Las relaciones cara a cara son las únicas que reportan bienestar genuino
Las relaciones cara a cara son más problemáticas que las relaciones virtuales, precisamente porque son más reales. Esto se debe a que lo virtual se acerca mucho más a lo ideal, ya que se trata de un entorno que cada uno dispone con más facilidad. Unos más, otros menos, pero en todos los casos no corresponde a la realidad cruda y dura, sino a una transformación de la misma.
Las redes sociales nos han permitido que entremos en contacto con otros, de una manera que no tiene precedentes en cuanto a facilidad y rapidez. Muchos han ampliado su círculo de contactos gracias a ellas. Lamentablemente, todo indica que esas amistades o amores virtuales no son capaces de generar el mismo grado de bienestar que reportan las relaciones cara a cara.
Pese a que las relaciones cara a cara sean, por momentos, menos “perfectas” que las relaciones virtuales, en cambio sí son más genuinas. El contacto físico aporta una experiencia mucho más rica y definitiva que cualquier relación virtual. Sin embargo, en los últimos años hemos presenciado un verdadero boom de vínculos a través de la red.
“Hay un ser humano detrás de cada tweet, blog y correo electrónico. Recuérdalo”.
-Chris Brogan-
Lo virtual y lo real
Marshall McLuhan postuló hace tiempo una tesis que quedó resumida en una frase lapidaria: “El medio es el mensaje”. Se refería a que la vía que utilizamos para comunicarnos determina en gran medida el sentido de lo que queremos decir. Las redes sociales no escapan a esa lógica y, por eso, en sí mismas, determinan o acotan la comunicación que circula a través de ellas.
En las redes sociales, la comunicación está muy mediada. Es decir que hay múltiples factores y herramientas que intervienen tanto en el momento de publicar como en el momento de recibir ese mensaje. Estos medios virtuales invitan a crear un personaje para mostrarse a otros.
Muchas veces no somos totalmente conscientes de ello. Simplemente, las redes sociales son un espacio de exposición y quizás de forma automática simplemente queremos estar presentables ante nuestro público. Eso nos lleva a pulir -y quizás a falsear en alguna medida- lo que pensamos, somos o la forma como vivimos. No somos los únicos: todos lo hacen.
Por lo mismo, en las redes sociales no hay estrictamente una relación entre personas, sino entre personajes. También sin darnos cuenta, nos vamos ajustando a ese personaje que hemos creado sin querer. Sabemos que si entramos en una contradicción, o rompemos la aparente coherencia, siempre habrá algún ciberusuario que nos señalará, probablemente, de manera pública.
Las relaciones cara a cara
En las relaciones cara a cara no hay manera de llevar a cabo todas esas elaboraciones. Tampoco podemos borrar lo dicho o mostrado simplemente con hacer un clic. No hay ninguna ayuda externa para que nuestra apariencia mejore como por arte de magia, ni tampoco tenemos excesivo control sobre las emociones que queremos dejar ver.
Cuando dos personas se encuentran físicamente, hay todo un cúmulo de información y de experiencias que surgen y solo pueden compartirse en esas relaciones cara a cara. El gesto, el aroma, la mirada, la continuidad del habla, la postura… Todo ello habla de cada uno de nosotros y no se puede editar al antojo.
Por lo mismo, es claro que las relaciones cara a cara tienen un grado de autenticidad más elevado que las relaciones virtuales. Y como son más genuinas, también tienen un impacto psicológico más profundo. Así lo señala un estudio, como veremos enseguida.
Un estudio sobre el tema
Una investigación llevada a cabo por Bruine de Bruin, Parker, & Strough en 2019 reveló que los vínculos cara a cara proporcionan mayor bienestar psicológico, en personas de todas las edades en contraste con las relaciones virtuales.
Uno de los datos más interesantes es que, a todas las edades, lo que realmente proporcionaba un bienestar social, el cual se traduce como mayor equilibrio psicológico, no era tener muchos amigos, “contactos” o “seguidores”, sino un círculo estrecho en el que se pudiesen generar momentos de intimidad.
El estudio partió de los resultados obtenidos por dos encuestas que realizó la American Life Panel de RAND Corp, entre adultos de diferentes edades. La gran mayoría de ellos coincidió en que las amistades cercanas que se mantienen en el tiempo y con las que se comparte en la vida real, proporcionan las satisfacciones más grandes.
Así mismo, estuvieron de acuerdo en catalogar a la gran mayoría de sus contactos en redes sociales como “vínculos periféricos”, es decir, que estaban fuera de lo que cada quien consideraba como el núcleo de su vida. No hay por qué excluir los vínculos virtuales, sino más bien ser conscientes de sus alcances.
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- Ramírez, B. G. G. Las relaciones interpersonales en guerra con las redes sociales en Internet. DIRECTORIO, 22.