Los peligros de las relaciones cibernéticas
Muchas parejas se forman hoy en día a través de Internet. En muchos casos surgen relaciones duraderas y sanas, pero también hay infinidad de casos que caen en el engaño de la red. Los peligros de las relaciones cibernéticas están a la orden del día.
Todos sabemos que hay un gran número de personas que mienten a través de la red. Detrás de una pantalla se tiende a lucirse, a enseñar solo lo bueno y a esconder los defectos al máximo.
Sin embargo, cuando vemos cara a cara a una persona, estamos viendo tanto las virtudes como los defectos que tiene. Por ello, si alguien nos gusta y hay afinidad, se nos creará una ilusión que tendrá la intensidad inversamente proporcional a los defectos que le veamos.
Cuantos menos defectos le veamos, más ilusión y más enamoramiento habrá. Cuantos más defectos le veamos, más irá aminorando la intensidad de los sentimientos, aunque nos siga gustando la persona.
¿Qué ocurre cuando la relación no es cara a cara?
Cuando estamos contactando con alguien a través de una pantalla, no vemos algo importantísimo como es el lenguaje no verbal. La forma de mirar, de hablar, de reírse y una presencia general es bastante importante. Aunque está claro que nadie se enamora solo de un físico, tiene que haber algo de atracción, tiene que tener algo que nos mueva por dentro.
Está bien conocer por Internet a alguien interiormente, pero tenemos que ser conscientes de que eso es solo una parte que se tiene que complementar con otra más importante, que es la de conocerse en persona. Solo cuando las dos facetas (cibernética y real) se unan, podremos decir que de verdad nos gusta alguien.
Todos hemos visto alrededor o en algún programa de televisión, a gente que dice estar enamorada de alguien que no conoce en persona. Eso no es real, esos sentimientos son producto de la imaginación. Esa fantasía se alimenta de textos agradables que recibimos a través de una pantalla. Como no hay una realidad que podamos ver, la mente la inventa, idealizando al otro y creando el prototipo que anhelamos.
El amor por Internet le ha traído problemas a mucha gente que se pregunta cómo es posible haber sufrido por algo que no era real.
También hay infinidad de desengaños, de que las fotos que alguien enseñaba no se parecían a la imagen real, y la sensibilidad y comprensión que desprendía por escrito, no la percibían en persona.
Por ello lo más recomendable es no eternizar los contactos cibernéticos, porque cuanto antes veamos la realidad y tratemos cara a cara a la persona, antes tendremos los pies en el suelo.
Riesgos sociales más comunes
Por su parte, existe una variedad de riesgos sociales al momento de entablar una relación sentimental cibernética. Entre ellos:
- Que la persona que está del otro lado del monitor no sea quien dice ser o no viva como dice vivir. La realidad es que eso mismo puede ocurrirte offline. Para evitar mentiras poco conducentes, intenta contactarte lo antes posible vía webcam, por ejemplo, para constatar que las fotos que figuran en el sitio correspondan a la persona con la que estás conversando (o que sean actuales).
- Que tu interlocutor no viva como proclama, que no sea soltero cuando dice serlo, entre otros. Nadie te garantiza que una persona diga la verdad, ni en un sitio de citas ni en un bar. Pregunta todo lo que necesites saber para estar tranquila/o; si la otra persona se molesta por tu curiosidad quizás no sea todo lo transparente que deseas para tu vida.
- Que te encuentres con un acosador online. Algunos sitios tienen un mecanismo que te permite bloquear a aquel usuario que sientas que te está molestando. Asimismo, si ves que existe alguna conducta inconveniente por parte de otra persona, puedes denunciarla al equipo de seguridad del sitio que tomará los recaudos correspondientes.
¿Por qué las emociones son más fuertes por internet?
Muchos afirman haber tenido sentimientos mucho más fuertes con alguien de Internet que en la realidad. Eso es debido a que las relaciones cara a cara tienen la realidad cubierta, ya que los ojos ven lo que hay y no hay un lugar para la imaginación tan grande como se da en los casos puramente virtuales.
En cambio, cuando los ojos no han visto la realidad, la mente empieza a imaginar y a crear una figura idealizada de lo que le gustaría encontrar, de la persona ideal para uno. Todo esto se activa inconscientemente. Así, poco a poco, se va entrando en una ilusión que aumenta hasta llegar a una fuerte intensidad que puede dañar más de la cuenta.
He conocido casos que han sufrido con relaciones cibernéticas. Una vez han entendido lo que la mente hace cuando no tiene la suficiente información real, han conseguido poner los pies en la tierra y frenar ese tipo de sentimientos falsos.
Hablar con alguien por internet sin haberle visto en persona es como entrar en un mundo de fantasía. Las personas más vulnerables a caer en los peligros de las relaciones cibernéticas, serán las que tengan una tendencia a ser soñadoras y estén insatisfechas con su vida real.
