Neuralgia del trigémino: características y tratamiento
La neuralgia del trigémino es para muchos la afección más dolorosa que el ser humano puede sufrir, hasta el punto de ser en ocasiones causa directa de algunos suicidios. El origen está en un trastorno de un nervio cerebral que reacciona produciendo unas violentas descargas eléctricas ante los estímulos más simples: hablar, comer, un cambio de temperatura…
No es una simple cefalea, ni siquiera una migraña. Porque quien tiene la mala suerte de tener que convivir con la neuralgia del trigémino sabe que los analgésicos no sirven y en muchos casos ni la morfina llega a producir alivio. En estos casos, solo los anticonvulsivos permiten llevar una vida más o menos funcional; teniendo que soportar a cambio, eso sí, los efectos secundarios asociados a este tipo de medicación.
Es posible que desde fuera este dolor pueda parecer exagerado. Sin embargo, si se la considera “la enfermedad suicida” no es por casualidad. Clasificada por primera vez en 1672, se tienen registros de este trastorno desde mucho antes, describiéndose como uno de los dolores más incapacitantes e intensos que una persona puede sufrir. En la actualidad, se estima que la neuralgia del trigémino afecta entre un 8 y un 12% de la población, y aunque es una enfermedad crónica, existen tratamientos para ella.
La neuralgia del trigémino cursa con un dolor violento semejante a una descarga eléctrica que puede durar de unos segundos hasta unas dos horas, repetiéndose en varios episodios a lo largo de varias semanas seguidas e incluso meses.
¿Qué es la neuralgia del trigémino?
La neuralgia del trigémino tiene su origen en el quinto de los doce nervios/pares craneales. Ahora bien, cabe señalar que este nervio tiene la particularidad de ser el más largo de todos los que se distribuyen en nuestra cabeza. Veamos cómo se extiende para entender un poco mejor el modo en que irradia el dolor:
- Este nervio tiene tres ramas, la primera es la oftálmica o superior, la cual irradia una sensación dolorosa que puede ir desde el cuero cabelludo pasando por un lado de la frente y el ojo de esa parte en concreto.
- La rama superior o media estimula la mejilla, la mandíbula superior, el labio superior, los dientes y las encías de la parte de arriba de la boca, así como un lado de la nariz.
- Por último tenemos la rama mandibular o inferior, la cual produce las sensaciones físicas de la mandíbula inferior, los dientes y las encías de esta parte así como el labio inferior.
Por término medio, los pacientes aquejados por neuralgia del trigémino suelen experimentar el dolor en un lado del rostro. Sin embargo, existe una condición rara conocida como neuralgia bilateral donde efectivamente, hay personas aquejadas por esta condición en ambos lados de la cabeza.
¿Qué síntomas presenta la neuralgia del trigémino?
Los síntomas asociados a la neuralgia del trigémino pueden variar entre pacientes. Sin embargo, existe lo que se conoce como “zonas gatillo”, áreas que al ser estimuladas responden con un dolor intenso, como una descarga eléctrica intensa que puede durar segundos, minutos y hasta dos horas.
- Acciones simples como tocarse la cara o una caricia puede desencadenar un dolor en el rostro.
- Los cambios de temperatura, el acto de masticar, de hablar o el sufrir bruxismo son situaciones que disparan la sensación física e invalidante de la neuralgia.
- El dolor sigue un recorrido que puede ir desde el cuero cabelludo, pasando por el ojo, el oído hasta llegar a la mandíbula.
- Tras esa descarga eléctrica intensa y profunda, la persona queda a menudo invalidada durante una hora o dos. Es decir, durante ese tiempo no podrán comer, beber o incluso abrir los ojos, hasta que no pasa un tiempo determinado donde ese nervio se va desinflamando poco a poco.
Causas de la neuralgia del trigémino
La neuralgia del trigémino no tiene una sola causa, de hecho, esta condición se asocia a una amplia variedad de condicionantes. Veamos algunos de ellos para comprender un poco mejor la compleja realidad que hay tras esta afección.
- Suele tener un origen genético.
- A menudo, y como puede verse mediante resonancias magnéticas, hay un vaso sanguíneo que presiona el nervio trigémino al salir del tronco encefálico. Esta compresión ocasiona desgaste en la mielina, esa capa que protege al nervio, de ahí que puedan producirse esas descargas eléctricas tan intensas.
- Por otra parte, se sabe que las lesiones causadas por accidentes traumáticos o incluso por cirugías faciales u orales, pueden traducirse en este dolor facial neuropático.
- Asimismo, es importante señalar que un buen número de pacientes sufren neuralgia del trigémino de origen primario, es decir, son casos donde resulta casi imposible conocer el origen que determina la enfermedad.
¿Qué tratamientos existen?
Un hecho que debemos tener en cuenta sobre esta afección neuropática, es que no todos los casos son iguales. Hay personas que sufren este cuadro de dolor a lo largo de dos meses seguidos para después, desaparecer durante otro periodo de tiempo. Hay quien lo sufre a diario, quien padece la neuralgia a ambos lados del rostro y quien ha logrado controlar los desencadenantes para disfrutar de una mejor calidad de vida.
Por tanto, el abordaje terapéutico será diferente en cada persona. Veamos no obstante qué estrategias suelen ser las más comunes.
- Los medicamentos anticonvulsivos suelen ser los más eficaces para tratar la neuralgia del trigémino. Fármacos, como la carbamazepina, oxcarbazepina o la gabapentina, suelen ser los más comunes.
- Asimismo, cabe señalar que los antidepresivos tricíclicos como amitriptilina o nortriptilina, también se suelen administrar en estos casos para reducir el dolor.
Cuando el abordaje farmacológico no funciona, la única opción que queda es la cirugía. En estos casos se puede optar por practicar las siguientes intervenciones:
- Rizotomía: anular o dañar de forma temporal determinadas fibras nerviosas para que no produzcan dolor.
- Inyección de glicerol: un procedimiento ambulatorio donde se anulan las fibras que rodean al nervio trigémino. Es un tratamiento que dura al menos durante dos años.
- Radiofrecuencia lesión térmica: una intervención también ambulatoria donde un electrodo lesiona las fibras nerviosas que ocasionan el dolor. También es temporal.
- Descompresión microvascular, la más invasiva (y efectiva) de todas las cirugías. Se realiza una pequeña abertura a través del hueso mastoideo detrás de la oreja, para después, alejar ese vaso sanguíneo que comprime el nervio trigémino mediante un “balón”.
Para concluir, tal y como vemos existen diversos enfoques para poder resolver esta afección crónica que afecta entre un 8 y un 12% de la población. No obstante, se sabe también que entre un 70 y 80% de los pacientes responden bien a los fármacos sin tener que llegar a ninguna intervención quirúrgica. Se trataría solo de tener en cuenta las características personales de cada paciente con el fin de mejorar su vida social y personal.