos hace más o menos vulnerables hacia ciertos trastornos, explica el doctor Ricardo Araya, director del Centro para la Salud Mental Global en King’s College. Sin embargo, la probabilidad real de padecer una enfermedad mental en la actualidad depender de muchos más factores: nuestras estrategias de afrontamiento, las experiencias vividas en la infancia y el entorno, suelen ser determinantes.
En la actualidad sabemos que muchos trastornos psiquiátricos son poligénicos, es decir, se relacionan con muchos genes e incluso con sus mutaciones.
Las enfermedades mentales y los genes ¿qué relación hay?
En un estudio llevado a cabo por el doctor Eric Nestler de la escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York, nos señala algo más que interesante: los factores genéticos son importantes en la etiología de la mayoría de las enfermedades mentales. Sin embargo, los trabajos de investigación llevados a cabo con gemelos idénticos nos revelan que los aspectos ambientales, por ejemplo, son a menudo más importantes.
Algo como padecer una infancia complicada, con presencia de maltratos o abusos, determina en gran parte de los casos el riesgo de padecer algún trastorno psicológico. A pesar de ello, a pesar de tener claro que las experiencias traumáticas, la falta de apego o vivencias como el bullying son los elementos que elevan el riesgo de padecer en algún momento un trastorno, la ciencia sigue profundizando en el tema de los genes.
Estos son los datos que vamos conociendo al respecto.
La mutación del gen MTHFR
Hasta el momento, los estudios sobre la relación entre determinados trastornos mentales y los genes, no son concluyentes porque la neurobiología humana es muy compleja. Sabemos no obstante, qué procesos sí pueden generar que suframos una enfermedad mental y una de ellas son las mutaciones genéticas.
Un ejemplo, si en nuestro ADN hay una mutación de la molécula metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR) nuestra salud física y emocional se verá afectada. Y esto se explica por la deficiencia de folato que geenra, la cual, causa un desequilibrio químico en el cerebro. Este tipo de mutación puede aumentar el riesgo de que suframos desde una depresión, un trastorno de ansiedad, déficit de atención etc.
Enfermedades mentales en el entorno familiar
Hay un factor a menudo determinante sobre las enfermedades mentales y nuestros genes. Tal y como nos señalan los expertos una persona tendrá un 90% de probabilidades de sufrir un trastorno si se combinan dos factores: herencia genética y entorno. ¿Qué significa esto?
Imaginemos que crecemos en un entorno familiar donde somos criados por una persona que padece depresión. Solo tenemos a ese progenitor. La crianza y el apego que recibimos es de mala calidad, falto de afecto y con la constante problemática de esa enfermedad mental. En este caso, se entremezcla por un lado el peso de la genética y por otro, esa infancia traumática. El riesgo de que nosotros mismos desarrollemos algún trastorno es por tanto elevado.
Hay enfermedades mentales con componentes genéticos similares
Una enfermedad mental no se inscribe en el ADN, en realidad, se expresan a través de las moléculas de ARN y en la forma en que se combinan entre ellas. Así, algo interesante que ha podido descubrirse gracias a un estudio llevando a cabo por la Universidad de California es que el autismo, la esquizofrenia y el trastorno bipolar comparten algunas características físicas a nivel molecular, específicamente, los patrones de expresión génica en el cerebro.
Hay ciertas mutaciones que, acontecidas en diversas áreas de nuestro cerebro pueden derivar en una enfermedad mental u otra. Con ello, entendemos también que el peso de la genética está ahí, pero en ocasiones, diversas combinaciones, anomalías o mutaciones, pueden derivar (o no) en la aparición de alguno de estos trastornos. Los factores que los hacen posible son infinitos y de momento, no los conocemos con exactitud, pero la ciencia sigue avanzando para darnos respuestas.
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- Nestler, E. J., Peña, C. J., Kundakovic, M., Mitchell, A., & Akbarian, S. (2016). Epigenetic Basis of Mental Illness. Neuroscientist, 22(5), 447–463. https://doi.org/10.1177/1073858415608147