Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
En las últimas décadas, multitud de estudios han demostrado que existe una serie de fármacos efectivos para incrementar el efecto de distintas intervenciones disminuyendo la intensidad o la frecuencia de determinados síntomas. Este es el caso de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), utilizados principalmente en el tratamiento de la depresión.
Seguro que has oído hablar de algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Estos fármacos se presentan con el nombre de citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina, etc. ¿Alguno te resulta familiar?
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina es una etiqueta que engloba a una serie de fármacos con un objetivo común. Típicamente han sido usados como antidepresivos en el tratamiento de cuadros depresivos, trastornos de ansiedad y algunos trastornos de personalidad.
Pastillas para la depresión
Sin embargo, los ISRS no son los únicos antidepresivos que existen. Los fármacos antidepresivos se introdujeron en el uso clínico en psiquiatría a partir de 1957. En la década posterior se desarrolló la mayor parte de los antidepresivos denominados tricíclicos (ADT). Paralelamente se comenzaron a utilizar también los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
Los antidepresivos tricíclicos logran la remisión o mejoría de los síntomas depresivos en más del 65% de los casos. No obstante, sus efectos secundarios son también numerosos. Esto representa una desventaja frente a otros antidepresivos.
Los fármacos antidepresivos, a diferencia de los estimulantes (anfetaminas, metilfenidato…), solo mejoran el estado de ánimo en personas que previamente están deprimidas. No elevan el ánimo en sujetos sin depresión.
¿Qué fármacos antidepresivos existen?
Los principales tipos de antidepresivos que se utilizan actualmente son los siguientes:
- Tricíciclos (ADT). Se denominan así por su estructura química.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Agrupan diversos principios con diferentes estructuras químicas. Actúan en los receptores presinápticos de serotonina inhibiendo selectivamente su recaptación.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN). Inhiben de forma no selectiva los receptores presinápticos de serotonina y noradrenalina al mismo tiempo.
- Inhibidores de la monoaminooxidasa irreversibles (IMAO) y reversibles (RIMA). Inhiben la enzima monoaminooxidasa, encargada de la metabolización de las aminas biógnenas.
- Noradrenérgicos y selectivamente serotoninérgicos (NaSSA). Dan lugar a un incremento de noradrenalina y serotonina en el espacio intersináptico.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (ISRN). Su acción se limita fundamentalmente a la noradrenalina.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de dopamina (ISRD). Se dirigen a la dopamina.
En este artículo nos centraremos en los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Pero antes, veamos qué es eso de la serotonina.
Serotonina, el neurotransmisor que nos hace sentir bien
La serotonina es una sustancia química producida por el cuerpo humano, que transmite señales entre los nervios, funciona como un neurotransmisor. Es considerada por algunos investigadores como la sustancia química responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo, por lo que el déficit de serotonina conduciría a la depresión.
La serotonina tiene un efecto modulador general e inhibidor de la conducta. Este neurotransmisor afecta a la mayoría de funciones cerebrales. Se podría decir que la serotonina es la “hormona del placer”, además de ser la “hormona del humor”.
La función serotoninérgica es fundamentalmente inhibitoria. Ejerce influencia sobre el sueño y se relaciona también con los estados de ánimo, las emociones y los estados depresivos. Afecta al funcionamiento vascular así como a la frecuencia del latido cardiaco.
Existe una estrecha relación entre la depresión y la serotonina. Sin embargo los científicos aun no están seguros de si niveles disminuidos de serotonina contribuyen a la depresión, o por el contrario, la depresión provoca disminución en los niveles de serotonina.
¿Cómo actúan los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina?
Los ISRS bloquean la reabsorción (recaptación) de la serotonina. Así, aumentan los niveles de serotonina entre neuronas en el espacio intersináptico, lo que produce una regulación a la baja de los receptores 5HT1A. Tras la reducción del número de receptores 5HT1A, la neurona queda “desinhibida” para liberar más serotonina hacia el espacio sináptico.
Este aumento de los niveles de serotonina en el espacio intersináptico (hendidura sináptica) puede mejorar el estado de ánimo de la persona. Además, los ISRS se llaman selectivos porque afectan principalmente la serotonina, y no otros neurotransmisores.
No es oro todo lo que reluce
Todos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina trabajan de formar similar. Como en todos los medicamentos, hay determinados efectos secundarios que son frecuentes, lo que no significa que necesariamente tengan que aparecer durante el tratamiento.
De hecho, algunos de los efectos secundarios pueden desaparecer después de las primeras semanas de tratamiento, mientras que otros pueden ocasionar que tu médico decida cambiar el tratamiento. Si no puedes tolerar un ISRS, es posible que toleres otro, ya que su composición química varía.
Como no es oro todo lo que reluce, los posibles efectos secundarios de los ISRS pueden incluir, entre otros:
- Somnolencia.
- Náuseas.
- Boca seca.
- Insomnio.
- Diarrea.
- Nerviosismo, agitación o inquietud.
- Mareo.
- Problemas sexuales, como disminución del deseo sexual o dificultad para alcanzar un orgasmo o incapacidad para mantener una erección (disfunción eréctil).
- Dolor de cabeza.
- Visión borrosa.
Como hemos visto, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina son fármacos especialmente diseñados para la depresión. Sin embargo, pueden tener otras indicaciones (tratamiento a largo plazo de la ansiedad y del trastorno obsesivo compulsivo).
Estos fármacos no están exentos de efectos secundarios, aunque son menores que en otros antidepresivos, como los IMAO o ADT. Si crees que puedes necesitar medicación, lo primero que debes hacer es visitar a tu médico. Recuerda que la automedicación puede resultar muy peligrosa.