Lo que sucede es lo único que podría haber sucedido
“Lo que sucede es que… ¿Qué habría pasado sí…?”
¿Cuántas veces en nuestra vida nos hemos hecho esta pregunta? Seguramente, más de las que deberíamos, puesto que probablemente hayamos tomado más de una decisión sin controlar demasiado las consecuencias de la misma o, controlándolas, sin tener claro si estas eran las que nos gustarían.
Por ello, toma el tiempo que necesites, porque lo que pase desde ese momento, será la única opción posible.
Elige, porque esta será la única vía que exista
Cuando nos vemos forzados a elegir entre dos caminos -qué carrera hemos de estudiar, qué tipo de trabajo queremos, o incluso qué destino elegir para ir de vacaciones–, llega un momento en el que uno de los dos desaparece como opción. Y esto ocurre justo en el momento en el que tomamos la decisión. Es por ello por lo que hemos de sopesar aquello que consideramos importante para nuestro futuro, puesto que nos repercutirá de una u otra forma.
Una vez que nos decantemos por un camino, hacernos la pregunta de “qué habría sucedido si…” solo sirve para imaginarnos una vida que, en realidad, ya no es la nuestra. ¿Y no es cierto que, en un momento dado, eso puede incluso hacernos daño? Prueba entonces a tomar la decisión que te haga más feliz, puesto que esa será la única opción en el futuro.
“Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas”
-Franz Kafka-
Es normal tener miedo cuando toca tomar algunas decisiones, pero esto no ha de impedirnos elegir la mejor de las opciones: vivir. Pase lo que pase, lo que sucede se basa en la actitud que le pongamos a lo que hacemos; ganas, decisión e ilusión son fundamentales para que suceda lo que queramos que sea.
No somos dueños de la casualidad
A veces, las circunstancias nos atormentan, sobre todo cuando nos sentimos responsables de algo que escapa de nuestras manos. Ejemplos de estas circunstancias son cotidianos, como estar en el lugar equivocado en el momento equivocado o no haber estado con alguien por no ser conscientes de que necesitaba nuestra ayuda.
Sin embargo, son cosas que no siempre nos pertenecen: llamémosle casualidad, azar o destino. Lo cierto es que no podemos responsabilizarnos de ello. No olvidemos que el futuro lo podemos imaginar, pero difícilmente conocer. Lo que pensamos que sucederá solo es una posibilidad entre muchas.
Esto es razón de más para no hacernos la pregunta de “¿qué habría pasado si…?”, puesto que en casos así no hemos de responsabilizarnos de aquello que no hemos decidido. Por muy inevitable que sea, y por mucho que a veces deseemos viajar al pasado para cambiar ciertos hechos de nuestra vida, no hay que estancarse en lo que nos hubiese gustado que fuera, porque no hubo opción para ello.
“Ninguno de nosotros sabe los posibles derroteros que nuestras vidas podrían, y quizá deberían, haber tomado. Probablemente esté bien así. Hay secretos que deben permanecer ocultos para siempre”
-Liane Moriarty-
Lo que sucede, pues, es lo único que podría haber sucedido, especialmente cuando las circunstancias son más grandes que nosotros mismos. Sí, es cierto, podemos cambiar las cosas con las que no nos sentimos cómodos, pero eso sucede después de conocer la realidad y nunca de manera anticipada.
No mires atrás, lo que sucede es lo que estás viviendo
En resumen, es beneficioso sopesar con detenimiento y determinación lo que queremos en la vida, y ser conscientes de que, incluso así, hay cosas que se escapan de nuestra voluntad. Por estas razones, es mejor aprender a vivir con nuestras propias circunstancias, tanto las que nosotros creamos como las que han acabado formando parte de lo que somos.
En ocasiones, es inevitable echar un vistazo a nuestro pasado y desear haber cambiado algo: esto también es bueno, pues demuestra que somos capaces de ver aquello que hemos hecho mal o en lo que nos hemos equivocado.
“Cuando uno elige una opción entre varias, todas las vías que no toma se apagan como velas, como si nunca hubieran existido”
-Philip Pullman-
Sin embargo, aceptar que las cosas suceden de cierto modo es un sinónimo de crecimiento emocional, pues ello nos hará barajar otras opciones para nuestro futuro. Mira siempre hacia delante, acepta tus equivocaciones y evítalas de cara al mañana: lo que sucede es, en verdad tu vida y esta es la única forma de acercarte a la felicidad.