Los 7 filósofos más importantes de la metafísica
La etimología de la palabra metafísica deriva del griego μετaφύσις, que significa ‘más allá de la naturaleza’. Para los griegos, la physis, de donde proviene nuestro término «física», era el mundo natural. Por su parte, physis tiene su raíz en el verbo phyo, que significa ‘crecer, brotar’.
Se define physis como aquello que crece de sí mismo, aquello que posee el principio inmanente del movimiento y reposo. Esto significa que hay algo que llega a ser de algo. Por ende, la metafísica estudia los fundamentos de la naturaleza y de la existencia en general, aquello que existe más allá de lo cambiante.
Si bien a partir del siglo XX muchos filósofos se alejaron de este debate, las preguntas sobre el tema aún son objeto de discusión para quienes se detienen a pensar en ellas. A continuación, conoceremos quiénes fueron los 7 filósofos más importantes de esta disciplina.
Los 7 principales exponentes de la metafísica
A lo largo de la historia, han sido varios los filósofos que han hecho contribuciones en este campo, lo que ha permitido que sobre este tema existan diversos postulados. A continuación, te detallamos los más relevantes y sus principales ideas.
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1. Platón y la teoría de las formas
Es imposible atravesar la historia de la metafísica sin nombrar a Platón y su teoría de las formas, también conocida como teoría de las ideas. De acuerdo con este antiguo filósofo griego, aquello que percibimos a través de los sentidos es tan solo una copia imperfecta del mundo verdadero e inmutable de las formas.
Según su teoría, aquellas formas habitan en un lugar más allá de los cielos y constituyen la verdadera realidad. Por ejemplo, todas las cosas bellas que existen en el mundo son solo reflejos pálidos de la idea perfecta y eterna de belleza.
La influencia de Platón en la metafísica es incalculable. Como se señala en un artículo de The heythrop journal, la filosofía platónica tuvo un fuerte impacto en el desarrollo del primer cristianismo. Por lo tanto, su presencia en la historia occidental ha sido omnipresente.
2. Aristóteles, el padre de la metafísica
Aristóteles fue discípulo de Platón, pero rechazó su teoría de las ideas. Para él, las formas o esencias (como las llama) no existen en un mundo abstracto y separado, sino en las cosas mismas. Sin embargo, también postuló un tipo especial de esencia que puede subsistir por fuera de las cosas.
En su obra Metafísica, Aristóteles hace una distinción entre «el ser» y «el ente». Ademas, se establecen las tres ciencias teóricas: la física, la matemática y la filosofía primera.
Mientras la física estudia aquellos entes que poseen en sí mismo el principio de movimiento y reposo, la matemática estudia realidades inmóviles, pero imposibles de ser separadas de los entes. Por su parte, si existe una realidad inmóvil y, a su vez, está separada de los entes, de ella se ocupa la filosofía primera.
Aunque de manera usual esta disciplina fue llamada metafísica, cabe señalar que dicho término fue introducido mucho después, aludiendo a que estos libros fueron ordenados a continuación de los tomos dedicados a la física.
La filosofía primera se encarga de estudiar al ser en cuanto tal, aquello que subyace la existencia material. Esta sustancia o esencia que está más allá del mundo de los entes es el denominado «motor inmóvil», dado que es una fuerza que da movimiento a la existencia, pero que no puede ser alterada por nada.
Esta idea de una sustancia separada del mundo fue retomada por pensadores cristianos como Tomás de Aquino, quien la usó para explicar la existencia de Dios.
La obra de Aristóteles también tuvo una enorme influencia en el desarrollo de la filosofía. Sin embargo, la mayoría de sus escritos estuvieron perdidos durante parte de la Edad Media y solo ingresarían a Europa, a través de filósofos árabes, en el siglo X.
3. Descartes: de la duda metódica a la existencia de Dios
En el siglo XVII Descartes introdujo una serie de innovaciones en el pensamiento que cambiarían el rumbo de toda la disciplina. Es conocido por su duda metódica, bajo la cual puso en tela de juicio la existencia de todo aquello que lo rodeaba. Negando el conocimiento de los sentidos y hasta de la mismísima matemática, llegó a la conclusión de que lo único cierto era su autoconciencia.
Bajo su famosa frase «pienso, luego existo», abrió la posibilidad de pensar a la metafísica, ya no partiendo de la base de Dios o de las sustancias inmateriales, sino del propio sujeto. Descartes divide el mundo en dos sustancias: aquellas que poseen extensión (res extensa) y aquellas cosas pensantes (res cogitans).
La verdadera esencia del ser humano, aquello que lo distingue del resto de las cosas, es que posee una sustancia espiritual. Esto se demuestra a través de la preeminencia del pensamiento.
No obstante, la teoría de Descartes tiene serias dificultades para dar cuenta de la existencia de un mundo fuera de uno mismo. Si la única certeza es nuestro pensamiento, entonces, puedo dudar de la existencia de mis semejantes y de la realidad entera, dado que todo puede ser un sueño.
Por ello, Descartes recurre a la idea de Dios (la res infinita) para terminar de cerrar su sistema. Si los seres humanos, siendo finitos, pueden tener la idea de un ser eterno e infinito, entonces, dicho ser debe existir fuera de nosotros mismos.
4. Leibniz y el optimismo metafísico
Se dice que Gottfried Wilhelm Leibniz, nacido en Alemania en 1646, fue uno últimos polímatas de la historia. Su trabajo dio grandes contribuciones en diversas áreas como matemáticas, lógica y, por supuesto, filosofía.
