Los trastornos psicofisiológicos: la influencia de las emociones en nuestro cuerpo

Los trastornos psicofisiológicos se producen después de haberse sometido a mucho esfuerzo físico o mental y el resultado son problemas para el bienestar del organismo.
Los trastornos psicofisiológicos: la influencia de las emociones en nuestro cuerpo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Laura Reguera

Última actualización: 23 julio, 2024

¿Nunca te ha pasado que en épocas de ansiedad tienes más molestias estomacales o más dolores de cabeza? ¿Puede que más contracturas? ¿Y qué me puedes decir cuando has tenido un buen cabreo? Si lo vemos así, nos damos cuenta de cómo influyen las emociones en el malestar físico, ¿verdad?

Así es más fácil entender lo que son los trastornos psicofisiológicos: aquellas enfermedades físicas que tienen su origen en factores psicológicos. O su decurso se ve influenciado por los mismos. ¡Descubre la importancia de manejar nuestras emociones negativas para nuestra salud física!

“De noventa enfermedades, cincuenta las produce la culpa y cuarenta la ignorancia”.

-Paolo Mantegazza-

¿Por qué influyen las emociones en los trastornos psicofisiológicos?

Las emociones se manifiestan mediante un triple sistema de respuesta: cognitivo, fisiológico y motor. El sistema cognitivo se refiere a los pensamientos que tenemos cuando experimentamos las distintas emociones. Por ejemplo, cuando la ira nace en nosotros, nuestros pensamientos son del tipo “lo hace para fastidiarme”, “no me puedo creer que me haga esto”, etc. Sin embargo, este discurso interno es completamente distinto cuando estamos tristes.

Ahora bien, el sistema motor es el conjunto de conductas que llevamos a cabo según las emociones que sintamos. Así, cuando aparece el miedo, tratamos de protegernos o huir, conductas que no se darán si sentimos alegría.

mujer tras cristal mojado

Por último, el sistema fisiológico serían las sensaciones corporales que se dan. En este sentido, hay emociones que nos activan más o menos, igual que hay otras que nos desactivan en distintos grados.

La ansiedad, para que nos entendamos, es una emoción que nos activa mucho a nivel fisiológico, de forma que nuestra frecuencia cardíaca o nuestra respiración se aceleran.

¿Cómo influyen la ansiedad y la ira en los trastornos psicofisiológicos?

Son numerosos los trastornos psicofisiológicos. Pueden ser cardiovasculares (hipertensión arterial), respiratorios (asma bronquial), endocrinos (diabetes), gastrointestinales (úlcera péptica), dermatológicos (urticaria) o inmunológicos, así como el dolor crónico o la artitris reumatoide. Estos son algunos ejemplos, pero hay más. En ellos, va a influir la manifestación fisiológica de las emociones. Sobre todo de la ansiedad y la ira.

“Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los micobrios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas”.

-Ramón Carrillo-

Ambas emociones conllevan una alta activación fisiológica cuando las experimentamos. Aparecen la tensión muscular, la hiperventilación o la aceleración del ritmo cardíaco, entre otros síntomas fisiológicos.

En un primer momento, nuestro cuerpo se energiza de esta manera para hacerle frente al peligro que ha hecho que aparezcan estas emociones. Por lo tanto, no es una activación mala por sí sola.

El problema es cuando sentimos estas emociones de forma muy intensa, muy a menudo o de manera muy prolongada en el tiempo. Entonces nuestro cuerpo se mantiene en tensión por encima de nuestras posibilidades, ya que esta activación debería desaparecer una vez que superamos aquello que ha hecho nos sintamos así.

Pero como no es así, nuestros órganos se van sobrecargando y se producen en ellos cambios morfológicos y funcionales.

mujer con malestar estomacal y trastorno psicofisiológico

¿Cómo influyen los síntomas somáticos en este proceso?

Todo lo que hemos explicado hasta ahora nos lleva a una conclusión: que el modo en que nosotros percibamos e interpretemos las distintas situaciones nos va a ayudar a manejar mejor nuestras emociones negativas.

Lo mismo pasa si conseguimos encontrar soluciones adaptativas a lo que nos pase. De esta forma, conseguiremos que nuestra activación no se dispare y tendremos menos papeletas de desarrollar trastornos psicofisiológicos.

Lo mismo pasa cuando hay una enfermedad somática en sí. Así, el paciente puede: estar convencido de que no es grave, saber que es grave pero querer luchar porque está convencido de que hay esperanzas o saber que es grave pero decidir vivir lo mejor posible y no autolimitarse más allá de lo necesario.

“La enfermedad que sobreviene es más peligrosa”.

-Séneca-

Si opta por una de estas tres vías, va a conseguir que esa ansiedad y esa ira, que suelen aparecer cuando hay algún problema físico, no se disparen. De esta forma, la probabilidad de que se den trastornos psicofisiológicos también va a ser menor.

En ocasiones, es difícil lograr esto, pero con la ayuda de un psicólogo adecuado se puede conseguir. Imágenes cortesía de David Cohen, Benjamin Combs y Milada Vigerova.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.