Mi pareja quiere una relación abierta y yo no: qué hacer

Tu pareja está interesada en explorar con otras personas y sientes que tu mundo ha dado un giro inesperado. Antes de tomar una decisión impulsiva, evalúa la situación con calma.
Mi pareja quiere una relación abierta y yo no: qué hacer
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 30 noviembre, 2023

Ya sea que hayas intuido el interés de tu pareja por abrir la relación o que la propuesta te haya dejado boquiabierto, las emociones que surgen pueden ser tan variadas como los colores de un arcoíris.

Estás frente a un terreno desconocido, lleno de incertidumbre y desafíos. Las dudas y preocupaciones empiezan a caer en picada. «¿Cómo afectará esto a nuestro vínculo?, ¿podremos manejarlo?», «¿Me propone esto porque no le resulto suficiente?», «No quiero hacerlo, ¿cómo se lo digo?».

No es novedad que la monogamia dejó de ser la única manera válida de vincularse. Al día de hoy, existen diversos modelos de pareja. Sin embargo, hay personas que se sienten a gusto en una relación tradicional y están menos abiertas a experimentar otras formas de compromiso.

Aquí te ayudamos a analizar la situación y a dar la respuesta más consistente con tus necesidades y preferencias.

¿Qué son las relaciones abiertas?

A primera vista, podría dar la impresión de que se le está dando permiso a la pareja para acostarse con otras personas cuando le apetezca y sin ningún tipo de responsabilidad afectiva. Pero la dinámica no tiene por qué ser así.

A diferencia de la monogamia, donde la exclusividad emocional y sexual es la norma, en las relaciones abiertas se establecen límites y acuerdos que permiten la conexión con otras personas. Estos vínculos pueden ir desde encuentros sexuales esporádicos hasta relaciones sentimentales más o menos estables.

Un estudio difundido en Current Opinion in Psychology destaca el aumento significativo de las relaciones no monógamas consensuadas y describe algunas de las variantes:

  • Parejas mixtas: Uno de sus integrantes practica la monogamia y el otro mantiene varias relaciones al mismo tiempo.
  • Swingers: La persona participa de eventos organizados en los que tiene relaciones sexuales con personas que no son su pareja establecida (si es que tiene), mientras que, en general, evita establecer conexiones emocionales profundas más allá de la amistad.
  • Poliamor: Uno o ambos miembros de la pareja tienen la posibilidad de establecer más de una relación romántica y/o sexual.
  • Relación abierta típica: Ambos integrantes se permiten el uno al otro tener relaciones sexuales con terceros.

Convertir una relación tradicional y monógama en una de las anteriores implica un cambio de mentalidad y perspectiva sobre cómo vivir las relaciones, tanto a nivel emocional como sexual. También requiere saber gestionar los celos que puedan surgir.



«Mi pareja quiere abrir la relación, ¿y ahora qué?»

Puede que el hecho de que tu pareja quiera experimentar con otras personas te haya sentado como un jarro de agua fría. En momentos como este, es normal sentir una mezcla de emociones y tener muchas preguntas dando vueltas en tu cabeza.

Sin embargo, controlar las acciones, emociones o deseos de otra persona está fuera de tu alcance. Por lo tanto, no te queda más opción que enfrentar la situación. Aquí van una serie de recomendaciones para abordar la cuestión de manera saludable.

Infórmate sobre ellas

Si tu pareja te ha planteado tener una relación abierta y no estás de acuerdo, tienes todo el derecho de negarte. Ahora bien, si tienes dudas al respecto o te picó el bicho de la curiosidad, es fundamental que te informes sobre cómo funcionan este tipo de relaciones.

Además, investigar sobre ellas es una gran ayuda para liberarse de prejuicios y promover la normalización. Así como la monogamia no es algo por lo que se pueda juzgar a una persona, lo mismo ocurre con otras formas de relaciones.

Averigua las razones por las que tu pareja quiere abrir la relación

Es bueno entender las razones detrás de su propuesta. A veces, la motivación puede nacer del deseo de explorar nuevas experiencias en el aspecto sexual, ya sea para satisfacer fantasías o ampliar horizontes. En este sentido, es importante tener en cuenta que para muchas personas el amor y el sexo pueden seguir caminos independientes.

Pero eso sí; no podemos dejar de lado que en otros casos puede ser una manera encubierta de iniciar un proceso de separación. Otras veces, la relación abierta puede interpretarse como un recurso para introducir novedad e intentar mejorar la relación, evitando la monotonía.

Habla de manera sincera

Cuando te sientas preparado, abre el diálogo. Sé honesto sobre cómo te sientes, sin guardarte nada. Y, por supuesto, dale la oportunidad a tu pareja de hacer lo mismo. Permítele que comparta, de forma sincera, las razones detrás de su propuesta y escucha sin juzgar.



«Decisión tomada: no quiero hacerlo». ¿Cómo comunicarlo?

Una relación abierta solo funciona cuando quienes participan en ella se sienten bien con los acuerdos implícitos y explícitos que definen ese vínculo. Las personas no se sienten obligadas a adoptar esa dinámica, sino que la prefieren.

En este sentido, es esencial que no cedas por presión o por miedo a que el vínculo termine. El costo de aceptar abrir la relación sin una elección genuina puede ser muy alto. Tus necesidades y deseos tienen la misma importancia que los de tu pareja.

Si después de analizar la situación, tu balanza se inclina hacia el «no», es el momento de expresarlo. Toma nota de estos consejos para comunicar tu decisión de manera respetuosa.

Habla con la mayor claridad posible

Recuerda que, al proponer esto, tu pareja es consciente de que existe la posibilidad de que digas que no. Es un riesgo que ha decidido tomar, y ambos deben afrontar las repercusiones.

Asegúrate de transmitir de manera directa y honesta por qué no te sientes a gusto con la idea de abrir la relación. La transparencia es clave para prevenir confusiones, malentendidos o conflictos innecesarios.

Evita las culpas o acusaciones

Por mucho que te duela, la propuesta de tu pareja es válida. Es importante evitar señalar con el dedo o culpar a tu pareja por la situación. La apertura y el respeto mutuo es una de las claves para tener una conversación difícil.

Continúa el diálogo respetando los sentimientos que surjan y buscando soluciones para intentar satisfacer ambas partes. Si es relevante, puedes ofrecer propuestas alternativas que estén alineadas con las necesidades de ambos. Por ejemplo, explorar juntos otras formas de conexión e intimidad.

Asume las consecuencias

Si tu pareja quiere una relación abierta y tú no, puedes negarte. Ahora bien, ella también está en su derecho de querer cambiar las condiciones o, en el caso más extremo, optar por poner fin a la relación. 

Parece una obviedad, pero nunca está de más recordarlo: no deberías presionar a tu pareja para que se quede contigo. En caso de que acepte tu negativa y decida seguir con la monogamia, es relevante indagar si realmente está satisfecha con esa elección.

Buscar apoyo profesional puede ser de gran ayuda

Un terapeuta especializado puede brindarte orientación y herramientas efectivas para afrontar las emociones que puedan surgir cuando tu pareja te expresa que quiere tener relaciones con otras personas y tú no compartes esa perspectiva.

Además, trabajar con un profesional que realice terapia de pareja puede facilitar la comunicación abierta y ayudar a explorar soluciones que beneficien a ambas partes.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.