Su sistema metafísico se basa en la idea de que existen unidades simples, las mónadas, originadas en la divinidad. Cada una de las mónadas está cerrada al mundo, pero posee una estructura interna, configurada de tal modo que representa un espejo viviente de todo el universo.
Cada porción de la materia puede ser concebida como un jardín lleno de plantas; y como un estanque lleno de peces. Pero cada ramo de la planta, cada miembro del animal […] es, a su vez, un jardín o un estanque semejante.
Por otra parte, Leibniz creía que si Dios es benevolente y omnipotente, entonces, debe haber creado un mundo que tenga un balance óptimo de experiencias. Por ello, dirá que el mundo en el que vivimos es el mejor de los mundos posibles. Esto supuso muchas críticas en su contra, ya que su filosofía fue tildada de ingenua y conformista.
5. Kant y la crítica de la metafísica
La filosofía kantiana dio un giro radical en el modo en que se entendía la metafísica hasta aquel entonces. La tradición siempre había sostenido que existían objetos externos que eran captados por medio de los sentidos o de la razón de manera directa. Sin embargo, Kant sostendrá que nunca alcanzamos a conocer a la cosa en sí, sino solo representaciones.
Si bien este tipo de idealismo puede recordarnos a Platón, en Kant nunca podemos acceder a las cosas en sí mismas, sino solo a fenómenos construidos en la subjetividad, que serían una representación de «La cosa en sí». Para el filósofo alemán, todo objeto que se presenta a la conciencia lo hace a través de nuestras intuiciones sensibles y de las categorías del entendimiento.
El espacio y el tiempo son las intuiciones sensibles mediante las cuales conocemos el mundo. No son propiedades de los objetos, sino formas puras de la intuición. Por su parte, las categorías son aquellas condiciones en las que el entendimiento aplica las intuiciones sensibles, para enlazarlas con objetos determinados.
Kant destaca una lista de categorías entre las que se encuentran la unidad, la pluralidad, la sustancia y el accidente, la causalidad y dependencia, entre otras.
Esta inversión de la realidad es conocida como el «giro copernicano de la filosofía», dado que los objetos dejan de estar fuera para conformarse dentro del propio sujeto.
Kant no niega la existencia de objetos fuera de nosotros, pero sí la posibilidad de acceder a ellos mediante las vías de la razón. Para este filósofo, la metafísica se pierde en especulaciones que exceden la propia capacidad de la razón, cayendo en serias contradicciones.
6. Hegel y la dialéctica
Hegel propuso una visión de la realidad como un proceso dialéctico, en el que las contradicciones y conflictos impulsan el desarrollo y el progreso del espíritu (o idea absoluta) hacia un estado de autocomprensión y libertad.
Este proceso dialéctico se articula a través de las fases de tesis, antítesis y síntesis, y abarca todos los aspectos de la existencia, desde la lógica y la naturaleza hasta la historia y la sociedad.
Hegel planteó una forma de metafísica de la historia, argumentando que la realidad no es estática, sino que se desarrolla y se despliega en el tiempo. Según el autor, la historia es la progresión del espíritu a través de diferentes formas de conciencia y autoconciencia, culminando en la realización de la libertad.
La filosofía de Hegel es compleja y, a menudo, desafiante. No obstante, su enfoque dialéctico y su visión de la realidad, como un proceso en desarrollo, tiene un impacto significativo en la filosofía. Además, ha influenciado campos tan diversos como la política, la sociología, la historia y la psicología. Su contribución a la metafísica sigue siendo una referencia central en los debates filosóficos contemporáneos.
7. Heidegger y la ontología existencial
Martin Heidegger, nacido en Alemania, en 1889, fue uno de los filósofos más influyentes del siglo XX. Su contribución a la metafísica radica en su reevaluación del concepto de ser y su desarrollo de la ontología.
En su obra Ser y tiempo, Heidegger plantea la pregunta por el sentido del ser como la cuestión fundamental de la filosofía. Argumenta que el ser humano (al que llama «dasein», o sea, el ‘ser-ahí’) tiene una relación única con su propia existencia, ya que es el único ser que es consciente de su propia finitud.
Heidegger introduce el concepto de «estar-en-el-mundo» para describir la forma en que los humanos se relacionan con el mundo que les rodea, una relación que es fundamentalmente práctica y cuidadosa, no puramente cognitiva o teórica. También explora temas como la temporalidad, la angustia y la finitud para desarrollar su ontología existencial.
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Las ideas de la metafísica: un debate vigente
Los siete filósofos que hemos presentado son solo algunos de los muchos que han contribuido a la metafísica a lo largo de la historia. Cada uno de ellos ha aportado reflexiones y argumentos únicos que han dado forma al entendimiento humano sobre la realidad, la existencia y la naturaleza del ser.
De Platón a Heidegger, estos pensadores nos han proporcionado herramientas para cuestionar, explorar e interpretar el mundo más allá de lo perceptible. Sus ideas han tenido un profundo impacto en la comprensión de aquello que nos rodea y siguen siendo debatidas hoy en día.
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- Aristóteles. (2011). Protréptico - Metafísica. Gredos.
- Descartes, R. (1999). Meditaciones metafísicas - Las pasiones del alma, Ediciones Folio.
- Gaston, T. E. (2009). THE INFLUENCE OF PLATONISM ON THE EARLY APOLOGISTS. The Heythrop Journal, 50(4), 573-580. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1468-2265.2008.00448.x
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- Heidegger, M. (1992) ¿Qué es la metafísica? y otros ensayos. Ediciones Fausto.
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