Motivación equilibrada: la mejor forma de aprender
Dijo Napoleon Hill que “cualquier cosa que la mente del hombre puede concebir y creer, puede ser conseguida”. Pero, ¿cómo? ¿Vale cualquier método? Probablemente no. Sin embargo, hay uno que sí puede ser útil, la motivación equilibrada.
La motivación equilibrada consiste, como su propio nombre indica, en encontrar el equilibrio en aquello que nos motiva. Porque en ocasiones creemos que el motor real que nos mueve en pos de un objetivo es el ego o el resultado, y no la tarea en sí, hecho que puede provocar desequilibrios presentes y futuros.
La importancia de la motivación equilibrada
Para explicar este fenómeno, nos centramos en las teorías de la escuela de psicología y coaching UPAD, que han desarrollado diversas técnicas para lograr que, sobre todo niños, encuentren la motivación de forma correcta, y no equivoquen su camino y objetivo, que es aprender.
Al fin y al cabo, todo objetivo que nos planteamos supone una serie de aprendizajes que nos llevan hasta la meta. En este crecimiento hay que intentar mantener el equilibrio constante para que la experiencia tenga siempre un valor. Aquí es donde diferencian entre dos posibles caminos, la orientación hacia el ego y la orientación hacia la tarea:
- La orientación hacia el ego lleva al individuo a mejorar respecto a los demás. Es decir, su valor se mide en relación a otras personas, intentando sobresalir y ser el mejor en cada tarea.
- La orientación hacia la tarea implica una mejora respecto a uno mismo. Es decir, son las habilidades propias las que se desarrollan a todos los niveles, desde el físico hasta el psicológico.
Las dos orientaciones pueden convivir y son compatibles. De hecho en la mayoría de los casos esta convivencia se produce, aunque una de ellas sea la dominante.
El panorama actual respecto a la gestión de la motivación
Sin embargo, según la experiencia de la UPAD, actualmente se inculca o se refuerza la motivación orientada hacia el resultado, pero no hacia el ego o la tarea. ¿Qué significa esto? Que la consecución del objetivo es la máxima, de manera que se produce un efecto túnel en la atención (todo lo que no esté relacionado con el objetivo deja de tener importancia). El trayecto o el tiempo son recursos que necesariamente hay que invertir, una inversión que se etiquetará como éxito o fracaso en función de que consigamos alcanzar dicho objetivo o no lo hagamos.
Sin embargo, en opinión de los expertos de la UPAD, sería mucho más positivo enfocar la motivación hacia la tarea. ¿Por qué? Porque de esta forma el objetivo real es la mejora personal. Enfocar la motivación hacia la tarea significa que el individuo gana en confianza en sí mismo. Con esta mejora personal, si finalmente no se obtiene el objetivo final, sí se habrán conseguido otros secundarios y en suma no de menos valor.
Es decir, que con este enfoque, y pese a que logar el objetivo es importante, hay otras lecciones valiosas que también se interiorizan. Es el caso de la constancia, la contribución al grupo, la mejora constante, la evaluación propia, la cultura del esfuerzo… Así, el intento de lograr la meta, se obtenga o no, ha merecido la pena.
“El placer y la acción hacen que las horas parezcan cortas”.
-William Shakespeare-
Gestionando motivaciones
En la actualidad, es importante la observación para encontrar la orientación motivacional de un individuo. Así, una vez sepamos cuál es el objetivo, se puede reforzar o reorientar en caso de que hacerlo incremente el valor de lo conseguido con un esfuerzo similar. Poniendo un ejemplo práctico, podemos comparar esta situación con un partido de fútbol, baloncesto o cualquier otro deporte que te guste. ¿Qué es mejor: enfocarse en el resultado, sea como sea, o en la ejecución de la tarea para alcanzar el objetivo?
Como es evidente, si nos enfocamos únicamente en el resultado, el individuo puede pensar o interpretar que cualquier método es válido para alcanzar el objetivo. Puede ser positivo, pero también podría equivocarse al elegir el camino para alcanzar la meta.
Por otro lado, si nos enfocamos en la forma de alcanzar el resultado, probablemente también obtenga el objetivo. Pero a ello se le une que por el camino habrá adquirido un buen número de aprendizajes y valores que le acompañarán para siempre. Es decir, la experiencia será mucho más plena.
¿Qué opinas? ¿Crees que la motivación equilibrada es realmente útil? Parece evidente que a la hora de aprender, es mucho más atractiva, especialmente cuando hablamos de niños y jóvenes.
“El fracaso no es una opción. Todo el mundo tiene que triunfar”.
-Arnold Schwarzenegger-