Las neuronas espejo donde se reflejan los sentimientos de los demás
¿Sabías que tienes un espejo en la cabeza? O más bien no uno, sino varios. Son las llamadas neuronas espejo.
Quizás nunca hayas oído hablar de ellas, pero es un hecho que las utilizas todos los días docenas de veces. Vas caminando por la calle y alguien te saluda y te sonríe. Tú le sonríes y lo saludas de vuelta. La gente comienza a aplaudir cuando cae el telón en el teatro y tú también aplaudes. Cuando un amigo te cuenta un problema, lo escuchas con total seriedad. ¿O te has dado cuenta de lo contagioso que es un bostezo? Todos estos actos se reflejan en tus neuronas espejo y es por eso que tú los emulas.
Las neuronas espejo son las que permiten la empatía y la imitación. Cuando otro ser humano realiza una acción, la percibimos a través de ellas, y de acuerdo con la señal recibida, actuamos a tono con las circunstancias. Es decir, lo que hacen los demás se “refleja” y nosotros reaccionamos de forma similar, como si estuviéramos al otro lado del espejo.
Esta es una capacidad que se activa casi desde que nacemos: algunos estudios señalan que a los dos o tres días de nacidos, los bebés pueden reconocer una cara alegre de una triste. Los primates y algunas aves también poseen esta habilidad.
Este tipo de neuronas juega un papel esencial en cómo nos desenvolvemos socialmente. Podría decirse que es lo más cerca que estamos de tener poderes telepáticos. Con sólo ver la expresión en el rostro de alguien, sabemos lo que está sintiendo y, en un instante, podemos conjeturar qué está pensando. A partir de ahí, sentimos empatía y nos desenvolvemos en sociedad.
Si los espejos en nuestra mente no están pulidos, es difícil que las reacciones de los demás se reflejen en ellos y podamos actuar en concordancia. Es como tocar en una orquesta y estar sordo. Si no escuchas a los demás, no participas de la música.
Diversos estudios realizados con sujetos que han cometido crímenes, especialmente psicópatas, indican que aparentemente ellos tienen dificultades al procesar información con estas neuronas. Por ejemplo: si se les muestra fotografías de personas con diferentes estados de ánimo (sonriendo, llorando o evidentemente enojadas), tienen problemas para establecer cuál emoción refleja cada imagen. Pueden decir que alguien está serio cuando en realidad está triste. Esto les impide sentir empatía hacia los sentimientos de quienes los rodean. De este modo, cuando le están haciendo daño a otra persona, es posible que no sean capaces de percibir que ésta se encuentra sufriendo y en consecuencia no sientan nada mientras la lastiman y, de hecho, continúen haciéndolo. Diversos desórdenes del lenguaje o cognitivos (como el autismo) se encuentran ligados al funcionamiento de las neuronas espejo. Es lo que se conoce como la “hipótesis del espejo roto”, término desarrollado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Los científicos apenas y se están asomando a la superficie del espejo, y aún les queda mucho por descubrir sobre este fenómeno el cual, sin duda, es uno de los más fascinantes de la mente humana. Esa maravilla de que, en menos de un segundo, puedas entrar brevemente en el pensamiento de quienes te rodean.
Aprende más de los reflejos de los demás en tu mente aqui.