5 consejos si decides buscar relaciones cibernéticas
Si a pesar de todo estás dispuesto a buscar pareja a través de Internet o si crees haberla encontrado ya, nunca está de más ser precavido y tener en cuenta algunos consejos:
1. Sé realista
Cuando empieces a sentir algo por alguien, recuerda que si no le has visto en persona no es válido, porque tu mente, al no tener la información real como la que tendría en el cara a cara, tenderá a idealizar y a crear una figura irreal del otro.
Cuando ya te imaginas tu vida con esa persona, cómo será el día a día, situaciones cotidianas, etc., sin haberlas vivido y tan siquiera saber si eso va a ser así, significa que estás idealizando a esa persona. No confundas la ficción con la realidad.
2. Da un paso más
Es recomendable no entablar relaciones virtuales exclusivamente. Está bien empezar así a conocer a alguien, pero que no sea la única forma de contacto. La etapa de conocerse a través de una pantalla siempre tiene que tener la intención de verse en persona a corto plazo.
Obviamente, antes debes asegurarte de que la persona que estás conociendo es real, y de si puede haber un peligro. Lo más seguro es que siempre avises a amigos o familiares de que vas a conocer a esa persona, por lo que pueda pasar.
Además, tras los primeros encuentros, trata de conocer al entorno cercano de la otra persona (amigos y familiares). Esto te ayudará a determinar la veracidad de lo que te ha contado y a descartar la posibilidad de que se trate de una persona peligrosa o con malas intenciones.
3. Busca cercanía
No comiences contactos con alguien que viva en otro país. He conocido casos de personas que se han enamorado de alguien a quien no pueden ver porque vive en otro país. Han estado años con contacto cibernético, sufriendo por un amor que no puede ser porque cada uno tiene su vida y su trabajo en su país y no pueden trasladarse. Se enganchan a un amor platónico imaginario.
4. No dejarse engañar ni engañar
Hay que olvidarse de personas casadas o con pareja, aunque digan que la relación está a punto de estropearse. Muchos caen en engaños de este tipo, les juran que aunque tienen pareja, no les va bien y están a punto de separarse. Pero lo que intentan es convencer para poder ser infieles. Habiendo tantísimas personas por conocer, ¿Por qué arriesgar con alguien que trae complicaciones ya de primeras?
5. Ten cuidado
Ten presente que nunca se sabe con quién puedes estar hablando. Todos podemos ser amables, cariñosos, atentos y casi perfectos a través de una pantalla, pero detrás se puede esconder alguien que tenga algún trastorno psicológico que no pueda en la vida real relacionarse bien con los demás o que se invente una vida irreal a su medida.
Los peligros de las relaciones cibernéticas aumentan cuando la vida real no es satisfactoria, ya que se busca lo que no se ha conseguido en la realidad. Hay que tener cuidado porque al igual que por internet hay personas honestas que valen la pena, también está el lado opuesto, enfermizo y engañoso.
¿Qué dicen las investigaciones?
En una investigación llevada a cabo por Rodríguez y Rodríguez (2016) abordar el concepto anglosajón “stalkear”, que significa observar, por ejemplo, las redes sociales del otro con fines de profundizar en la persona. Sin embargo, no se queda ahí, sino que “stalkear” tiene un matiz de espionaje, es decir, se trata de “revisar exhaustivamente el muro, fotos, posteos y comentarios realizados y recibidos”.
Las autoras afirman que “encontramos que las redes sociales incrementan la necesidad de quienes están enamorados de tener un conocimiento más amplio del mundo del otro, de sus amistades, de sus exparejas, de su pasado, de su presente“. Esto puede conllevar un problema importante en las relaciones cibernéticas, ya que al no compartir experiencias personales, algún miembro de la pareja (o ambos) puede llegar a obsesionarse con aquello que aparece en las redes sociales del otro.
La única realidad que existe para ellos en la red, por tanto, aquello que ven es su mundo. Si uno de los dos ve algo que le incomoda, que no le gusta, al no estar cara a cara pueden empezar las desconfianzas. Y de ahí algo tan peligroso como el control. Por ello debemos tener cuidado con las relaciones a distancia. De la misma forma que nos podemos llegar a sorprender del fuerte lazo establecido, también podemos caer en una obsesión de control que se nos escape de las manos.
Imágenes cortesía de Alexander Kuznetsov y JenavieveMarie
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Rodríguez Salazar, T., & Rodríguez Morales, Z. (2016). El amor y las nuevas tecnologías: experiencias de comunicación y conflicto. Comunicación y sociedad, (25), 15-41.
- Toma, C. L. (2015). Online dating. The international encyclopedia of interpersonal communication, 1-5.