Mastodon: ¿por qué optar por esa red social si cae Twitter?

Twitter, a día de hoy, aún no ha caído. Sin embargo, muchos lo ven como ese juguete en manos de Elon Musk que puede romperse en cualquier momento. Por ello, hay quien piensa en migrar a Mastodon como alternativa: ¿qué tiene esta red social para captar tanto interés?

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 22 noviembre, 2022

La humanidad transita por tiempos inciertos y algo extraños, nadie puede negarlo. Como decía el pintor francés postimpresionista, Paul Cezanne, “vivimos en un arcoíris de caos”. Y esto hace del momento presente una realidad muy propicia para el análisis del comportamiento de nuestra sociedad desde cualquier punto de vista: económico, psicológico, social, filosófico, etc.

Las redes sociales son el barómetro con el que medir muchas de las agitaciones, intrigas y cambios que laten en nuestra actualidad. De este modo, si hace unos meses el magnate Elon Musk asumía el control de Twitter y anunciaba al poco el despido de la mitad de la plantilla de la empresa, hace unos días nos fuimos a la cama con una nueva noticia. Otra aún más inquietante.

Buena parte de los empleados de la sede corporativa de Twitter en San Francisco presentó su dimisión. Después del ultimátum presentado por Musk instándoles a elevar su productividad y trabajar más horas, casi la tercera parte de la plantilla dejó su puesto. Esa falta de ingenieros pone en riesgo la estabilidad de la plataforma, y varias voces anunciaron que ese podría ser el final de dicha red social.

Por su parte, el propio magnate y empresario afirma que no está “superpreocupado” e insiste que los usuarios registrados en Twitter crecen más que nunca. Sin embargo, desde hace unos días hay otra aplicación que se ha puesto de moda y es tendencia. Hablamos de Mastodon, la posible alternativa a la red del pájaro azul.

¿Qué es Mastodon?

Desde el pasado 27 de octubre, cuando Twitter se convirtió (para muchos) en el juguete roto de Elon Musk, más de un millón de personas se unieron a Mastodon. Y la cifra sigue aumentando día tras día. De hecho, es cada vez más frecuente ver a usuarios y figuras públicas en Twitter anunciando ya su nombre de usuario en esta red social para captar a sus seguidores en ese otro canal.

Lo cierto es que teníamos a nuestro alcance muchas otras plataformas, desde Telegram, hasta Reddit, pasando por Tumblr, Discord o CounterSocial. Sin embargo, ¿qué tiene de particular Mastodon para ser la alternativa preferida a Twitter? En primer lugar, hay un elemento motivacional que parece repetirse.

La mayoría de las personas buscan una plataforma de microblogging menos tóxica. Un ejemplo, la Universidad de Tubinga realizó un estudio hace unos meses analizando la contrariedad que generan en nuestras vidas las redes sociales.

Por un lado, son nuestro mejor escenario para aprender y mantenernos informado. Las necesitamos. Sin embargo, por otro, nos estresan, nos agotan, siendo a menudo un caldo de cultivo dominado por trolls, noticias falsas y situaciones de ciberacoso. ¿Por qué no soñar con una alternativa más saludable?

Mastodon, la plataforma creada para recuperar la confianza en las redes

Eugen Rochko es el joven desarrollador de Mastodon. Esta red salió en el 2016 en un intento por crear una plataforma que no dependiera de una sola corporación. Según él mismo explicó a la revista Time, Mastodon huye de ese control de arriba hacia abajo que se aplica en Twitter.

Esta aplicación se describe a sí misma como una “red abierta, libre y federada que opera de manera similar al correo electrónico”. Ahora bien, pero ¿qué hay realmente tras esa definición? Bien, este es quizá el punto más interesante de Mastodon:

• Forma parte del universo digital federado, es decir, se trata de un conjunto de plataformas o redes sociales libres, las cuales pueden comunicarse entre sí usando distintos protocolos.
• Está descentralizada. Con ello, se procura crear una red más democrática que las redes más conocidas que son, sin duda, más corporativas. La administración de los nodos o comunidades es autónoma y es llevada en colectivo.
• No hace un uso deliberado de los datos de sus usuarios para venderles publicidad.
• El proceso de registro es complejo y ello se debe a un aspecto muy concreto. El usuario debe elegir en qué “comunidad” quiere participar. Podemos elegirlas según intereses e idiomas.
• Hay cientos de servidores en Mastodon, llamados instancias. Cada una de ellas tiene diferentes reglas y normas sobre quién puede unirse y qué contenido está permitido. Si en algún momento no te agrada la dinámica que ves en ellas, puedes cambiar a otro servidor/instancia.
• Se prohíbe el contenido agresivo y vinculado con el nazismo.
• Al igual que en Twitter, hay hashtags, respuestas, marcadores y retuits. Sin embargo, los tuits se llaman toots, permiten hasta 500 caracteres y los mensajes que recibamos se ajustarán a nuestros intereses.

¿Cuáles son los puntos negativos de esta red social?

El principal punto negativo de Mastodon es la complejidad a la hora de registrarse. No es fácil decidir a qué servidor queremos unirnos. A veces, para entrar en uno en concreto hay lista de espera.

Asimismo, esta red social no cuenta con todo el equipo de ingenieros del que dispone Twitter, las cuentas no se verifican y, de momento, no es más que una plataforma en ciernes que debe madurar y perfeccionarse.

Nuestra necesidad comunicativa nos hace buscar alternativas

Hay un fenómeno interesante en medio de la presente crisis en Twitter. Si mucha gente está dándose de alta en Mastodon es por la necesidad de tener alternativas con las que seguir conectándose con otras personas. Ya no concebimos un mundo sin ese universo digital con el que mantenernos informados.

Queremos disponer de un medio con el que expresarnos, ya sea con 140 o 280 caracteres. El cerebro se ha habituado a conocer qué sucede en el mundo y qué opiniones son tendencia. Ansiamos interaccionar, compartir, dar likes y que nos los ofrezcan y, por ello, se buscan medios y canales con los que dar perpetuidad a estas prácticas. Los tiempos cambian, no hay duda, pero las necesidades son las mismas.