Si le has dejado de importar, renuncia
Renuncia a todas esas situaciones que te provocan un gran malestar, renuncia a aquellas personas a las que les has dejado de importar. La renuncia es difícil, un paso muy importante en el que nos sentimos inseguros y llenos de dudas. Sin embargo, hay momentos en los que no nos queda otra opción si queremos dejar de sufrir.
Nos cuesta dejar a esas personas que nos han importado atrás. Ya no miran en nuestra misma dirección, sus metas y objetivos en la vida han dejado de coincidir con los nuestros. ¿Qué nos aportan ahora? Mantenernos atados a ellas nos hará sufrir y nos impedirá seguir adelante. La solución más inteligente es la renuncia.
Renunciar no siempre significa debilidad. A veces, muestra que eres lo suficientemente fuerte como para dejar ir
Renuncia, por respeto a ti
Cuántas veces hemos mencionado la hermosa metáfora del tren. Ese tren en el que nosotros somos los protagonistas, donde hay gente que se sube y permanece, otra que tiempo después se baja. A algunas personas tan solo les dedicaremos un saludo. A otras, en cambio, las haremos partícipes de nuestro viaje y estableceremos una relación mucho más profunda con ellas.
¿Qué ocurre con esas personas que adquieren un significado importante para nosotros? Queremos retenerlas en nuestro tren, evitar que se bajen. Pero, no podemos obligar a nadie a que nos acompañe hasta el final. Muchas de estas personas se bajarán y esto, en un principio, dolerá. Pero, con el tiempo comprenderás que hay que aprender a soltar, porque nadie nos pertenece.
Aferrarse a una situación que no va a progresar te provocará dolor. Estas dando todo lo que puedes de ti por una relación que no tiene salida alguna. Siempre nos han dicho que hay que dar sin esperar recibir nada a cambio. El problema es que cuando esto se convierte en una constante corremos el riesgo de hacernos daño, chocando una y otra vez contra el mismo muro.
Renunciar a alguien que fue importante para nosotros es muy difícil
Renunciar a una persona es un acto de amor propio. Tienes que darte una oportunidad para que las heridas de esa relación que no ha sido fructífera cicatricen. Solamente de esta manera podrás conocer a otras personas y descubrir que sí existen aquellas que te darán la mano, libremente, a lo largo de toda tu vida.
No sé si le he dejado de importar, si me ve con los mismo ojos
En ocasiones los sentimientos de una persona se trasforman pero esta no nos abandona. Esto sucede mucho en las relaciones de pareja donde el amor se ha reducido al cariño, pero a pesar de esto continúan juntos. A veces es porque no se atreven ya que se han “acostumbrado” a estar juntos. Otras veces es que piensan que la otra persona no tiene la culpa de que ellos ya no la amen.
El gran problema de esta situación es que ambas personas terminan sufriendo. Una de ellas se encontrará vacía porque su pareja no satisface sus necesidades y la otra se sentirá atada porque está con alguien por el que ya no siente nada. Así, no es raro que las señales de cariño se vayan borrando por los sentimientos de frustración y aparezcan esas señales inequívocas de que todo ha terminado:
- Ya no se preocupa por tus necesidades, sobre todo desde el punto de vista afectivo. Las muestras de cariño quedaron ya en el pasado por lo que empiezas a sentirte solo y abandonado.
- No tiene en cuenta tus ideas y criterios, por lo que empieza a tomar decisiones por su cuenta. En la gran parte de las ocasiones, todo esto está dirigido a satisfacer sus propias necesidades.
- Eres tú quien mantiene a flote la relación, quien lo da todo. Si en algún momento dejases de dar sabiendo que no recibes nada a cambio, la relación llegaría a su fin.
- Has empezado a ser humillado, criticado… La otra persona empieza a alejarse de ti sin razón aparente. De repente, la que era tu fuente de felicidad se ha convertido en tu verdugo.
Cuando sufras por renunciar a alguien, recuerda que no hay mayor sufrimiento que renunciar a uno mismo
Por alguna razón, ya no eres una prioridad para esa persona especial y eso te duele. Lo correcto sería que ella misma se sincerase contigo para que no tuvieses que reconocer estas señales que no te resultarán agradables. Piensa que la renuncia es algo voluntario, realmente ¡no quieres hacerlo! Pero, debes tomar esta decisión para no continuar sufriendo en la relación.
A lo largo de la vida te encontrarás con estas situaciones de renuncia que llevarás a cabo con parejas, amistades e incluso familia. Aprender a despedirnos, comprender que decir “adiós” será bueno para nosotros es una realidad que tan solo entenderemos con la experiencia.