Me siento infravalorado por los demás ¿qué puedo hacer?

Sentirnos devaluados por nuestra pareja, familia o por nuestros jefes en el trabajo puede ser muy desgastante. ¿Qué deberíamos hacer en estas situaciones?
Me siento infravalorado por los demás ¿qué puedo hacer?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 04 octubre, 2020

“Me siento infravalorado por los demás, tanto en el trabajo como en casa”. Son muchas las personas que experimentan este sentimiento en algún momento de su vida y, admitámoslo, pocas cosas resultan tan dolorosas como sentirnos devaluados.

¿Es quizá esto una muestra evidente de falta de autoestima? Tal vez. Sin embargo, hay un aspecto indudable en relación a este tema. El ser humano necesita sentirse parte de algo o de alguien. Como criaturas sociales (y emocionales) que somos, la validación y el reconocimiento por parte de quienes apreciamos es un nutriente esencial.

Lo esperamos de nuestras parejas. Dar y recibir afecto, admirar y ser admirados por la persona que amamos y sentirnos apoyados es un pilar indiscutible. Así, este tejido psicológico también es básico en toda unidad familiar. Como también lo es a nivel profesional. Saber que lo que hacemos se aprecia refuerza la imagen que tenemos de nosotros mismos.

¿Qué ocurre entonces si todo esto nos falta? Lo analizamos.

Chico apoyado en árbol pensando que me siento infravalorado por los demás

Me siento infravalorado por los demás y no sé qué hacer

La razón por la que solemos sentirnos infravalorados por los demás parte casi siempre del cerebro. Estamos “programados”, por así decirlo, para compararnos socialmente con quienes nos rodean casi a cada momento.

Cuando nos percibimos en situación de desventaja, se activa un sistema de alarma avisándonos de que ocurre algo malo. Se libera cortisol en sangre y nos ponemos alerta cuando notamos, por ejemplo, que nuestros padres prestan más atención a nuestro hermano mayor. También cuando nuestra pareja no valora ese detalle que hemos tenido.

El cerebro necesita del refuerzo externo para sentir cierto equilibrio y percibirse así integrado entre su grupo social. De este modo, gestos como la amabilidad, una palabra de reconocimiento o los actos de afecto cotidiano son inyecciones de dopamina capaces de reforzarnos y de hacernos ver que todo va bien. Si esto falta de manera continuada, surge el miedo y hasta el sufrimiento.

Infravaloración en la relación de pareja

Sentirse infravalorado en una relación de pareja suele ser motivo de problemas e incluso de rupturas. Ahora bien, en ocasiones, esta situación puede ser origen de una devaluación real por parte de un miembro hacia al otro o bien partir de otras realidades que deben ser atendidas.

¿Qué debo hacer?

En primer lugar, toma conciencia de si tu necesidad de refuerzos y reconocimientos es excesiva. En ocasiones, factores como la inseguridad o la baja autoestima puede hacer que esperemos demasiado de la otra persona. Asimismo, la búsqueda constante de aprobación externa no hace más que revelar carencias internas. Reflexionemos sobre ello.

Por otro lado, también puede darse el hecho de que esa infravaloración sea real. En ese caso, es necesario hablarlo con nuestra pareja clarificando de manera concreta y con ejemplos lo que está sucediendo. Es recomendable también especificar qué esperamos de la otra persona: aprecio, respeto, complicidad, apoyo… Si esto no sucede tomaremos una decisión.

Sentirnos infravalorados en el amor es una muerte emocional lenta por la que no deberíamos pasar.

Me siento infravalorado por los demás, pero sobre todo en mi familia

El menosprecio a nivel familiar es lesivo a todos los niveles. Si lo hemos vivido desde la infancia a raíz de unos progenitores que nos infravaloraron en casi cualquier aspecto, el impacto de este hecho puede durar décadas. Y la principal consecuencia, es acabar desarrollando una baja autoestima.

¿Qué debo hacer?

¿Qué hacer cuando me siento infravalorado por los demás, pero en especial por mi familia? El primer paso es dejar de focalizar la mirada en ellos para ponerlo en esa área largamente descuidada: nosotros mismos.

La infravaloración que ha durado décadas debe ser sanada con los hilos del amor propio. Para ello debemos reforzar nuestra autoestima, identidad, seguridad personal y autoeficacia. Es momento de sentirnos bien por como somos, por los planes que tenemos en mente… La familia que desprecia y menosprecia debe quedar en un segundo plano y situar con ella una distancia saludable.

Quien infravalora de manera persistente a otro está ejerciendo una forma de maltrato.

Hombre pensando que me siento infravalorado por los demás

La infravaloración en el trabajo

Pasamos casi un tercio de nuestras vidas en el trabajo. Estar inmersos en un contexto donde percibirnos denostados y menospreciados pasa factura psicológicamente. Asimismo, hay quien señala que la desvaloración del trabajo humano es un signo de nuestro tiempo.

Aspectos como la brecha salarial entre hombres y mujeres, la poca apreciación del potencial de cada persona, los bajos salarios o las malas condiciones laborales en general, es sin duda algo bastante común.

¿Qué debo hacer?

La infravaloración en el trabajo conduce a la baja motivación, a situaciones de estrés y un malestar general. Es necesario no llegar a situaciones extremas que pongan en riesgo nuestra salud. Por ello, ten en cuenta lo siguiente.

  • Habla con tus jefes, con recursos humanos o con gerencia. Explica cuál es el problema y en qué te sientes infravalorado (aspecto salarial, objetivos conseguidos y pocas oportunidades de ascenso o mejora laboral…).
  • Mientras continúes en ese puesto laboral no bajes tu rendimiento. Haz tu tarea lo mejor que puedas, de ese modo tu autoeficacia seguirá fortalecida y la imagen que tienes de ti mismo seguirá siendo la adecuada.
  • Aunque no recibas refuerzos ni motivación en tu trabajo, busca fomentar tu autoestima con objetivos propios que tú mismo te marques. Más allá del contexto que te rodee, no dejes de valorarte a ti mismo y tus competencias. Si no aprecian tu potencial en ese escenario laboral, podrán hacerlo en otro sitio en caso de que decidas dejar ese puesto.

Para concluir, todos nosotros podemos pensar en alguna vez aquello de “me siento infravalorado por los demás“. Cuando esto ocurra, es necesario explorar primero en nosotros mismos. En ocasiones, esperamos que los demás nos ofrezcan aquello que nosotros mismos no nos damos.

Así, y en caso de que nuestro nivel de autoestima y apreciación personal esté cubierto y exista realmente un problema de menosprecio, debemos resolverlo. No es recomendable vivir mucho tiempo con esa sensación adherida a nuestro interior porque desgasta, duele, oxida y nos daña.

Resolvamos esas situaciones con asertividad y reclamemos aquello que todo ser merece y necesita: respeto y aprecio.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.