No, no eres una mala madre

La maternidad es uno de los roles más difíciles de cumplir, no solo por el bienestar de tus hijos, sino por las presiones sociales.
No, no eres una mala madre
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 11 julio, 2024

Parece que las personas buscamos cualquier pretexto para ponernos en “modo lucha”. Actualmente, se ha creado una guerrilla en torno a la figura de la maternidad (o más bien de la mala madre) que, como viene siendo habitual, a la única que perjudica es a la propia mujer.

Lo peor de todo es que somos las propias mujeres y madres las que nos hacemos daño entre nosotras, juzgándonos de forma muy dura dependiendo de cómo actuemos con nuestros hijos. Para muchas ese es el criterio que vale, la única forma correcta de proceder, y los demás son censurables.

Es verdad que han existido, existen y existirán, desgraciadamente, madres que abandonan a sus hijos o son negligentes. Incluso en estos casos, tampoco deberíamos tachar a la mujer de mala madre, sino más bien de ser una mujer con problemas, equivocada, que ha tomado una decisión en su vida errónea y que no sabía hacerlo de otra forma en ese momento.

Lo cierto es que son estas mujeres las primeras que no son felices y las primeras que tendrán que cargar con el peso de su decisión toda su vida. No obstante, este es un extremo muy radical y jamás tendríamos que compararlo con las madres que sí aman a sus hijos y se entregan cada día para darles lo mejor que pueden y saben.

Aunque nuestra forma de entender la maternidad, la educación que queremos dar a nuestros hijos o el tipo de alimentación que decidimos en los primeros meses sea para nosotras el mejor camino, no quiere decir que realmente sea el mejor, el único y el que tendría que ser.

Debemos ser tolerantes con las demás madres que eligen una manera distinta de criar a sus hijos: mientras ni el bebé ni la madre salgan perjudicados y estén felices, ¿cuál es el problema?

Por qué no eres una mala madre

No eres una mala madre si lo que en realidad encierran tus decisiones es el bienestar de ambos. Aunque es cierto los especialistas recomiendan seguir ciertas pautas para la crianza del bebé, la realidad es que es la madre la que de verdad pasa hora tras hora con su hijo, la que de verdad lo conoce y cuenta con información privilegiada para reconocer cuál es la mejor forma de criarlo.

MAdre con su hijo en brazos mirando una flor

Se nos critica si damos el pecho durante demasiado tiempo, también si decidimos dar biberón. Se nos juzga si dormimos con nuestro bebé hasta cierta edad, también si lo pasamos a su habitación siendo tan pequeño. No está bien acostumbrar al niño a los brazos de su madre, pero tampoco dejarlo llorar en su cuna…¿Tan mal lo estamos haciendo todas?

No, para nada. Lo estamos haciendo genial, de la mejor manera que sabemos, siempre que actuemos bajo los brazos del amor, que es lo que realmente capta el bebé y sabiendo qué es lo que mas le conviene.

Porque no todos los niños son iguales: algunos lo pasan fatal estando solos en su habitación, y otros en cambio no tienen ningún problema y pueden dormir plácidamente. Hay bebés que no engordan lo suficiente con el pecho y necesitan un aporte extra, otros en cambio crecen estupendamente y muy sanos gracias a la leche materna.

No eres una mala madre. Hagas lo que hagas, eres la mejor madre que podría tener tu hijo, la que realmente sabe lo que va a beneficiarle y lo que os beneficiará a los dos.

¿De qué sirve pasar al niño a su habitación a los seis meses de forma radical si ambos lo vais a pasar fatal? ¿Por qué tienes que obligarte a darle el pecho si eso te genera ansiedad y se la transmites a tu pequeño? ¡Fuera de la maternidad las emociones negativas! Es una etapa para disfrutar, estar sosegados, tranquilos y felices y gracias a la ciencia y al sentido común existen alternativas para facilitarnos este proceso.

No seas extremista, ni contigo misma ni con las demás

Ya lo decía Aristóteles, en el punto medio está la virtud ¡y qué razón tenía! Como madres, lo mejor que podemos hacer es ser moderadas en todas nuestras decisiones y todavía más moderadas a la hora de enjuiciar a otras madres. No se trata de leerse de pe a pa todos los libros de crianza y ponerlo en práctica porque se supone que es lo mejor y punto.

Se trata de que también tengas en cuenta lo que te dice tu instinto, de que te sientas feliz en cada decisión que tomes y de que dejes a un lado el hábito de juzgarte con dureza. Lo más importante es que tanto tu bebé como tú estéis contentos y saludables a todos los niveles: físico y mental. Este será el mejor indicador de que lo estás haciendo bien.

El derecho a equivocarse

Madre e hija riendo

Que no se nos olvide nunca, que somos humanas, y que tenemos derecho a equivocarnos y a rectificar. No, tampoco nos convierte en malas madres el hecho de haber metido la pata alguna vez. Podemos empezar de nuevo y enmendar nuestros errores y no pasará nada.

Las madres tenemos que apoyarnos entre nosotras y sobre todo respetarnos. Si no te gusta que te juzguen, tampoco has de juzgar tú a las demás madres, aunque no estés de acuerdo con sus criterios.

De hecho, para dar pautas y consejos ya existen profesionales a los que las madres pueden consultar, por lo que no es recomendable aventurarse a corregir a otra madre que actúa diferente a ti.

No seas extremista, la moderación siempre es el mejor camino. No pierdas de vista lo más importante: de lo que de verdad el niño se va a beneficiar es de crecer junto a unos padres consecuentes y que le quieren.

Felicítate por lo buena madre que eres y no te machaques si a veces fallas. Criar y educar son procesos que, por muy especiales y trascendentes que sean, forman parte de la vida y atañen nuestra naturaleza humana. Así, tendremos que admitir el error como un elemento lógico y consecuente de los mismos. Nada más.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.