¿Necesitas un cambio? Autoanálisis de las 4 ventanas
El autoanálisis de las 4 ventanas es una técnica diseñada para evaluar y mejorar la vida. Es apta para quienes se sienten inconformes o estancados con su realidad presente, pero no identifican con claridad cuál es el aspecto, o los aspectos, que están deteniendo su avance.
Esta técnica, como el nombre lo sugiere, se puede aplicar de manera autónoma. Se trata de una fórmula muy sencilla que solo requiere de buena voluntad y algo de tiempo para llevarla a la práctica. El autoanálisis de las 4 ventanas no solo sirve para promover el cambio en un área específica, sino también en general.
Hay que decir que el autoanálisis de las 4 ventanas se basa en la famosa teoría de las ventanas rotas. Su principal aporte es que ayuda a precisar dónde están los aspectos esenciales a modificar, de modo que el esfuerzo pueda concentrarse en puntos específicos y no dispersarse. Veamos de qué se trata.
“Cada día me miro en el espejo y me pregunto: ‘Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’. Si la respuesta es ‘No’ durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”.
-Steve Jobs-
La teoría de las ventanas rotas
La teoría de las ventanas rotas es una tesis que se aplica desde los años 80 para mejorar la vigilancia policial y combatir la delincuencia. Fue propuesta por el psicólogo social Philip Zimbardo , después de hacer un pequeño experimento. Dejó abandonado un coche, con las puertas abiertas y sin placas, en una zona peligrosa de la ciudad. Como era de esperarse, en pocos días estaba completamente desvalijado.
Luego, dejó otro coche en estado similar, pero en una zona elegante de la ciudad. Pasó una semana y el vehículo seguía intacto. Entonces Zimbardo rompió uno de sus vidrios con un martillo y le causó varios daños. En pocos días, el coche estaba completamente desvalijado.
La conclusión es que, si hay una ventana rota y no se arregla, en poco tiempo las demás ventanas serán destrozadas por los vándalos. Si alguien raya la pared de una casa y no se arregla, en pocos días estará llena de otros rayones. Si alguien arroja basura en un lugar y no se recoge, pronto se convertirá en un basurero.
En conclusión: si no se cuida de algo, pronto será tomado por el caos. Aplica para el mundo material, pero también para el psicológico. Así que una buena manera de prevenir esto es arreglar las pequeñas dificultades para que no se conviertan en grandes problemas.
El autoanálisis de las 4 ventanas
Como se puede suponer, el autoanálisis de las 4 ventanas tiene que ver con la identificación de esas “ventanas” que necesitan reparación, pero a las que no se les ha puesto atención. Como ocurre con las ventanas rotas, envían un mensaje: nadie cuida de esto. A la vez, ese mensaje atrae a nuevas dificultades.
Las conductas o decisiones erróneas o inútiles muchas veces no tienen un comienzo marcado, sino con pequeñas situaciones que equivalen a una ventana rota. De la misma manera, los cambios en la vida muchas veces comienzan por acciones que pueden parecer poco relevantes, pero en el fondo sí lo son al formar parte de una cadena de deterioro.
Hay ejemplos sencillos que ilustran esta idea. Una cantidad alta de pestañas abiertas en el ordenador, lo que puede no parecer relevante, ayuda a que la atención se disperse. Si esto ocurre, también es más probable que una persona tarde más en hacer una tarea. De ser así, será menos productiva y su trabajo será menos valorado. Así, una “ventana rota” es la vía de acceso para muchos males. Por tanto, hay que repararla. ¿Cómo?
¿Cómo realizarlo?
Para hacer el autoanálisis de las 4 ventanas, digamos primero que las cuatro ventanas son la salud, la productividad y las finanzas, las relaciones personales y el desarrollo individual. En cada una de ellas hay que medir la satisfacción y determinar cuál es la “ventana más rota” para comenzar por ahí.
Para establecer dónde está el problema, lo mejor es asignar una calificación, de 0 a 5, a cada una de las cuatro ventanas. Como se puede suponer, la zona que obtenga una puntuación más baja es la que se debe atender. Para hacerlo, sería recomendable seguir los siguientes pasos:
- Identificar hábitos. Lo primero es precisar cuáles son las conductas repetitivas que llevan a que existan dificultades en esa “ventana”. Por ejemplo: si el problema está relacionado con la “salud”, quizás el hábito negativo sea comer alimentos poco nutritivos.
- Identificar rutinas. Los hábitos generan sus propias rutinas y es importante precisarlas. Retomando el ejemplo anterior: una persona come papitas fritas en las tardes, antes de la cena, porque sale con mucho apetito del trabajo.
- Recordatorios. Los hábitos son automáticos y muy arraigados. Así que es necesario crear conciencia en torno a ellos para cambiarlos. Una forma es hacer recordatorios (notas, alarmas o algo similar) para evitarlos. Por ejemplo, una nota: “las papitas no me nutren”.
- Cambio. Lo que sigue es encontrar un hábito saludable que sustituya al hábito nocivo y compense el papel que este juega. Por ejemplo, comer fruta dos veces en la tarde para no sentir apetito al terminar el trabajo y así esperar hasta la cena.
Cuanto más específico se logre ser en el autoanálisis de las 4 ventanas, mucho mejor. Lo ideal es lograr identificar el hábito más sencillo y arraigado en determinado terreno. Si logra erradicarse, con toda seguridad esto dará origen a una cadena de cambios relevantes.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Sánchez-Monfort, J., & Sánchez-Jover, I. (2006). Por qué lo llamamos autocontrol cuando deberíamos llamarlo autoanálisis. Aten Primaria, 37(5), 305.