¿Las rubias son tontas?
El color rubio del pelo se debe a la falta de un pigmento llamado eumelanina. Sin embargo, parece que existiera una creencia general que defiende que los rubios también carecen de otra cosa: inteligencia. ¿Quién no ha oído eso de que las rubias son tontas? Bajen la mano, casi todos hemos escuchado esta frase y, en algunas ocasiones, incluso la hemos utilizado. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Es un mito o hay estudios que demuestran que los rubios son menos inteligentes? Y en el caso de las personas que se tiñen, ¿es contagiosa esta ingenuidad?
Este estereotipo, que afecta especialmente a las mujeres, se centra en dos creencias: que las rubias son sexys y que los guapos son tontos. Es una relación de ideas que hacemos al considerar que las personas atractivas no necesitan recurrir a su inteligencia para conseguir sus objetivos.
NO ES UN CLICHÉ ACTUAL
Lo curioso es que estas percepciones no son un cliché de la sociedad actual, sino que responden a una creencia que hemos heredado de nuestros antepasados más remotos. Para varias culturas europeas, el pelo rubio era un rasgo atractivo, que se potencia si iba acompañado de ojos azules. Viajemos a la antigua Roma. En aquella época, las romanas, la mayoría de ellas morenas, buscaban todo tipo de artimañas para teñirse el pelo de rubio porque sentían celos de las esclavas que sus maridos traían de las campañas por Germania.
Si nos detenemos en el siglo XX, tal vez el primer icono de rubia tonta y el que más ha influido en la creencia actual es el personaje de Lorelei Lee, a quien dio vida Marilyn Monroe. Inspirado en la novela “Ellos las prefieren rubias” cuenta la historia de una mujer de compañía para hombres ricos. Esta rubia oxigenada, amante de los diamantes, más que tonta es superficial, pero contribuyó mucho al mito popular de que las rubias son más atractivas y libertinas que las morenas.
ELLOS LAS PREFIEREN RUBIAS
Si buscamos una explicación científica que nos aclare el motivo de por qué nos resulta más o menos atractivo un color u otro de pelo, encontramos una razón biológica, heredada de nuestros ancestros primitivos. Cazar era muy peligroso. Había pocos adultos preparados para ello y las mujeres dependían de los hombres para alimentarse. Esto fomentaba la competencia sexual entre las féminas, una batalla que siempre ganaban las rubias, porque ellos las preferían en detrimento de las morenas, una elección que parece sigue primando en la actualidad.
Otro factor biológico que explicaría el éxito de las rubias entre el género masculino, lo encontramos en el número de estrógenos que poseen estas mujeres, más elevado de lo habitual, un factor que les otorga ese plus que les hace más atractivas sexualmente.
Otros estudios, que han tratado de averiguar cómo afecta este mito al desempeño intelectual de los rubios y de la gente en general, han arrojado resultados bastantes sorprendentes. Un grupo de científicos franceses, liderados por Thierry Meyer, comprobaron cómo personas de ambos sexos y de distinto color de pelo, reducen su capacidad intelectual después de ver fotografías de mujeres rubias, a pesar de ser individuos inteligentes.
Meyer justifica los resultados de este estudio en el hecho de que los estereotipos, creencias arraigadas en la sociedad, condicionan inconscientemente nuestro pensamiento. Aunque sabemos que los estereotipos no siempre responden a la realidad, actúan como un cristal a través de la cual vemos la realidad y actuamos en consecuencia.
