Neurobiología de la adicción
Podemos ver la adicción en múltiples facetas de la vida. La adicción más común y conocida es la adicción a las drogas. Así, la adicción se puede definir como la conducta compulsiva de buscar y tomar la droga, la pérdida de control para limitar el consumo y la aparición de un estado emocional negativo al no tener la droga. Pero, ¿qué hay de la neurobiología de la adicción?
La adicción se puede definir como un ciclo de tres etapas: atracón / intoxicación, abstinencia / afecto negativo y preocupación / anticipación (ansia). Esta última empeora con el tiempo e implica cambios neuroplásticos en la recompensa cerebral, el estrés y los sistemas de función ejecutiva (2 – 4).
La impulsividad puede definirse como “una predisposición hacia reacciones rápidas no planificadas a estímulos internos y externos sin tener en cuenta las consecuencias negativas de estas reacciones para ellos mismos o para los demás” (5). Por otro lado, la compulsividad es la manifestación de “acciones perseverantes y repetitivas que son excesivas e inapropiadas” (6).
Así, los individuos afectados por la adicción pasan de la impulsividad a la compulsividad. Estas dos etapas también pueden coexistir, pero lo normal es que ocurran en este orden. Así, para cada una de estas etapas, el cerebro actúa de una manera u otra.
Neurobiología de la adicción en la intoxicación
Mecanismo de recompensa al ingerir la droga
Las drogas de abuso activan los sistemas recompensa cerebral. Un foco principal de la investigación sobre la neurobiología de los efectos gratificantes de las drogas han sido los orígenes y las áreas de los sistemas de dopamina mesocorticostriatal ascendente. Estos tienen un papel clave en las propiedades gratificantes de casi todas las drogas de abuso.
Parece pues que al producirse una intoxicación por alcohol o drogas se libera dopamina y péptidos opioides en el estriado ventral. Además, la liberación rápida y pronunciada de dopamina tiene mucho que ver con la sensación que tiene una persona al estar drogada (1).
Los incentivos
A partir de estudios realizados en primates no humanos, se descubrió que las células de dopamina del cerebro se dispararon inicialmente en respuesta a una nueva recompensa. Después de la exposición repetida a esta recompensa, las neuronas dejaron de disparar durante la entrega de recompensa predecible.
En vez de hacerlo en ese momento, dispararon cuando estuvieron expuestas a estímulos que eran predictivos de la recompensa. Así, parece que la dopamina tiene mucho que ver con la búsqueda de recompensa en el cerebro.
La neurobiología de la adicción en la etapa de anticipación
Esta etapa se ha definido como clave de la recaída en los seres humanos. Así, define la adicción como un trastorno crónico de recaída. En humanos, el deseo inducido de la droga parece implicar la activación de la corteza prefrontal, incluidas:
- La corteza prefrontal dorsolateral.
- El giro cingulado anterior.
- La corteza orbitofrontal medial.
Además, la adicción a la cocaína o la nicotina también se relacionan con la función de la ínsula. Este área parece tener una función interoceptiva que integra la información autonómica y visceral con la emoción y la motivación. De hecho, los estudios han demostrado que la reactividad de la ínsula sirve como un biomarcador para ayudar a predecir la recaída.
Para concluir, durante esta etapa se pueden determinar dos sistemas opuestos: el sistema de inicio (sistema go) y el sistema de parada (sistema stop).
Sistemas go y stop
El sistema de inicio podría generar hábitos de ansia y compromiso a través de los ganglios basales. Por ejemplo, el descuento más acelerado y el ansia de cocaína en la dependencia de cocaína se asocian con una mayor conectividad en la red que une la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada anterior con el estriado ventral y la red que une la ínsula con el cuerpo estriado dorsal (7).
El sistema de parada podría controlar la evaluación del valor de incentivo de las opciones y la supresión de las respuestas afectivas a las señales emocionales negativas. En este sentido, un sistema de parada inhibiría el sistema de inicio y el sistema de ansia por la droga.
En conclusión, hay tres circuitos principales que se ocupan de la neurobiología de la adicción. Corresponderían a los que tendrían como protagonistas: los ganglios basales, la amígdala y la corteza prefrontal. A ellos se suman otros microcircuitos neuroquímicos, y todos ellos tienen que ver en el ansia y recaída en las adicciones.
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