Los colores influyen en tu estado de ánimo
Numerosos estudios revelan que los colores influyen en el estado de ánimo. Sin embargo, no se ha podido demostrar científicamente que los colores sean un elemento clave que ayude a la curación. Por ello, tratamientos como la cromoterapia, son considerados como terapias alternativas naturales, ya que no cumplen los requisitos para ser considerados una medicina fiable.
Lo que está claro, es que aunque los colores no sean el factor determinante para curar alguna dolencia, sí pueden cambiar nuestras emociones. Los colores influyen en el estado de ánimo, aunque sea en un pequeño tanto por ciento.
Es más, múltiples estudios nos revelan que la psicología del color es una ciencia que merece más investigaciones. Entre las aplicaciones descubiertas recientemente, se encuentra la de que la terapia del color es uno de los medios empleados para la liberación de tensiones en dolores de espalda.
Algo sin duda interesante que tener en cuenta.
“He tardado cuarenta años para descubrir que el rey de todos los colores es el negro.”
-Renoir-
Los colores rojo, naranja y amarillo
Uno de los libros más interesantes y completos sobre el tema de los colores es el que Eva Heller publicó en el 2004. En “Psicología del color: cómo actúan los colores en los sentimientos y la razón” encontramos un trabajo completo, exhaustivo y validado a través de numerosos estudios.
Así, gran parte de la información que manejamos a continuación se basa, sin duda, en este interesante manual.
Para empezar, si hay algo que sabemos a ciencia cierta es que el rojo, el naranja y el amarillo son colores excitantes de nuestro sistema nervioso. Es decir, nos activan y transmiten energía. Incitan a la actividad y dan ánimo. Dan calor y vivacidad.. Asimismo, están indicados especialmente para todas aquellas personas que se sienten decaídas, bajas de ánimo o con tendencia al desánimo.
A la hora de decorar las paredes de una habitación, hay que tener en cuenta que estos colores“encienden” y dan energía. Por eso, son adecuados para lugares en los que deseemos activarnos, pero estarían poco aconsejados en los dormitorios, que son sitios donde queramos que reine la calma y el relax.
El verde, el azul y el violeta
Son colores “sedantes”, que transmiten tranquilidad. Incitan a la relajación. El verde, azul y violeta tienen un efecto de relajación y aportan paz a la mente y al cuerpo. Son ideales para llevar en las prendas en las entrevistas de trabajo, ya que transmiten transparencia, sinceridad y responsabilidad.
El verde de la naturaleza, el azul profundo del cielo, el violeta elegante de las flores. Todos ellos llevan el mensaje de curación emocional. Ideales para poner en las paredes de sitios donde queramos abandonarnos al relax.
El blanco y el beige
Son colores neutros y fríos. El blanco y el beige son símbolos claros de pureza y simplicidad. Ideales para poner en sitios donde queramos alcanzar la máxima concentración.
No están caracterizados por producir cambios emocionales. Y, por ello, el sitio ideal para pintar las paredes de blanco seria una habitación de estudio. En un despacho, el biege sería el color óptimo, porque, además de focalización, da sensación de seriedad y responsabilidad.
El rosa y el fucsia
El color rosa claro transmite bondad, inocencia y buenas intenciones, aunque también puede ser percibido por el otro como un signo de inmadurez. Es ideal para llevar si necesitas que alguien confíe en ti para algo.
En cuanto a las decoraciones, se suelen utilizar en la habitación de los niños, porque está asociado a la infancia. Pero no solamente está asociado con la inmadurez intelectual, ya que es un color muy empleado para simbolizar el altruismo, la bondad y la sensibilidad.
El color fucsia, que sería un rosa más fuerte y potente, se podría comparar a los colores que activan y dan energía, como el rojo, naranja y amarillo, de los que hablé en el inicio.
El negro y el gris
El color negro transmite tristeza y pesimismo, pero en la vestimenta aporta elegancia y seriedad. No sería recomendable llevar en verano, ya que ópticamente da la sensación de cerrajón, calor y poca transpirabilidad.
El color gris también aporta tristeza, pesimismo y malas vibraciones. En la vestimenta tiene un significado de independencia, desconfianza, aburrimiento, desánimo, aunque también transmite respeto, profesionalidad y seriedad.
¿Por qué elegimos un color u otro al vestir?
Cuando nos vestimos, inconscientemente solemos hacerlo en función de las emociones que tengamos en ese momento. Si eres consciente de lo que aporta cada color, puedes dar un giro a tu estado de ánimo.
Normalmente, cuando alguien se levanta negativo, siente decaimiento y desánimo, tenderá a escoger colores apagados y pesimistas. Y, en cambio, cuando nos levantamos contentos y de buen humor, sí escogemos colores alegres.
Si vas en contra de lo que harías de forma natural, puedes cambiar tu estado de ánimo. Para ello, analiza qué emociones tienes y ponte acorde a cómo te gustaría estar. Por ejemplo, si te levantas un día y te analizas: “hoy me siento sin vitalidad, pero justamente por eso voy a darle color a mi vestimenta” y te pones una camiseta roja, probablemente consigas vencer esa pesadumbre inicial del día.
De esa manera, tú mismo te incitas a la acción y te subes consciente e inconscientemente la moral. Aunque los colores no hagan milagros, ten por seguro que habrás contribuido a mejorar tus emociones usando el color que necesites en cada momento. Si te levantas estresado y necesitas relajación, puedes optar por colores relajantes como el azul, verde o violeta.
También has de tener en cuenta dónde tienes que ir y qué impresión necesitas causar. No es lo mismo salir a cenar en un ambiente amistoso, que ir a una reunión importante de trabajo. Está demostrado que los colores influyen en el estado de ánimo y aunque no sea en un alto grado, cada grano de arena que juntes a tu favor mejorará tus emociones.
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- Murray, D. C., & Deabler, H. L. (1957). Colors and mood-tones. Journal of Applied Psychology, 41(5), 279–283. https://doi.org/10.1037/h0041425
- Heller, Eva (2004) Psicología del color: cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón. Barcelona: Gustavo Gili