Niños asertivos, niños felices
Los niños asertivos son niños más felices. Lo son porque aprenden a comunicar sus deseos, porque se alzan como personas capaces de poner límites, mejorando así en su desempeño social. Ahora bien, tengamos una facilidad mayor o menor, esta competencia no viene de “fábrica”, somos nosotros quienes podemos/debemos ayudar a los más pequeños a desarrollar esta habilidad.
Podríamos decir, casi sin equivocarnos, que, en ocasiones, descuidamos aquello que los niños necesitan verdaderamente. Elegimos metas como buscarles el mejor colegio, facilitarles clases de inglés, profesores de apoyo en esas áreas en que no van bien, nos preocupamos por el tipo de amistades que tienen y por aspectos como regular el uso que hacen de los dispositivos electrónicos.
Todo ello está muy bien. Sin embargo, ¿qué hay de sus competencias emocionales? ¿Y de sus habilidades sociales? A veces, damos por sentado que dimensiones, como la autoestima, la asertividad e incluso el autoconcepto, vienen ya en su código genético y se van conformando poco a poco de la misma manera que crecen los .
Ahora bien, no debemos equivocarnos. Esas dimensiones deben nutrirse a diario, atenderse y aplicar una guía delicada, intuitiva y firme para que los niños adquieran destrezas en esos ámbitos básicos para la vida, la felicidad y el bienestar psicológico. Profundicemos en esta ocasión en esa valía imprescindible: la asertividad.
“Si no tienes empatía y relaciones personales efectivas, no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos”.
-Daniel Goleman-
Niños asertivos, ¿cómo educarlos?
Para dar al mundo niños asertivos se necesita paciencia y acierto. A menudo, muchos padres, madres y también educadores se quejan de tener dos tipos niños o niñas. Están los que discuten tanto como respiran. Son los que siempre están frustrados y enfurruñados porque asumen que casi todos están en su contra; porque no pueden hacer o tener aquello que desean en un momento dado.
Así, y en el otro lado, están quienes se caracterizan por esa hermética pasividad donde no decir nunca lo que sienten, los que no reclaman. Son esos pequeños que a menudo suelen ser el blanco fácil en las dinámicas del bullying escolar. La falta de asertividad deriva a menudo en dos polos muy extremos: la pasividad o la agresividad. Ninguna de estas dimensiones trae sin duda buenas consecuencias.
Ser capaces de dar al mundo niños asertivos es un modo de invertir en su felicidad. Aún más, tal y como nos explican desde estudios como el publicado Gertrude E. Chitten en la revista Society for Research in Child Development, estaremos invirtiendo en crear una sociedad más respetuosa. Veamos cómo lograrlo.
Les enseñaremos que el mundo se conforma a base de límites
Para educar niños asertivos debemos iniciarles de manera temprana en una idea muy clara: el mundo está lleno de límites que debemos respetar. Educar no es solo decirles qué está bien y qué está mal. Hay algo más que la moral: está el civismo, el respeto humano, el adaptarse a los códigos sociales para convivir.
- El mundo está lleno de límites, como los físicos, los emocionales e incluso los económicos (no podemos, por ejemplo, gastar dinero en cosas que no son necesarias).
¿Qué es la asertividad, para qué sirve y cómo se usa?
Los niños entienden mucho más de lo que creemos. Es más, antes de hablar con soltura los pequeños entienden muchos más conceptos de los que pueden expresar. Por tanto, debemos tener presente la necesidad de inculcar en ellos estos principios:
- Debo ser capaz de expresar lo que siento sin miedo, pero con respeto.
- Mamá y papá no me van a sancionar por aquello que pueda decir. Ellos son mi espacio seguro para expresar también mis emociones negativas, como aquello que me asusta, me enfada y me preocupa.
- Tengo que ser capaz de escuchar con respeto lo que me dicen los demás.
- Debo entender que no siempre voy a tener aquello que pido o deseo. Aprenderé poco a poco a ser paciente, a tolerar mi frustración.
Los niños asertivos necesitan modelos en los que basarse
Otro aspecto esencial es que no podemos pedirles a los niños que cumplan con unas normas que nosotros mismos no respetamos. Así, si hablamos con nuestra pareja con cierta agresividad y falta de respeto, nuestros hijos imitarán ese modelo comunicativo.
Si deseamos dar al mundo niños asertivos y felices, seamos no solo su mejor modelo y guía, sino también su inspiración cotidiana.
Dales responsabilidades, respeta sus elecciones y privacidad
Los niños, en especial a partir de los 8 años, van a reclamar su espacio de privacidad. Esto es algo que como padres deberemos respetar, pero favoreciendo a su vez esa confianza para que en cualquier momento, ellos se sientan libres y seguros de compartir con nosotros sus inquietudes.
Por otro lado, un modo de incrementar su asertividad es dándoles responsabilidades acordes a su edad. Algo así favorece su sentido de competencia, autoeficacia y una adecuada seguridad en ellos mismos.
Inteligencia emocional y asertividad
Por último, y no menos importante, es necesario que como padres, madres o educadores, seamos capaces de inculcar en ellos adecuadas competencias en Inteligencia Emocional. Algo así les ayudará a gestionar mucho mejor su mundo emocional, controlar los impulsos, mejorar sus habilidades sociales y esa comunicación emocional tan básica en su día a día.
Como vemos, son muchos detalles, aspectos y valías que debemos inculcar o despertar en nuestros pequeños para que poco a poco se abran en su presente inmediato con mayor asertividad y solvencia. Esa es una aventura que durará años, donde habrá momentos críticos e instantes de grandes logros. Seamos pacientes, seamos ante todo esa mirada siempre atenta y cercana que sabe estar en cada instante.
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- Avşar, F., & Ayaz Alkaya, S. (2017). The effectiveness of assertiveness training for school-aged children on bullying and assertiveness level. Journal of Pediatric Nursing, 36, 186–190. https://doi.org/10.1016/j.pedn.2017.06.020
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