Movimientos sacádicos de los ojos: características y funciones
La visión humana abarca diversos procesos; los movimientos sacádicos de los ojos son unos de ellos. Son esenciales para las diferentes actividades que realizamos en nuestro día a día y que incluso pueden relacionarse con algunas patologías.
Hay roles esenciales en cada una de las partes de nuestro cuerpo que pueden resultar fascinantes. Alguna vez te has preguntado: ¿cuáles son los mecanismos que utilizamos para prestar atención cuando conversamos con una persona y la atendemos mirándola? ¿Qué nos permite leer u observar algo detenidamente?
“Los ojos son el punto donde se mezclan el alma y el cuerpo”.
-Friedrich Hebbel-
¿Cómo funcionan los movimientos sacádicos de los ojos?
Los movimientos sacádicos de los ojos, también llamados de refijación o sácadas, son tan rápidos como simultáneos, y se dan cuando dirigimos la mirada. Además, estos son controlados por nuestra corteza cerebral y por el colículo superior de nuestro cerebro.
Favorecen el desplazamiento rápido de la fijación de un punto a otro de nuestro campo visual. Así, gracias a ellos somos capaces de mapear los entornos en los que nos desenvolvemos, pues nos facilitan que capturemos las imágenes que vemos mientras desplazamos rápidamente la mirada.
Nos ayudan a la hora de captar detalles , por lo que necesitan ser precisos, y pueden ser voluntarios, involuntarios o inducidos. Para comprenderlos mejor, piensa en los movimientos que hacemos con la cabeza para observar nuestro entorno; es más, realiza este ejercicio tratando de concientizarte de los movimientos sacádicos de tus ojos; así, comprenderás mejor esta cualidad.
¿Por qué son provocados?
Según Gutiérrez de Piñeres Botero en su capítulo “Visión humana y movimientos oculares” , se dan a partir de su asociación al control. Los voluntarios y los que son inducidos por nosotros aparecen cuando un estímulo específico visual llama nuestra atención o en el momento que respondemos ante una orden, por ejemplo, cuando nos dicen que miremos hacia cierta dirección.
Los movimientos voluntarios se acompañan de los prosacádicos y antisacádicos ; los primeros nos ayudan a que dirijamos nuestra mirada hacia un estímulo nuevo; los segundos se encargan de que alejemos la mirada. Por ejemplo, cuando deseamos mirar a alguien a los ojos para transmitir atención desde nuestro lenguaje no verbal.
Los involuntarios se manifiestan a modo de reflejo de orientación, que se da cuando aparece súbitamente un estímulo que está fuera de la periferia de nuestro campo visual o cuando hay un estímulo novedoso. Por lo tanto, se relacionan con la supervivencia , pues nos ayudan a detectar si hay señales de peligro.
Estas funciones se pueden evidenciar cuando leemos o debemos seguir algo y atender sus detalles. Por ejemplo, al leer por un periodo prolongado necesitamos estos movimientos para mantener la mirada en una palabra; cuando intentamos seguir algo con la mirada, como un insecto o cuando queremos atender a los detalles de una obra de arte.
Tipos de movimientos sacádicos de los ojos
Los movimientos sacádicos de los ojos se dividen según el objetivo. Hay cuatro.
- Antisacádicos. Se trata del movimiento que hacemos cuando movemos el ojo hacia el lugar contrario en donde se encuentra el estímulo.
- Movimientos sacádicos predictivos. Son aquellos que nos ayudan a seguir trayectorias y predecir el comportamiento de lo que estamos observando, por ejemplo, al mirar un carro.
- Movimientos sacádicos visualmente guiados. Se dan cuando necesitamos captar lo que se está viendo tras la aparición de un estímulo en nuestro campo visual o simplemente cuando necesitamos captar algo.
- Sácadas relacionadas con la memoria. Se trata de cuando movemos nuestros ojos hacia algún punto que tengamos en nuestro recuerdo, aunque en realidad no estemos contemplando el estímulo.
Los movimientos sacádicos de los ojos fueron estudiados por Louis Émil Javal, médico parisino interesado en los instrumentos ópticos y en los movimientos oculares. Lo hizo tras observarlos en un experimento en el que las personas debían leer en silencio.
¿Con qué patologías se relacionan?
Aunque no sea específicamente una patología, los movimientos sacádicos de los ojos pueden relacionarse con problemas de lectura, sobre todo, al necesitar precisión; por ejemplo, la dislexia . Entonces, cuando los movimientos fallan no mantienen la duración que deberían o se muestran imprecisos.
Lo que ocasiona este problema es que no se pueda identificar de manera correcta una letra o entender la información completa . Suele ser común en niños que lo compensan moviendo la cabeza, se ayudan con el dedo o se saltan las frases del texto que están leyendo. Para esto los investigadores evalúan si los estudiantes con un número elevado de movimientos sacádicos requieren programas de ayuda e intervención.
Una patología bastante asociada con estos movimientos es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad ; en este se dan errores gracias a los movimientos antisacádicos y en aquellos guiados visualmente. Lo que ocasiona es que se fijen los detalles retardadamente, por lo que podría hacerse complejo capturar los detalles con atención.
Por otro lado, pueden darse estos movimientos de manera involuntaria, haciendo que la visión se reduzca por un movimiento errático constante de los ojos. A esto se le llama nistagmo y produce que no veamos con claridad o no podamos fijar la mirada con atención.
En suma, cada vez que leemos, analizamos un entorno o atendemos a una conversación estamos haciendo uso de los movimientos sacádicos de los ojos. En otras palabras, su función nos ayuda a vincularnos con el otro, a comprender las palabras escritas y a sobrevivir.
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