Las relaciones "líquidas" en las nuevas tecnologías
En la actualidad, existe un particular y curioso barómetro para medir la calidad de nuestras relacione s: las nuevas tecnologías. Un ejemplo: cuando dejamos de ver que alguno de nuestros amigos ya no sube durante varios días seguidos fotografías con su pareja en las redes sociales, intuimos de inmediato que algo ocurre.
Y aún más, el resto también valorará nuestra vida privada por nuestra interacción y las fotos publicadas en nuestros muros de Facebook o Twitter. Las nuevas tecnologías están reescribiendo no solo la forma en que nos comunicamos, en que nos expresamos o en cómo nos relacionamos, sino también la forma de concebir una sociedad.
“La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso.”
-Christian Lous Lange-
El amor líquido
No hace mucho te hablamos en nuestro espacio de una interesante concepto desarrollado por el sociólogo polaco llamado Zygmunt Bauman: el amor líquido. Dentro de esta teoría se incluía también la idea de estas nuevas sociedades donde se valora ante todo la inmediatez, la globalidad y, a su vez, ese fiero individualismo.Las nuevas tecnologías no dejan de ser recursos donde, a pesar de “venderse” esa supuesta unión con todo y con todos, lo que se consigue en realidad es convertirnos en ocasiones en islas aisladas, en entidades lejanas que nos comunicamos cada día con “personas sin caras” que a veces, ni tan solo conocemos físicamente.
Tan lejos y tan cerca a su vez. Tenemos un gran poder en la palma de nuestras manos y, sin embargo, a muchos la vida se les “escurre”, se les escapa de las manos como esa agua que no podemos contener. Como esos amores que algunos usan y luego desechan al instante.
La dualidad de los vínculos en las nuevas tecnologías
No podemos pasar por alto el enorme beneficio que nos supone disponer diariamente de todos estos dispositivos, de esta fascinante conectividad donde aquellas personas que están lejos, las podemos seguir teniendo cerca a cada instante.
Madres que se comunican con sus hijos en el extranjero, parejas que mantienen su relación desde distintas partes del mundo, y cómo no, amigos maravillosos que surgen en la distancia gracias a estas tecnologías y a las redes sociales. ¿Cómo no reconocer todas estas ventajas, toda esa forma de reforzar los vínculos con aquellos que amamos? Es inevitable.
No obstante, tampoco podemos evitar ahondar en esos cambios que poco a poco se están instaurando en nuestra forma de relacionarnos de un modo casi imperceptible. Por no decir sibilino, y ello lo podemos ver sobre todo en las generaciones más jóvenes, en estos chicos que han venido al mundo teniendo ante ellos la pantalla de un móvil que los fotografiaba, o esa red social donde sus padres subían sus imágenes.
Características de las “relaciones líquidas” en las nuevas tecnologías
1. Se valora la inmediatez
La información se consume en pocos segundos, generándose una especie de hiperactividad mental donde al instante, uno puede haber visto un vídeo, leído una noticia, actualizado el perfil, respondido a un mensaje y publicado un estado en el muro de Facebook….
Al final, cuando uno levanta la mirada descubre asombrado la lentitud con la que avanza el mundo. Es decir, la vida real.
2. Las relaciones desechables
Cuando nuestros adolescentes deciden romper una amistad, lo primero que hacen es acudir a sus redes sociales y “bloquear” a dicha persona. En ocasiones no hacen falta más palabras. Las nuevas tecnologías economizan nuestra vida y nos permiten hacerla más inocua, más aséptica mediante el teclado de un móvil y un ordenador.
Otro dato importante a tener en cuenta, es que según nos indican las estadísticas, más de la mitad de la población suele buscar pareja por Internet.
Es un espacio cómodo, donde elegir casi “a la carta” aquello que buscamos. Este modo de relacionarnos ofrece seguridad para todos aquellos que carezcan de ciertas habilidades sociales, personas más inseguras que ven en este medio una oportunidad para relacionarse.
Y desde luego, hay ocasiones en que surge “la magia“, eso es cierto. No obstante, hasta que esto ocurra, lo más probable es que hayamos “desechado” otras opciones, otros candidatos.
Es una forma de ahorrar “tiempo”, no cabe duda, pero también puede ser un claro ejemplo de esas “relaciones líquidas” que no prosperan, que se escapan por las alcantarillas virtuales de nuestras tecnologías, para traernos cosas nuevas casi al instante, casi en un “click”.
3. La vida… que se escapa
Así es, la vida es todo eso que pasa mientras tienes tu mirada suspendida en la pantalla del móvil. No obstante, y esto llega a ser curioso, es que en ocasiones llegamos a creer que si alguien no actualiza su Facebook, es que le ha pasado algo malo.
¿Y si está viviendo la pasión de su vida? Si es así, no tiene por qué verse en la obligación de compartirla, como muchos creen, aunque la verdad es que las redes sociales son a menudo nuestros barómetros emocionales. Los emoticonos son ya esas máscaras modernas que representan nuestras almas felices, nuestras almas decepcionadas o aburridas.
No dejes que todo esto llegue a controlarte. Las nuevas tecnologías son mecanismos maravillosos, herramientas fascinantes que nos hacen la vida más fácil. No obstante, no dejes que sean ese palacio donde alzar tus muros y asomarte solo de vez en cuando, a la vida real.
No dejes que la vida se te escape de las manos como esa agua que no podemos contener entre las manos.