Masoquismo emocional: cuando te haces daño sin darte cuenta

Hablarnos como nuestro peor enemigo, tolerar a quien nos hace daño o ser incapaces de dejar atrás el pasado, son ejemplos de ese masoquismo emocional que todos practicamos en algún momento de nuestra vida.
Masoquismo emocional: cuando te haces daño sin darte cuenta
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 28 mayo, 2021

Hay quien dice que los masoquistas emocionales son unos excelentes pacientes en terapia porque son muy hábiles a la hora de profundizar en sus propias heridas. Son personas con una patrón analítico que les lleva a hacerse daño a sí mismas. Hay quien refuerza una y otra vez conductas y elecciones que los dejan atrapados en la cárcel del sufrimiento, en el abismo de la indefensión…

Lo más llamativo es que no son conscientes de ello. Así, y a pesar de que el ser humano tiene un instinto innato para escapar de lo que hace daño y reforzar comportamientos que son beneficiosos, este principio de lógica de supervivencia no siempre se cumple,  abundan los que, por ejemplo, van saltando de una relación afectiva dañina a otra más destructiva.

Masoquista es quien se niega a salir de situaciones que atentan a su bienestar y que es incapaz también de tratarse con amabilidad y afecto. La imposibilidad de dejar de alimentar el diálogo que infravalora o la voz interna que a todo le pone muros y barricadas es la esencia de esta conducta.

Una forma recurrente de hacernos daño es cuando quedamos atascados en nuestras vivencias del pasado. Negarnos a dejar atrás lo que ya pasó es un modo de sufrimiento muy común.

Hombre triste practicando el masoquismo emocional

¿En qué consiste el masoquismo emocional?

Detrás del masoquismo emocional está la personalidad autosaboteadora. Ante la evidencia de que son muchas las personas que aplican este filtro psicológico a su forma de vida, la pregunta es la siguiente: ¿por qué lo hacen? Para responder esta pregunta podríamos recurrir a la primera persona que abordó este tema: Sigmund Freud.

Desde un punto de vista psicodinámico, esa necesidad o tendencia a hacerse daño a uno mismo reside en los propios sentimientos de culpa.

Yo tengo una mala valoración de mi persona, me siento culpable por algo y entonces, refuerzo conductas que son dañinas como forma de redimirme“. Esta idea —poco aceptada a día de hoy— dio forma al trastorno de personalidad masoquista o trastorno de personalidad autodestructiva, el cual, terminó desapareciendo de la nosología psiquiátrica con el tiempo.

Actualmente comprendemos un poco más este comportamiento y sabemos que responde a múltiples variables. Es más, cualquiera de nosotros podemos estar conviviendo con un masoquista interno. Las tendencias autoflagelantes pueden acompañar desde la infancia a una persona o bien emerger a raíz de algún problema concreto.

Profundizamos un poco más en esta realidad.

¿Cómo se manifiesta el masoquismo emocional?

Empecemos fijándonos en un matiz. Hay personalidades claramente masoquistas y figuras que evidencian en algún momento cierto masoquismo emocional. El primero es más problemático porque responde a un patrón de comportamiento que se manifiesta ya desde edades tempranas.

Veamos algunas características:

  • Cuando logran algo bueno en la vida lo atribuyen a la suerte (locus de control externo). Nada parece estar nunca bajo su control.
  • Tendencia a reforzar las relaciones dañinas.
  • Diálogo interno autocrítico. Tendencia a pensar que uno no es lo suficientemente bueno, que nadie le aprecia, que es falible, débil, torpe, etc.
  • El masoquismo emocional vive atascado en el ayer. Toda su atención se focaliza en lo que ya no tiene sentido, en lo que ya ha pasado. Son incapaces de apreciar las oportunidades del presente.
  • Alta tolerancia a situaciones que son negativas y desgastantes (trabajos precarios, amistades egoístas…)
  • Les cuesta terminar aquellos proyectos que comienzan. Abandonan todo proyecto o meta con facilidad. Esto alimenta la visión negativa que tienen de sí mismos.
  • Tendencia a sentir culpabilidad cuando experimentan un instante de placer o bienestar. Piensan que no lo merecen o más aún, que ese momento de éxito o de felicidad durará muy poco porque algo lo acabará estropeando.

¿A qué se debe este tipo de comportamiento y actitud ante las cosas?

Estudios, como los realizados en la Universidad McGill de Montreal en Canadá, nos señalan algo interesante al respecto. Hay diferentes tipos de masoquismo emocional, todos podemos evidenciar por ejemplo, un diálogo interno algo invalidante a veces. Sin embargo, hay personalidades que evidencian un claro masoquismo psicológico que tienen su origen en la infancia.

  • Uno de los desencadenantes estaría en el estilo de crianza y la educación. A veces, tener unos progenitores claramente narcisistas provoca que los niños queden atrapados en un patrón de conducta claramente dañino para sí mismos. Aprenden de manera temprana a convivir con personalidades disfuncionales y esto les pasa una seria factura psicológica. Se habitúan a los afectos insanos y cronifican un sentimiento de inferioridad propiciado por unos cuidadores que drenaron tempranamente su autoestima.
  • Por otro lado, existe otra causa que explica ese masoquismo emocional y que muchos podemos evidenciar en un momento dado: un trastorno depresivo. La depresión es ese estado en el que todo el tejido psicológico queda bajo mínimos y solo se alimenta un diálogo interno negativo y dañino.

La persona con tendencia al masoquismo y el autoboicoteo es más propensa a quedar atrapada en relaciones afectivas abusivas. Es necesario romper este patrón mental y reforzar el amor propio, la identidad y la autoestima.

Psicóloga hablando con su paciente sobre el Masoquismo emocional

¿Qué hacer si evidencio este tipo de característica psicológica?

Lo complejo y desafiante de la personalidad masoquista es que se resiste a pedir ayuda. Ese enfoque mental negativo y adicto al autoboicoteo no deja de decirse a sí mismo que de nada vale dejarse ayudar porque nada va a cambiar. Sin embargo, es bueno que lo tengamos claro, ser un mártir del sufrimiento no nos lleva a ningún sitio bueno, solo nos encapsula en el malestar sin salida.

Es importante tomarnos en serio, dar espacio a nuestras necesidades y salida a nuestras angustias. Todos merecemos sentirnos mejor y el masoquismo emocional es el reflejo de una realidad que debe atenderse. Bien si siempre hemos sido así o bien si esta característica es reflejo de una depresión, es necesario solicitar ayuda especializada.


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  • Millon, T., Davis, R., Millon, C., Escovar, L., & Meagher, S. (2001). Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Barcelona: Masson.

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